¡°La mejor m¨²sica est¨¢ en el bar de la esquina¡±

¡°Hay un momento en que el ¡°pinchadiscos¡± necesita ir al ba?o¡­¡±, escribe Jos¨¦ Manuel G¨®mez, Gufi en Tribulaciones de un D.J. Flamenco, ¡°Abr¨ª la puerta, y cuando estaba bajando la bragueta vislumbr¨¦ al compadre de al lado¡­ Paco de Luc¨ªa. De inmediato, descart¨¦ la posibilidad de pedirle una entrevista¡±. T¨ªtulo del cap¨ªtulo: El d¨ªa que fui a mear con Paco de Luc¨ªa.

G¨®mez nunca entrevist¨® a Paco de Luc¨ªa. Sin embargo, no lo lamenta: ¡°He estado una noche metido en un tren con Morente, Machito me bail¨® un guaganc¨®¡­ eso muy poca gente lo ha vivido". Editado en r¨¦gimen de crowfunding, Tribulaciones de un D.J. Flamenco ¡ªportada a cargo de SUSO33¡ª recoge la trayectoria singular del autor, periodista de profesi¨®n y DJ de vocaci¨®n. Ni una antolog¨ªa ni unas memorias, sino todo lo contrario. Si acaso, la cr¨®nica de un viaje; el que emprende Gufi a lo largo del tiempo buscando ¡°esa canci¨®n que te cambia la vida¡±. ¡°La conclusi¨®n es: puedes dar la vuelta al mundo buscando la mejor m¨²sica existente para acabar en el bar de la esquina¡±.

Tribulaciones¡­ arranca con la m¨¢s bien lamentable experiencia del autor como conspirador antifranquista al traslado desde su Burgos natal a Madrid y su paso por el colegio mayor San Juan Evangelista, del que fue inquilino mientras cursaba sus estudios de antropolog¨ªa. All¨ª, confiesa, comenz¨® y termin¨® su experiencia como organizador de conciertos: ¡°El detonante fue el concierto de Vainica Doble; se organiz¨® un cristo de narices y pidieron oficialmente mi expulsi¨®n del Club de M¨²sica. Me salv¨® Alejandro Reyes¡±.

Del rock al jazz; de los frutos tropicales al ¡°nuevo flamenco¡±: ¡°la esencia es haber visto a Muddy Waters antes que a los Rolling Stones. Ese es tu papel como periodista, decirle al oyente: si te gustan los Rolling tienes que escuchar a Muddy Waters porque es estupendo y porque, sin ¨¦l, no hubieran existido¡±.

Chavela Vargas le seduce y Chet Baker le toma por su camello¡­ ¡°en mi primer concierto de Wynton Marsalis¡±, escribe, ¡°me qued¨¦ dormido¡±. Conclusi¨®n: ¡°Este t¨ªo nunca llegar¨¢ a nada¡±. G¨®mez aporta una visi¨®n diferente de los grandes sucedidos. La diferencia est¨¢ en el detalle: ¡°Los m¨²sicos viven la m¨²sica como se la encuentran. Todos tienen su propia historia. Y el oyente, lo mismo. Si un d¨ªa mea con uno de Radiohead considerar¨¢ que ese es el momento m¨¢s importante de su vida¡±.

Con la Movida todav¨ªa caliente, G¨®mez cambiar¨¢ el Rock-Ola por el Candela, y a Gabinete Caligari por Enrique Morente: ¡°A m¨ª, la m¨²sica que m¨¢s me emociona en este momento es el flamenco; y el jazz que m¨¢s me emociona es el flamenco¡±.

Buika y Peret (¡°m¨¢s grande que Elvis¡±); Jerry Gonz¨¢lez y Diego Carrasco; Tomasito y Rahsaan Roland Kirk. Viajando en tren con Enrique Morente de Par¨ªs a Madrid imagin¨® el autor un festival ¡°en el que todas las m¨²sicas ser¨ªan iguales¡±: ¡°aquella largu¨ªsima conversaci¨®n le sirvi¨® a Morente para ver que hab¨ªa una gente que calzaba chupas de cuero dispuesta a escuchar flamenco¡±. De ah¨ª, a convertirse en D.J. Gufi. ¡°Pinchar para un grupo de funcionarios del Asuntos Exteriores¡±, en su caso, ¡°puede devenir en una cuesti¨®n de orgullo cuando pones a James Brown y te piden a Mecano¡±.

Con sus toques casi quevedianos, Tribulaciones de un D.J. Flamenco es tambi¨¦n la historia de la lucha del periodista musical por su supervivencia: ¡°El problema no es la muerte del periodismo, sino la del periodista, por inanici¨®n¡±. A¨²n as¨ª, el autor ve la luz al final del camino: ¡°Es ahora cuando hay que decir: ?co?o, estamos vivos, y vale la pena lo que hacemos!¡±.

Tribulaciones de un D.J. Flamenco est¨¢ disponible trav¨¦s de Seebook y las principales plataformas de libros digitales.