¡°Soy un novelista feliz, pero ?soy una persona feliz?¡±
El autor de 'Estambul' y 'El Museo de la Inocencia' se encuentra en Madrid para participar en el homenaje a Mario Vargas Llosa


Orhan Pamuk, el Nobel turco, el autor de Estambul y El Museo de la Inocencia, entre otras muchas obras, dec¨ªa ayer en Madrid que la inmigraci¨®n siria y asi¨¢tica que ahora Europa quiere que pase por su pa¨ªs parece seguir el viejo camino de los visigodos, cuyo trayecto llen¨® de flechas los libros de vieja historia de los bachilleratos. Est¨¢ en Espa?a para participar en el homenaje a su colega Mario Vargas Llosa, ¡°de quien he aprendido much¨ªsimo¡±. A los 64 a?os no ver¨ªa mal que, al cumplir la edad del autor de La ciudad y los perros, un pamuk del futuro fuera a charlar con ¨¦l en Estambul, su ciudad. Es, dice, un novelista feliz, ¡°le¨ªdo en todo el mundo¡±, pero, se pregunta, ¡°?soy una persona feliz?¡±. Su ¨²ltima novela sali¨® el ¨²ltimo oto?o -Una sensaci¨®n extra?a (Random House)-, en la que un campesino del interior se dirige a Estambul, extra?ado ante la gran ciudad.
Pregunta. Su personaje Mevlut se dirige a Estambul. Imag¨ªnese usted haciendo lo mismo con Turqu¨ªa ahora. ?Qu¨¦ le estar¨ªa diciendo a su pa¨ªs?
Respuesta. Me produce una sensaci¨®n mareante, metaf¨ªsica, ver que de repente se est¨¢ volviendo tan extra?a y nueva. Tengo nostalgias obvias de mis a?os de juventud. Pero una parte de mi mente sabe que la nostalgia s¨®lo sirve para los viejos quejosos. Y yo quiero ser un hombre joven comprendiendo las cosas nuevas. Quiero comprender al nuevo Estambul, donde crecen los rascacielos como champi?ones. Pol¨ªticamente me proh¨ªbo la nostalgia. Quiero identificarme con las fuerzas del cambio. Me hago viejo: tengo muchos libros planeados, y s¨¦ que en la vida se puede hacer cada vez menos. Quiero trabajar m¨¢s duro. Pero estoy feliz, soy un novelista feliz, me leen en todo el mundo y eso me hace afortunado.
P. Y en lo pol¨ªtico, ?qu¨¦ le dice a su pa¨ªs?
R. Desafortunadamente eso es lo m¨¢s triste y lo m¨¢s inquietante. Mi pa¨ªs, Turqu¨ªa, est¨¢ dirigido por un presidente cada vez m¨¢s autoritario que est¨¢ polarizando al pa¨ªs. Hay elecciones, pero esa es la ¨²nica democracia que tenemos; no somos una democracia completa, somos una democracia sin libertad de expresi¨®n. Especialmente est¨¢ prohibida la cr¨ªtica period¨ªstica al Gobierno, a los periodistas los despiden con presiones sobre las empresas, otros son amenazados. Un amigo m¨ªo estuvo en la c¨¢rcel, a otro amigo tal vez se lo lleven para ir a juicio. Esto me preocupa y me hace infeliz. Y esto es lo que le digo a Estambul y a mi pa¨ªs. Pero soy feliz all¨ª, no puedo vivir en otro sitio. Llev¨® ah¨ª 64 a?os, mi vida, el cambio en los ¨²ltimos 14 a?os es mayor que el de los ¨²ltimos cincuenta. Y eso me marea y me entristece.
P. Hace a?os dec¨ªa que la entrada en Europa har¨ªa Turqu¨ªa m¨¢s libre y democr¨¢tica. ?Ahora podr¨ªa seguir diciendo eso en la Europa de hoy?
R. Un periodista veterano me dijo por entonces en Barcelona: ¡°?Si nos han dejado entrar a nosotros, a vosotros os dejar¨¢n entrar tambi¨¦n!¡±. Ja, ja, ja. Incluso esta Europa pesimista y ut¨®pica tiene problemas: la crisis migratoria se est¨¢ comiendo los valores de Europa; la UE le pide a Turqu¨ªa que, a cambio de dinero, construya un muro para que filtre a los inmigrantes no deseables. Esto se tragar¨¢ los valores europeos de egalit¨¦, libert¨¦ y fraternit¨¦, sobre todo los de fraternit¨¦. Es dif¨ªcil seguirle el ritmo a esa situaci¨®n. Respetaba tanto a Angela Merkel; empec¨¦ a tenerle simpat¨ªa por su actuaci¨®n ante los refugiados; pero empez¨® a perder votos y necesit¨® la ayuda de Turqu¨ªa¡ Esta no es muy buena ayuda. Un partido islamista est¨¢ filtrando musulmanes para que no entren en Europa, y que Europa les pague para ello¡,?esa no es buena posici¨®n para nadie!
P. ?Qu¨¦ sinti¨® usted cuando escogi¨® la UE a Turqu¨ªa como esa tierra de reparto?
R. No me siento orgulloso, pero eso se presenta al p¨²blico turco como el gran logro. Vamos a ir a Europa sin que nos pidan la visa Schengen, lo que sol¨ªa ser el sue?o de todos los turcos, tambi¨¦n el m¨ªo. Se siente uno un poco inc¨®modo, pero creo que ese acuerdo ser¨¢ dif¨ªcil de implementar. M¨¢s o menos lo que est¨¢n diciendo el Gobierno turco y el alem¨¢n es que los turcos son preferibles a los sirios y a los asi¨¢ticos, est¨¢n m¨¢s cerca. Aunque soy esc¨¦ptico. El liderazgo pol¨ªtico de Europa est¨¢ desorganizado; no sab¨ªan qu¨¦ hacer con los inmigrantes, negociaron durante un a?o con unos y con otros, algunos pa¨ªses no quer¨ªan coger a nadie. Puedes ser c¨ªnico, que no te importe que Alemania necesite trabajadores y que esto lo explique todo. Y ves tambi¨¦n que los n¨®rdicos se pelean ante la eventualidad de acoger emigrantes, mientras que en otros pa¨ªses es notorio que no hay preparaci¨®n para acogerlos. Europa no est¨¢ preparada para esta crisis. Esta inmigraci¨®n parece que ocurre en tiempos de los visigodos, aquellos libros de secundaria en los que se se?alaban flechas que cruzaban Europa desde Oriente¡ El mundo se est¨¢ sacudiendo. Como entonces.
P. En esa triste postal de Europa hay un fondo diario de violencia: Pakist¨¢n, Bruselas, Par¨ªs¡ ?C¨®mo le afecta ese paisaje a un escritor contempor¨¢neo?
R. Est¨¢n explotando bombas en todas partes; pero en los 70 explotaban bombas en Estambul y en ese tiempo yo he aprendido que la dramatizaci¨®n pol¨ªtica de los actos terroristas no ayuda a la soluci¨®n. Ese tipo de ret¨®rica sobre los malos no ayuda, de hecho empieza a ser parte del problema porque impide pensar en por qu¨¦ est¨¢ pasando esto. Y m¨¢s desafortunadamente veo que Europa est¨¢ respondiendo al terrorismo islamista, en los medios, de forma melodram¨¢tica, nacionalista, en lugar de aplicar a esa respuesta distancia y pensamiento. Yo prefiero poner distancia, no dramatizarlo, como hacemos ahora en Turqu¨ªa. Es casi imposible parar el terrorismo, creo yo. Necesitamos m¨¢s comprender lo que est¨¢ pasando en lugar de luchar en contra como hacen en Francia con la polic¨ªa y los militares. El terrorismo, o ese tipo de guerra, como la guerra que est¨¢ librando Turqu¨ªa contra los kurdos, s¨®lo puede resolver atacando el problema de la forma m¨¢s profunda.
P. En esa ¨²ltima novela suya, el personaje Mevlut afronta el nacimiento del Islam pol¨ªtico¡ ?Es ahora ese Islam una nebulosa?
R. El Islam pol¨ªtico tiene un espectro tan amplio que no se puede entender lo que est¨¢ pasando con un solo concepto. Hay fundamentalistas m¨¢s crueles y primitivos y salvajes, como los que describ¨ª en Nieve. Son asesinos, horribles, irresponsables. Pero tambi¨¦n hay islamistas que son como los dem¨®crata cristianos alemanes, que hacen la ret¨®rica islamista y consiguen votos pero nunca matan a nadie. No se puede entender el Islam pol¨ªtico como una unidad. La gente que pone al ISIS y a los islamistas moderados en el mismo saco est¨¢n cometiendo un error. S¨ª, lo creo.
P. En su novela El museo de la inocencia hay una mirada sentimental hacia Europa. En esta Una sensaci¨®n extra?a mira hacia Turqu¨ªa¡
R. Tanto en El museo¡ como en mi libro Estambul, el punto de vista es de la clase media alta; miramos a Europa con las ideas europeas de los derechos humanos, el feminismo, la democracia, conseguir caprichos de Par¨ªs¡, cosas que los personajes de esa novela buscan desde hace dos siglos. Pero el personaje de Una sensaci¨®n extra?a es un conservador del interior de Turqu¨ªa, no tiene inter¨¦s en Europa, su visi¨®n del mundo es m¨¢s isl¨¢mica, y m¨¢s cl¨¢sica. Y ese es mi pa¨ªs, el que mira a un lado y el que mira a otro.
P. Y sus libros, sobre todo estos tres ¨²ltimos, Estambul, El museo¡ y Una sensaci¨®n extra?a, miran a la felicidad¡ ?Es usted una persona feliz?
R. Soy un novelista feliz, pero ?una persona feliz? No estoy seguro. He llegado a un punto de mi vida en que la raz¨®n para la vida no es la felicidad, al menos para mi. S¨¦ que hay una motivaci¨®n, un deseo por mi parte, de ser feliz, s¨¦ que es una contradicci¨®n; creo que lo m¨¢s profundo es buscar un sentido, un algo perdido, una b¨²squeda de una verdad escondida. Tal vez yo pase esa psicolog¨ªa a la escritura de mis novelas. Para mi una buena novela es un lugar donde los valores m¨¢s importantes de la vida se presentan en un tono mayor. Cuando acabas Ana Karenina tienes una idea de lo que realmente es la vida. La felicidad es importante, claro, ?pero con qu¨¦ se compara? La amistad, la lealtad, tener un futuro, educaci¨®n¡., estas cosas son valores importantes de la vida, y cuando lees una novela esos valores saltan tambi¨¦n, est¨¢n ah¨ª ense?¨¢ndote de qu¨¦ va la vida. Y las novelas son los mejores lugares para hablar de ellos seg¨²n vas leyendo.
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