Los ¡®alb¨®ndigas¡¯ atacan a la francesa

?Los alb¨®ndigas atacan de nuevo? S¨ª, pero a la francesa. Y en el siglo XXI. El novato, de Rudi Rosenberg, describe las desventuras ¨Cnunca se pudo aplicar mejor esta palabra- de un cr¨ªo cuando su familia se muda a Par¨ªs y en el colegio acaba sufriendo acoso por los t¨ªpicos matones. Contraataque: juntar a los marginados y empollones para crear la pandilla m¨¢s molona de la historia. Un planteamiento sencillo inspirado en Los Alb¨®ndigas en remojo, la c¨¦lebre pel¨ªcula ochentera de Robert Butler, y que le ha valido a Rosenberg, debutante en la direcci¨®n a los 36 a?os tras una larga carrera como actor, todo tipo de parabienes, incluido el premio Kutxa Nuevos Directores del pasado festival de San Sebasti¨¢n, donde se estren¨® su tragicomedia. El cineasta franc¨¦s recogi¨® el galard¨®n presa de nervios y absolutamente obnubilado.

Meses despu¨¦s, en Par¨ªs, Rosenberg est¨¢ nervioso, pero por otra raz¨®n. Realiza la promoci¨®n de su pel¨ªcula junto al actor protagonista, R¨¦pha?l Ghrenassia, un ni?o de 10 a?os que se comporta como un ni?o de 10 a?os. La charla se desarrolla en ingl¨¦s y Ghrenassia, con l¨®gico aburrimiento, corre por la habitaci¨®n. Con inconsciente sincronizaci¨®n, el periodista y el director le pasan folios y bol¨ªgrafos al chaval, que empieza a dibujar. Rosenberg resopla y arranca a confesar: ¡°Le entiendo, yo tambi¨¦n estoy cansado y la culpa no es suya. En el rodaje tambi¨¦n era una bomba de energ¨ªa, pero mira c¨®mo queda en pantalla. Funciona, se la come¡±.

El cine franc¨¦s siempre ha disfrutado de directores que muestran la infancia en pantalla. Solo hay que recordar que la nouvelle vague arranc¨® con Los 400 golpes, de Truffaut. El cine estadounidense tambi¨¦n ha sido habilidoso a la hora de hablar de adolescentes desplazados, de nerds, de esos alb¨®ndigas. Un nombre: John Hughes. ¡°Me gustan esos t¨ªtulos, pero no fueron una fuente de inspiraci¨®n. Yo quer¨ªa contar mi infancia¡±. ?Y c¨®mo fue? ¡°Pues muy feliz, con un curioso equilibrio entre cosas buenas y malas. Por eso quer¨ªa llevarla al cine: para recuperar los buenos recuerdos¡±.

Esa es una de las razones de su salto a la direcci¨®n con El novato, que se estrena este viernes 8 en Espa?a, tras un ¨¦xito de taquilla en Francia. ¡°Otra, que me atrae la direcci¨®n de actores. Y de verdad me encanta trabajar con ni?os. No es dif¨ªcil, sino que tienes que afrontarlo de manera distinta. A los actores profesionales les encanta controlar todo. Los ni?os son incontrolables, lo que a cambio te aporta un material riqu¨ªsimo. En el rodaje siempre pasaba algo¡±. Aunque fue muy preciso con el guion. ¡°Casi todo lo que se oye en la pel¨ªcula estaba escrito. No hay improvisaciones de texto, pero s¨ª de emociones, de cambios de registro¡±.

Es extra?o que un festival otorgue alg¨²n premio a una comedia sobre ni?os, por muy realista y francesa que El novato sea. ¡°Cierto. Para m¨ª fue una gran sorpresa. Pero a la vez s¨¦ que la pel¨ªcula llega a todo el p¨²blico, independientemente de su nacionalidad¡±. Durante la trama, el protagonista forma un nuevo grupo que finalmente, por muy pringados que les obliguen a ser, tambi¨¦n tiene sus propias reglas para que los nuevos sean aceptados. ¡°Hubo una versi¨®n de guion en la que nos planteamos incluso esa conclusi¨®n, cuando ellos mismos rechazan a otros. Pero ca¨ªa demasiado en la iron¨ªa¡±.

En el cine parece complicado reflejar el tiempo infantil, tan alejado del adulto: los diez minutos de un ni?o nada tienen que ver con los diez minutos de sus padres, incluso con cron¨®metro en mano: son sensaciones muy distintas. ¡°No nos lo planteamos mucho en el rodaje, y si ha quedado plasmado en pantalla ha sido gracias a ellos¡±. Acabado el visionado, queda una duda: ?es importante para Rosenberg el ser aceptado? ¡°Bueno, si hablamos de la pel¨ªcula, espero que no quede ese mensaje porque El novato no tiene mensaje. Es una comedia sobre la amistad y sobre c¨®mo los ni?os crean sus amistades basadas en peque?as cosas, en sus locuras¡­ En cuanto a m¨ª, ya super¨¦ aquel momento malo de la infancia, y supongo que quiero ser aceptado como el resto de la humanidad¡±.