El hombre que conoci¨® a todo el mundo
Los diarios de Harry Kessler son un testimonio decisivo sobre el mundo intelectual y pol¨ªtico de Europa de finales del siglo XIX y principios del XX
El conde Harry Kessler (1868-1937), hijo de una arist¨®crata irlandesa y de un poderoso banquero alem¨¢n, fue un personaje sobresaliente en el ¨¢mbito cultural y pol¨ªtico de la Europa de finales del siglo XIX y hasta los a?os treinta del XX. De refinada educaci¨®n, estudi¨® en Par¨ªs (donde naci¨®), Ascot y Hamburgo; curs¨® derecho e historia del arte en Bonn y Leipzig e instal¨® su casa en Weimar, brillante epicentro alem¨¢n del modernismo y las vanguardias. All¨ª dirigi¨® el museo de Arte y Oficios e impuls¨® los trabajos del Archivo Nietzsche, dirigido por Elisabeth F?rster-Nietzche, anciana se?ora a la que trat¨® mucho.
El ejemplar cosmopolitismo de Kessler ¡ªno se sinti¨® vinculado s¨®lo a una patria¡ª, su fortuna econ¨®mica y su amor por la cultura, le permitieron residir largas temporadas en Berl¨ªn, Par¨ªs o Londres. Particip¨® en la I Guerra Mundial, en el bando austriaco-alem¨¢n, con misiones culturales; vivi¨® la debacle del Imperio Austroh¨²ngaro y, como candidato al Partido democr¨¢tico, particip¨® activamente en la pol¨ªtica de la Rep¨²blica de Weimar. Lo mejor es que Kessler llev¨® un profuso diario desde su juventud hasta el final de su vida, desconocido hasta ahora en castellano.
J. Enrique Ruiz-Dom¨¨nec ha preparado una selecci¨®n de este extenso diario (una decena de tomos en el original), con una introducci¨®n informativa, claras anotaciones y excelente traducci¨®n. Recopila entradas de Kessler referidas a su pasi¨®n por el arte, sus amistades durante la ¡°belle ¨¦poque¡±, las vivencias de la guerra mundial y la posguerra, los dorados a?os veinte y el ascenso del nazismo.
Kessler era un escritor cerebral y objetivo; su memoria, m¨¢s fr¨ªa que emotiva, registr¨® encuentros con Rilke, Hoffmannsthal, Andr¨¦ Gide; Edvard Munch (quien pint¨® un c¨¦lebre retrato de Kessler), Rodin, Van de Velde, Richard Strauss, Misia Sert, Pierre Bonnard y muchos otros literatos y artistas. Digno de destacar es el recuerdo de la visita al poeta Verlaine, en una humilde vivienda parisina, o los paseos llenos de luz mediterr¨¢nea con el escultor Maillol, de quien Kessler fue mecenas.
La pol¨ªtica desempe?¨® un importante papel en su vida. Significativas, sus descripciones de la berlinesa revoluci¨®n comunista y la contrarrevoluci¨®n, con los asesinatos de Rosa Luxemburgo y Liebknecht. Kessler, al que apodaron ¡°el conde rojo¡± por sus ideas democr¨¢ticas y antinacionalistas, fue amigo de Rathenau, quien poco antes de morir asesinado le anunci¨® que Alemania peligraba porque ¡°¨¦sta es una ¨¦poca de mediocres¡±. Kessler, por su parte, conoci¨® a grandes talentos de la ¨¦poca, por ejemplo, a Albert Einstein, quien le explic¨® de manera ¡°sencilla¡± la teor¨ªa de la relatividad. Por otra parte, desenmascar¨® enseguida al mediocre m¨¢s peligroso de todos: apenas observ¨® a Hitler, Kessler lo tild¨® de ¡°neur¨®tico con ansias de muerte¡±. En ¨¦l vio personificada la hecatombe b¨¦lica que se avecinaba mucho antes de que los nazis llegaran al poder.
As¨ª pues, un testimonio de primer orden sobre el mundo intelectual y pol¨ªtico de aquella Europa brillante y terrible en la que la modernidad mostr¨® sus caras m¨¢s amables y las m¨¢s amargas.
Diario (1893-1937). Harry Kessler. Edici¨®n de Jos¨¦ Enrique Ruiz-Dom¨¨nec. Traducci¨®n de Ra¨²l Gab¨¢s. Ediciones Libros de Vanguardia, Barcelona, 2015, 536 p¨¢ginas, 24 euros.
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