Hip¨®tesis y bofetadas en la tumba de Tutankam¨®n
Duelo de egipt¨®logos a cuenta de la investigaci¨®n del recinto donde se hallan los restos del fara¨®n
El relato de intriga por entregas que es la investigaci¨®n de los espacios secretos que se ocultan tras los muros de la tumba de Tutankam¨®n ha dado esta semana un giro que parece decisivo. El ministro de Antig¨¹edades egipcio, Mamdouh El Damaty, present¨® el jueves los resultados de las pruebas efectuadas con radar en el sepulcro y todo parece confirmar la existencia de espacios hasta ahora desconocidos, en los que adem¨¢s habr¨ªa objetos de metal y org¨¢nicos: un hallazgo sensacional y seguimos para bingo.
El nuevo estudio de la tumba, m¨¢s all¨¢ (en realidad m¨¢s ac¨¢) de sus aportaciones al conocimiento del Antiguo Egipto y a la historia de la arqueolog¨ªa (y, por qu¨¦ no, a nuestro sano morbo), est¨¢ revelando adem¨¢s al gran p¨²blico una galer¨ªa de personajes y unos egos, ambiciones y rivalidades que suelen circunscribirse a la oculta cara de la disciplina. En el centro de este juego subterr¨¢neo (!) que aflora mientras se desarrolla la investigaci¨®n figura la inquina que se profesan el gran inspirador de los nuevos estudios, el prestigioso egipt¨®logo brit¨¢nico Nicholas Reeves, y el otrora poderoso ¡ªhasta su ca¨ªda tras la Primavera ?rabe¡ª pero a¨²n muy influyente en medios egiptol¨®gicos, sobre todo estadounidenses, Zahi Hawass, antiguo responsable de Antig¨¹edades. Hawas expuls¨® flam¨ªgeramente a Reeves del Valle de los Reyes (la gran necr¨®polis real de la antigua Tebas, hoy Luxor, donde se encuentra la tumba de Tutankam¨®n) acus¨¢ndolo de tr¨¢fico de antig¨¹edades y ahora Reeves ha regresado como su n¨¦mesis para protagonizar lo que podr¨ªa ser el mayor descubrimiento de la egiptolog¨ªa moderna (est¨¢ convencido de que tras los muros del sepulcro se encuentra el enterramiento de la reina Nefertiti, madrastra del joven fara¨®n). La verdadera maldici¨®n de Tutankam¨®n para Hawass ser¨ªa que hubiera algo en su tumba y lo encontrara Reeves.
Si bien es dif¨ªcil entender que Reeves ¡ªque siempre ha sido m¨¢s o menos sensato¡ª haga aseveraciones tan radicales como las que hace, a no ser que sepa algo que los dem¨¢s desconocemos (?obtuvo evidencias en su etapa de excavaciones en el Valle en 2000 antes de su expulsi¨®n?) la posici¨®n negacionista a ultranza de Hawass roza el rid¨ªculo. Sobre todo si recordamos su propia capacidad para el show y los malabares en inn¨²meras ocasiones (los conductos de la Gran Pir¨¢mide, el t¨²nel de Seti I, la tumba KV 63 o el diente de Hatshepsut, por solo citar algunos casos). Hawass niega y niega con rabia creciente y acusa a Reeves y a todo el que se ponga a su lado de buscar notoriedad (?Hawass!) y de montar una operaci¨®n de mercadotecnia. Probablemente la que hubiera montado ¨¦l.
En el centro de este juego subterr¨¢neo figura la inquina que se profesan el prestigioso egipt¨®logo brit¨¢nico Nicholas Reeves, y el otrora poderoso pero a¨²n muy influyente Zahi Hawass
El ministro El Damaty, que respalda a Reeves, aunque sin comulgar del todo con sus hip¨®tesis, ha recibido cr¨ªticas de estar alimentando un culebr¨®n medi¨¢tico para paliar la ca¨ªda abierta del turismo. En realidad parece estar actuando en este asunto con prudencia. Los resultados dir¨ªase que le dan la raz¨®n al confiar en Reeves. Es l¨®gico que el hombre sea precavido: Hawass amenaza con otra maldici¨®n (profana) contra quien se atreva a hacer agujeros en la tumba de Tutankam¨®n. Nadie entender¨ªa que en este asunto se vaya con prisas y se perjudique un patrimonio ¨²nico.
Haya al final del arco iris fara¨®nico tesoro o chasco, la investigaci¨®n del sepulcro se revela una de las m¨¢s extraordinarias aventuras de estos tiempos y un asunto entretenid¨ªsimo, bofetadas incluidas. Seguiremos informando¡
La investigaci¨®n del sepulcro se revela una de las m¨¢s extraordinarias aventuras de estos tiempos y un asunto entretenid¨ªsimo, bofetadas incluidas
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