John Landis, el maestro err¨¢tico
El libro de Gerardo Santos Bocero, 'John Landis, un hombre lobo en Hollywood', repasa la ecl¨¦ctica trayectoria de un director desconocido a pesar de sus ¨¦xitos
John Landis forma parte de esa categor¨ªa de cineastas cuyas pel¨ªculas son m¨¢s importantes que los que las dirigen. Muchos conocen su nombre, pero resulta dif¨ªcil citar una sola de sus pel¨ªculas. Cuando analizamos su filmograf¨ªa, en la que se alternan pel¨ªculas muy buenas, como Entre pillos anda el juego (1983), y a veces pel¨ªculas muy malas, como Superdetective en Hollywood 3 (1994), nos damos cuenta de que abord¨® numerosos estilos, hasta tal punto que David Cronenberg dijo de ¨¦l: "Es un director de g¨¦nero, pero es dif¨ªcil decir de cu¨¢l¡±. El libro de Gerardo Santos Bocero, John Landis, un hombre lobo en Hollywood (Di¨¢bolo Ediciones), repasa la rica y ecl¨¦ctica trayectoria de un director extra?amente desconocido a pesar de sus grand¨ªsimos ¨¦xitos.
Pocos cineastas pueden presumir como ¨¦l de que cinco de sus pel¨ªculas se consideren hoy en d¨ªa?cl¨¢sicos: Made in USA (1977), un film de sketches con un guion de los ZAZ (Zucker, Abrahams y Zucker), que entonces eran desconocidos pero que luego dirigir¨ªan Aterriza como puedas (1980); Desmadre a la americana (1978), una comedia de adolescentes precursora de American pie; Un hombre lobo americano en Londres (1981), una pel¨ªcula de terror; Thriller (1983), un videoclip, y sobre todo Granujas a todo ritmo (1980), su mayor ¨¦xito, interpretada por Dan Ackroyd y John Belushi, una comedia musical (James Brown, Ray Charles, Aretha Franklin...) con una de las mejores persecuciones de coches del cine. Cuando a los 8 a?os descubri¨® Simbad y la princesa (Nathan Juran, 1958) y los efectos especiales de Ray Harryhausen, Landis encontr¨® su vocaci¨®n y tom¨® conciencia del poder que tiene un cineasta para transformar los sue?os en im¨¢genes. Dej¨® el colegio -era un estudiante mediocre- y consigui¨® unas pr¨¢cticas en el servicio de correos de la 20th Century Fox. Ten¨ªa libertad para recorrer todos los plat¨®s de uno de los estudios de cine m¨¢s grandes, lo que le permiti¨® conocer a los directores de cine que ¡°inventaron la gram¨¢tica cinematogr¨¢fica¡± (Hawks, Ford, Wilder, Capra...) y que alimentaron su cinefilia. Cuando todav¨ªa no hab¨ªa cumplido los 20 a?os, empez¨® a viajar, a veces ¡°debajo de los vagones de los trenes¡± porque ten¨ªa muy poco dinero, para acumular experiencia. Mientras recorr¨ªa el mundo, aceptaba todos los rodajes y realizaba todos los trabajos posibles (regidor, asistente de direcci¨®n e incluso doble en algunas pel¨ªculas del oeste) para hacer finalmente su primera pel¨ªcula a los 23 a?os: El monstruo de las bananas. Despu¨¦s har¨ªa, una tras otra, sus cuatro pel¨ªculas m¨¢s famosas.
Michael Jackson, despu¨¦s de haber visto Un hombre lobo americano en Londres y la transformaci¨®n de un hombre en hombre lobo, llam¨® a Landis para dirigir el v¨ªdeo de Thriller. Como la discogr¨¢fica se negaba a invertir ni un solo d¨®lar para vender un ¨¢lbum que ya era el mayor ¨¦xito de la historia, Jackson y Landis tuvieron libertad total y se autofinanciaron para hacer un aut¨¦ntico cortometraje. Esos 13 minutos ser¨ªan el videoclip m¨¢s famoso de la historia. Hoy todo el mundo est¨¢ de acuerdo en decir que hubo un antes y un despu¨¦s de Thriller.
El 23 de julio de 1982 fue un punto de inflexi¨®n en la carrera y en la vida profesional de John Landis. Fue el ¨²ltimo d¨ªa de rodaje de la parte que dirigi¨® para la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de la serie de televisi¨®n En los l¨ªmites de la realidad, codirigida por Spielberg, George Miller y Joe Dante. Durante una secuencia, un piloto de helic¨®ptero perdi¨® el control de su aparato y se estrell¨® contra el suelo matando a Vic Morrow, el actor principal, y a dos ni?os contratados de manera ilegal. Le llevaron a juicio, as¨ª como a otros miembros del equipo, en un proceso judicial que durar¨ªa hasta 1987 y en el que acabar¨ªa absuelto. M¨¢s adelante, se publicar¨ªan libros de investigaci¨®n que pusieron de manifiesto la culpabilidad de Landis. Aunque el a?o siguiente consigui¨® su mayor ¨¦xito popular con El pr¨ªncipe de Zamunda, protagonizado por Eddie Murphy, todas las pel¨ªculas que hizo a continuaci¨®n fueron un fracaso comercial y recibieron malas cr¨ªticas.
Hoy en d¨ªa, Landis, que parece que tiene muchas dificultades para financiar sus proyectos (sue?a desde hace a?os con llevar al cine la vida de P. T. Barnum, el creador del famoso circo), recorre los festivales del mundo entero en los que se le rinden homenajes. El pr¨®ximo ser¨¢ el madrile?o Nocturna el 23 de mayo. El cineasta, que no tiene pelos en la lengua (habla con dureza de la industria hollywoodiense) y profuso en an¨¦cdotas, deleita al p¨²blico en unas clases magistrales muy divertidas en las que, a veces, se toma algunas libertades con la realidad. De hecho, y como se?ala Bocero en su libro, aparecen numerosas incoherencias cuando Landis menciona los diferentes plat¨®s de rodaje en los que afirma que estuvo durante su juventud. Hasta tal punto que no se sabe si lo que quiere es alimentar su ¡°leyenda¡±, como cuando dice que ¡°Thriller es mi pel¨ªcula¡±, obviando la aportaci¨®n de Jackson, o si simplemente quiere distraer a su p¨²blico. Que es lo que ha hecho, al fin y al cabo, a lo largo de toda su carrera. ?Y con qu¨¦ ¨¦xito!
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