Tony Conrad, artista experimental
Pionero del cine estructural y la m¨²sica minimalista, ser¨¢ recordado por ¡®The Flicker¡¯
Nacido en 1940 en Concord, New Hampshire, Anthony Schmaltz Conrad fue un denodado explorador de las fronteras naturales, negadas por el racionalismo, en que arte y matem¨¢ticas confluyen. Pionero del cine estructural y la m¨²sica minimalista, ser¨¢ recordado por la pel¨ªcula The Flicker, arquetipo todav¨ªa exultante de la vanguardia cinematogr¨¢fica estadounidense de los sesenta, y por su influyente colaboraci¨®n con la banda alemana Faust en el ¨¢lbum Outside the Dream Syndicate, irrefutable cl¨¢sico de la repetici¨®n que ampl¨ªa lo sensorial en vez de confinarlo.
Estudiante de matem¨¢ticas en Harvard, Conrad se grad¨²a en 1962. En la universidad descubre a John Cage y Karlheinz Stockhausen y, tras pasar un a?o en Dinamarca, donde junto a un colega trabajan con los m¨¢s potentes ordenadores de la ¨¦poca, se instala en Nueva York con la idea de dedicarse a la m¨²sica. Conecta con LaMonte Young, antiguo m¨²sico de jazz y miembro del colectivo Fluxus, y forma parte de su Theatre of Eternal Music junto a Marian Zazeela y John Cale. Seg¨²n Conrad, el proyecto nace con ¡°la intenci¨®n de negar la teolog¨ªa hist¨®rico-progresiva euroc¨¦ntrica, entonces representada por la designaci¨®n del compositor¡±.
Conrad plantea una alternativa al idealismo inherente en la noci¨®n de exactitud, un concepto pitag¨®rico que afirma que un n¨²mero nunca es totalmente exacto. Crear consonancia desde la disonancia, sabiendo que notas y n¨²meros son solo aproximativos, es la base del sostenido zumbido, fruto de afinaciones no convencionales, creado en el ¡°antirracionalista y no electr¨®nico¡± Theatre of Eternal Music. Salvo Day of Niagara, publicada en 2000 por Conrad en su sello Table of the Elements, las grabaciones de esta primera etapa permanecen in¨¦ditas.
Compa?ero de Cale y Reed
La relaci¨®n con Cale lleva a Conrad a formar parte de un conjunto ef¨ªmero, The Primitives, inventado para promocionar en vano un tema compuesto por un joven Lou Reed. Al instalarse Reed y Cale en el apartamento del Lower East Side que Conrad les traspasa, encuentran un libro sensacionalista de tem¨¢tica sexual cuyo t¨ªtulo, The Velvet Underground, bautiza a la banda que cambiar¨¢ el rumbo del rock.
Decepcionado con la m¨²sica, en 1966 Conrad aplica su praxis al filme The Flicker, secuencia de fotogramas en negro alternados con otros en blanco que generan ilusiones ¨®pticas y alucinaciones crom¨¢ticas, adem¨¢s de posibles epilepsias. Estos 30 minutos son una experiencia f¨ªlmica incomparable: luces y sombras, ordenadas matem¨¢ticamente, producen en retina y mente indescriptibles alteraciones sensoriales.
En 1972, acompa?a a Young a la Documenta de Kassel, Alemania. Uwe Nettelbeck, productor del grupo Faust, le invita a pasar unos d¨ªas en la granja estudio donde trabajan. All¨ª graban el ¨¢lbum Outside the Dream Syndicate. Ignorado por la cr¨ªtica de la ¨¦poca, este repetitivo mantra fundamentado en el ritmo obsesivo y elemental de una bater¨ªa en c¨ªrculo cerrado, el viol¨ªn de Conrad avanzando sobre un sombr¨ªo manto sonoro, impregnar¨¢ al rock de un minimalismo que todav¨ªa persiste.
Profesor en la Universidad de Buffalo, Nueva York, Conrad trabaj¨® en el ¨¢mbito del videoarte y plante¨® una serie de pel¨ªculas, Yellow Movies, con la idea de que su proyecci¨®n durase 50 a?os. En los noventa rescata una serie de composiciones tituladas gen¨¦ricamente Early Minimalism en un intento por reconfigurar aquella m¨²sica perdida del Theatre of Eternal Music, in¨¦dita a causa de la disputa por su autor¨ªa con Young, al que acusaba de eg¨®latra y de no haber comprendido el alcance cient¨ªfico de su obra. Public¨® varios trabajos a su nombre, entre estos Slapping Pythagoras, y colabor¨® con artistas afines, Genesis P. Orridge o Charlemagne Palestine. Conrad falleci¨® el pasado s¨¢bado a los 76 a?os, a causa de una neumon¨ªa. Deja un mundo acelerado y caleidosc¨®pico que no entendi¨® su mayor hallazgo: las duraciones largas, que quiso desarrollar para cambiar la percepci¨®n del oyente, son en realidad intervalos cortos.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.