Para siempre
Las verdaderas leyendas nos han regalado tantas cosas que ser¨ªa absurdo exigirles cuentas
Damos por supuesto que las leyendas se alimentan de exageraciones, adornos, medias verdades, atributos, m¨¢s relacionados con la divinidad que con la humanidad. Tambi¨¦n se suprimen las l¨®gicas miserias, no hay m¨¢cula en la adoraci¨®n que sentimos hacia ellas. Las verdaderas leyendas nos han regalado tantas cosas que ser¨ªa absurdo exigirles cuentas por sus mezquindades.
Y el jueves se larg¨® una de las m¨¢s grandes, alguien que con sus pies, pero ante todo con su privilegiado cerebro, logr¨® que el f¨²tbol fuera m¨¢s hermoso, alguien que desafi¨® a las intocables convenciones, haciendo f¨¢cil lo dif¨ªcil, que logr¨® mejoras econ¨®micas y derechos para los jugadores, los ¨²nicos protagonistas del gran espect¨¢culo, enfrent¨¢ndose a las mafias que siempre han regido el suculento negocio. Le contaba el impagable Cruyff a Risto Mejide, con esa autoridad desprovista de afectaci¨®n de los que siempre tienen claro lo que quieren, que cuando a los 16 a?os jugaba con el primer equipo del Ajax, pero pretend¨ªan pagarle como si fuera juvenil, exigi¨® al presidente del club que arreglara su injusta situaci¨®n. Los jefes fliparon con su adolescente osad¨ªa y se lo negaron. Cruyff no discuti¨®. Se larg¨® a su casa. Tuvieron que ir a buscarlo y pactar. Y mantuvo esa postura radical y natural cada vez que pretendieron atentar contra sus principios, cada vez que los bur¨®cratas y los mercaderes discutieron su trabajo y su arte.
Adem¨¢s de ser genial (el talento es otra cosa) dentro y fuera del campo, aunque los mediocres solo vieran excentricidad en lo que supon¨ªa una gozosa revoluci¨®n, este hombre pose¨ªa ese algo especial que transforma a un superdotado en estrella. Cuentan que incluso chorreando sudor en el campo siempre ol¨ªa bien. Y ojal¨¢ que fuera cierto que Cruyff se neg¨® a jugar con la selecci¨®n holandesa en el Mundial de Argentina por su consecuente repulsi¨®n a la dictadura militar. Supondr¨ªa el broche a su grandeza.
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