El volc¨¢n de lo reprimido
La est¨¦tica de Guadagnino surge de la fricci¨®n entre la libertad de improvisaci¨®n concedida al reparto y su efectista sentido de la puesta en escena
En la c¨²spide de lo sublime rid¨ªculo, Ralph Fiennes baila hist¨¦ricamente a los sones del?Emotional Rescue de los Stones. El momento merece figurar, en puesto destacado, en una hipot¨¦tica Antolog¨ªa de la Sobreactuaci¨®n y marca la temperatura (enfebrecida) que recorre este lib¨¦rrimo remake de?La piscina (1962) de Jacques Deray, donde el director Luca Guadagnino se postula, en tenso pulso con Paolo Sorrentino, como heredero manierista de la gran tradici¨®n del cine de autor italiano. Si su no menos arriesgada?Yo soy el amor (2009) invitaba a pensar en un Visconti de alta costura (posmoderna),?Cegados por el sol podr¨ªa leerse como un Antonioni con insolaci¨®n o un Bertolucci sobrehidratado. Que no se interprete ninguno de estos s¨ªmiles como un reproche: la noticia de que el siguiente paso en la carrera de Guadganino va a ser el de elaborar una nueva versi¨®n de esa catedral del expresionismo pop que fue?Suspiria (1977) de Dario Argento no podr¨ªa estimular m¨¢s la expectaci¨®n de este cr¨ªtico. La secuencia musical de Fiennes ¨Cque encuentra su contrapunto en otro momento posterior en un karaoke- permite extraer algunas conclusiones tanto sobre el inesperado talento del actor para modular el exceso como sobre la metodolog¨ªa de trabajo de Guadagnino, cuya est¨¦tica surge de la fricci¨®n entre la libertad de improvisaci¨®n concedida al reparto y su efectista sentido de la puesta en escena.
CEGADOS POR EL SOL
Direcci¨®n: Luca Guadagnino.
Int¨¦rpretes: Tilda Swinton, Ralph Fiennes, Dakota Johnson, Mathias Schnoenaerts.
G¨¦nero: drama. Italia, 2015.
Duraci¨®n: 124 minutos.
En La piscina, la calma de un retiro estival se convert¨ªa en territorio propicio para la erupci¨®n de lo reprimido a partir de la llegada de un agente provocador. Las tensiones se iban cociendo a fuego lento, a partir de una elaborada coreograf¨ªa de miradas alrededor de los cuerpos de Romy Schneider, Alain Delon, Jane Birkin y Maurice Ronet. En?Cegados por el sol, Guadagnino es menos sutil ¨Caqu¨ª las miradas dan pie a alg¨²n abrupto exceso de estilo-, pero basa su juego de tensiones en el sostenido contraste entre el mutismo del personaje encarnado por Tilda Swinton ¨Cuna rock star convaleciente de una operaci¨®n de garganta- y la intrusiva y avasalladora facundia de Fiennes ¨Csu antiguo amante, pero, tambi¨¦n, una encarnaci¨®n de los excesos del pasado que siguen tentando y asediando a su silencioso objeto de deseo-. Los matices incestuosos de la relaci¨®n entre el ex amante y su hija y la introducci¨®n del tema del flujo de emigrantes acaban completando la medular amoralidad del microcosmos explorado por un Guadagnino felizmente desatado.
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