Muere el cantante Billy Paul, vers¨¢til vocalista de soul y jazz
Su 'Me and Mrs. Jones' fue uno de los mayores ¨¦xitos del elegante 'sonido de Filadelfia'
Billy Paul, cantante de 81 a?os, muri¨® el domingo 24 en Blackwood (Nueva Jersey), v¨ªctima de un c¨¢ncer de p¨¢ncreas. De verdadero nombre Paul Williams, hab¨ªa nacido el 1 de diciembre de 1934 en Filadelfia; precisamente, se le identifica con el llamado sonido de Filadelfia.
En la jerga de la industria, Billy Paul fue un one-hit wonder, una ¡°flor de un d¨ªa¡±. Resulta que su Me and Mrs. Jones tuvo un impacto tan fenomenal que eclips¨® el resto de sus temas de ¨¦xito. Me and Mrs. Jones?encajaba en una veta popular en el soul suave: las cr¨®nicas de adulterio. La elegancia discreta del fondo orquestal potenciaba el tono dolorido del vocalista, atormentado por su relaci¨®n clandestina con una mujer casada.
Paul era menor de edad cuando comenz¨® a actuar como telonero de figuras del jazz. Perteneciente a la misma quinta que Elvis Presley, coincidi¨® con el ¡°rey¡± en un cuartel de la Rep¨²blica Federal de Alemania. Tras editar singles en Jubilee y otros sellos, intim¨® en Filadelfia con el compositor y productor Kenny Gamble, que le public¨® su primer ¨¢lbum en 1968, Feelin¡¯ good at the Cadillac Club (a pesar del t¨ªtulo, se trataba de un falso directo).
Hasta entonces, Paul cultivaba los standards y el repertorio del jazz. Sensible a los vientos que soplaban, bien dotado de recursos vocales, comenz¨® a probar con autores blancos (Dylan, Paul Simon, John Fogerty, Carole King, Elton John). En los elep¨¦s que, a partir de 1970, grab¨® con la pareja Kenny Gamble y Leon Huff, se combinaban baladas y temas bailables; los mismos productores le proporcionaban composiciones a la medida.
En los lanzamientos de su sello, Philadelphia International Records, Gamble y Huff alternaban las canciones de amor con los temas concienciados. A lo largo de los setenta, Billy Paul fue el veh¨ªculo ideal para canciones con mensaje como I¡¯m a prisoner, Am I black enough for you? o Bring the family back. Aciertos suyos, que todav¨ªa suenan en las radios estadounidenses, fueron los saludos a h¨¦roes afroamericanos como Black wonders of the world?o la adaptaci¨®n de Let ¡®em in, de Paul McCartney, que inclu¨ªa la novedad ¡ªpara 1977¡ª de ¡°samplear¡± discursos de Martin Luther King y Malcolm X.
La faceta seductora de Billy Paul le llev¨® a chocar con uno de los m¨¢s oportunistas l¨ªderes del movimiento negro, el reverendo Jesse Jackson, que arremeti¨® contra Let¡¯s make a baby?como ejemplo de ¡°m¨²sica pornogr¨¢fica¡±. M¨¢s desagradable aun fue la batalla contra sus antiguos protectores, Gamble y Huff.
En 2000, tras advertir que Nike usaba Me and Mrs.Jones en un anuncio, sin su conocimiento, Paul se demand¨® a sus productores. Estos eran expertos en ¡°contabilidad creativa¡±: en vez de reconocer su negligencia en el pago de regal¨ªas al cantante, aseguraron que era ¨¦l qui¨¦n les deb¨ªa unos 300.000 d¨®lares, en concepto de gastos de producci¨®n no recuperados.
Un juicio con jurado conden¨® a Gamble y Huff a pagar un mill¨®n de d¨®lares al artista. A continuaci¨®n, los O¡¯Jays, Archie Bell y otros damnificados por Philadelphia International exigieron compensaciones por las pr¨¢cticas indignas de unos productores que, ay, se vend¨ªan como la cara respetable del negocio de la m¨²sica negra.
Bien es cierto que la carrera de Billy Paul se agost¨® sin las suntuosas orquestaciones del ¡°sonido de Filadelfia¡±. Volvi¨® al circuito de los locales nocturnos y desarroll¨® una adici¨®n a la coca¨ªna que complic¨® su existencia. Le salv¨® el p¨²blico europeo, siempre cari?oso con los hist¨®ricos del soul. Fue un director sueco, G?ran Hugo Olsson, qui¨¦n confeccion¨® en 2009 un retrato equilibrado de Paul, con el documental Am I black enough for you?
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