Feliz cumplesiglos
Basta de elogios balad¨ªes y desprecios ignorantes. Basta de leerlo poco y mal. Cervantes es mundial, urgente y necesario
Somos nosotros quienes cumplimos cuatro siglos: los lectores y espectadores que nos asomamos a la lucidez l¨²dica de una obra en presente continuo. Si los cl¨¢sicos son actos de cultura que sobreviven al tiempo y se renuevan bajo la mirada de cada ¨¦poca, entonces Don Quijote, las Novelas ejemplares o los entremeses cervantinos son los cl¨¢sicos de los cl¨¢sicos, porque proyectan no solo lo que somos, sino lo que podemos ser.
Hoy es siempre todav¨ªa, cantaba Machado; Cervantes, rele¨ªdo a la luz de nuestro consumismo primermundista globalizado, de nuestra mediatizaci¨®n tecnol¨®gica hipervigilada, de "la era del vac¨ªo" de la que habla Lipovetsky o "la vida l¨ªquida" que describe Bauman, parece un escritor de ciencia ficci¨®n; m¨¢s bien, de sociedad ficci¨®n. Una pastora dice: "Yo nac¨ª libre, y para poder vivir libre escog¨ª la soledad de los campos"; una gitanilla dice: "Mi alma es libre y naci¨® libre, y ha de ser libre en tanto que yo quisiere"; un hidalgo loco dice: "Por la libertad, as¨ª como por la honra, se puede y debe aventurar la vida"; dos perros hablan y se cuentan su vida errante, dos caballeros se vuelven p¨ªcaros, dos p¨ªcaros se vuelven titiriteros, una muchacha se viste de hombre para escapar de casa... El etc¨¦tera es largu¨ªsimo.
Los personajes cervantinos se reinventan, se redefinen, se rebautizan. Siempre en fuga de su condici¨®n, de su naturaleza prefijada o su realidad impuesta, evolucionan, revolucionan, despliegan palabras para fundar su propia mirada del mundo. Hombres y mujeres de acci¨®n, al igual que su creador, que salen de su hogar, de su pueblo, de su pa¨ªs, de su historia, y se echan al camino (el camino que llevo es a la ventura, dice Cortadillo) como espejos de nuestra voluntad y libre albedr¨ªo. Cervantes, sin crueldad ni condescendencia, les da voz, es decir, nos da voz e invita a escuchar al otro, con un permanente respeto por la inteligencia ajena. Y sonr¨ªe.
Nunca el humor ha llegado m¨¢s al fondo de la condici¨®n humana, porque nace del dolor, de la diferencia, y cede la palabra a todos. Viene del cerebro y de las tripas a la vez; es masivo. Humor multicolor, sin miedo a la incorrecci¨®n pol¨ªtica (el decoro de su tiempo), desde la involuntaria iron¨ªa de Sancho proponiendo a su amo ya moribundo que se conviertan en pastores hasta la catarsis social bufa de El retablo de las maravillas, que acaba, claro, a guantazos con la autoridad.
Durante la gira de En un lugar del Quijote, un periodista pregunt¨® a ??igo Echevarr¨ªa, que interpreta al ingenioso hidalgo en nuestra versi¨®n, si el mundo necesitaba m¨¢s quijotes. Respondi¨®: "El mundo necesita m¨¢s cervantes". Cervantes, humorista humanista, es presente puro: libertad, inteligencia, cultura y respeto (que no reverencia). Lo vemos cada noche, cada funci¨®n, en nuestros viajes de ¡°c¨®micos de la lengua¡±; llevar las palabras de ese maestro de la vida por los teatros del mundo nos permite comprobar que no tienen patria. Puras, traducidas o sobretituladas, son palabras vivas que invitan a ser respondidas por quien las escucha. Hemos visto a ni?os, j¨®venes y adultos en Europa, Am¨¦rica y Asia, llenar el patio de butacas para re¨ªr, llorar y compartir los conflictos de unos personajes que deciden su destino, es decir, que nos miran a los ojos y nos preguntan sobre nuestra propia libertad. Basta de polvo y caspa. Basta de elogios balad¨ªes y desprecios ignorantes. Basta de leerlo poco y mal. Cervantes es mundial, urgente y necesario. Una mirada tan contempor¨¢nea, tan futura, que nos hace cuatro siglos m¨¢s sabios. Es nuestro cumplesiglos. Felicidades.
?lvaro Tato es poeta y dramaturgo, en gira internacional con Cervantina y En un lugar del Quijote (Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico y Ron Lal¨¢).
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.