Un ¡®quijote¡¯ para el papa Francisco
Los directores de la RAE, el Instituto Cervantes y Francisco Rico le hacen entrega de un ejemplar de la obra en el Vaticano
Antes que sucesor de Pedro y representante de Cristo en la Tierra, Jorge Bergoglio fue profesor de Literatura en Buenos Aires. Y a fe que sus ense?anzas y su pasi¨®n por los libros no quedaron relegadas por la teolog¨ªa ni por sus labores de jerarca eclesi¨¢stico. Diversos autores, y sobre todo los cl¨¢sicos con tendencia tr¨¢gica, le acompa?an a menudo en la mesilla de noche, como ha reconocido ¨¦l mismo. El Quijote es uno de sus t¨ªtulos de cabecera y por eso ayer los directores de la Real Academia y del Instituto Cervantes, Dar¨ªo Villanueva y V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, respectivamente, se lo llevaron como regalo al Vaticano, donde el Papa les recibi¨® en audiencia privada en la biblioteca del Palacio Apost¨®lico.
Les acompa?¨® el catedr¨¢tico y acad¨¦mico Francisco Rico, a quien no han pasado por alto las citas que el Pont¨ªfice ha dedicado a Cervantes en alguna intervenci¨®n. ¡°Lo hac¨ªa de forma natural, espont¨¢nea, se?al de que conoce la obra en profundidad¡±, asegura el acad¨¦mico. Autor de algunos de los m¨¢s relevantes estudios sobre la novela de Cervantes, Rico le escribi¨® y el Papa le contest¨®. ¡°No solo me lo agradec¨ªa, sino que me daba su bendici¨®n, algo que valoro, porque me hace mucha falta¡±, apunta.
Francisco departi¨® ayer durante 20 minutos con los tres acad¨¦micos y les confes¨® algunas preocupaciones. ¡°Nos traslad¨® que cuando ¨¦l ense?aba, los alumnos pod¨ªan controlar unas 1.500 palabras de vocabulario. Hoy no pasan de 500¡±, afirm¨® Rico tras la recepci¨®n, en la que Villanueva le regal¨® adem¨¢s una edici¨®n personalizada del Diccionario de Autoridades.
La cita que puso a Rico en la pista de la afici¨®n papal al Quijote fue el pasaje que el hidalgo dedica a la Historia hablando con el bachiller Carrasco: ¡°Los ni?os la traen en las manos, los j¨®venes la leen, los adultos la entienden, los viejos la elogian¡±. En una entrevista con el diario L¡¯Osservatore Romano, el Papa asegur¨® que dicha frase supon¨ªa ¡°una buena definici¨®n de lo que son los cl¨¢sicos¡±.
Ello sirvi¨® para que, en el a?o del cuarto centenario de la muerte de Cervantes, Rico propusiera a los directores de la Academia y del Cervantes que pidiesen una audiencia para regalarle a Francisco la edici¨®n especial del Quijote que ha preparado la RAE y, de paso, sensibilizarle ante el 400? aniversario. ¡°Le hemos pedido que aproveche esta celebraci¨®n para animar a su lectura y reivindicar la figura de Cervantes, como buen cat¨®lico que fue. A Shakespeare no hace falta que lo defienda, porque, seg¨²n parece, aunque no est¨¢ claro, pas¨® por protestante¡±, ironiza Rico.
¡°Esperamos que anime a su lectura. Es el primer papa hispanohablante en siglos y, adem¨¢s, un gran amante y conocedor de la literatura¡±, recalca Garc¨ªa de la Concha.
No solo de Cervantes, y sin salir de los cl¨¢sicos espa?oles, bebe Bergoglio. Tampoco oculta otras dos debilidades: el Cantar de m¨ªo Cid y La Celestina, nada condescendiente con la Iglesia. ¡°Dice mucho de su apertura de mente esta admiraci¨®n por la obra de un jud¨ªo converso muy cr¨ªtica con la instituci¨®n¡±, tercia Villanueva.
Para animar a la lectura del Quijote, Bergoglio les confes¨® que con sus alumnos del colegio de la Inmaculada Concepci¨®n, de Santa Fe, usaba a Calixto y Melibea para que se enganchasen a los cl¨¢sicos. Se trataba de una obra ¡°m¨¢s picante¡±, dijo. Aunque, antes que a cualquier otro autor, los j¨®venes porte?os prefer¨ªan que les leyera poemas de Lorca, seg¨²n precis¨® a L¡¯Osservatore Romano.
Como buen argentino, en la dosis de citas papales no falta su cucharada de Borges, aunque no es el ¨²nico a quien alude con frecuencia. El Leopoldo Marechal de Ad¨¢n Buenosayres tambi¨¦n encuentra su espacio en la biblioteca ¨ªntima de Francisco.
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