Cuando Chaikovski insult¨® a Brahms
Una recopilaci¨®n de cr¨ªticas salvajes componen el ¡®Repertorio de vituperios musicales¡¯ recogido durante a?os por el compositor Nicolas Slonimsky
Comenta Peter Schickele, compositor y music¨®logo estadounidense, que este Repertorio de vituperios musicales recopilado con cierta paciencia masoquista por el creador y director de orquesta Nicolas Slonimski, requiere una lectura en peque?as dosis con un toque de sal. De az¨²car, m¨¢s bien, podr¨ªamos matizar¡ Porque desde Beethoven hasta la vanguardia del siglo XX, nadie se salva de la quema.
Como una antolog¨ªa del agravio venenoso est¨¢ concebido este libro, publicado ahora por Taurus. Tambi¨¦n, con la intenci¨®n de dejar patente c¨®mo el presente es una nube de confusi¨®n que gustos y tendencias futuras se encargar¨¢n de aclarar. Pero esa p¨®cima no s¨®lo se destila por parte de los cronistas y cr¨ªticos. Son los m¨²sicos mismos quienes analizan con una crueldad y ceguera preocupantes la obra de sus contempor¨¢neos.
Quien m¨¢s p¨¢ginas ocupa en el ¨ªndice ¨Cnaturalmente-, es Arnold Sch?nberg, l¨ªder de la Escuela de Viena. Pero el terror a la ruptura de la armon¨ªa que con ¨¦l y sus seguidores lleg¨® al cementerio, viene temi¨¦ndose desde mucho antes. Beethoven, para empezar en el siglo XIX, no queda libra de culpa: ¡°Jam¨¢s se cre¨® nada tan incoherente, estridente, ca¨®tico y ensordecedor en la historia de la m¨²sica. Las disonancias m¨¢s desgarradoras chocan sobre una armon¨ªa verdaderamente atroz¡±, clamaba August von Kotzebue (Der Freim¨¹tige), en 1806, al referirse a la obertura de la ¨®pera Fidelio.
Desagradable al o¨ªdo y excesivamente largo, son los reproches m¨¢s habituales cuando se refieren al alem¨¢n. Carente de talento, artificial, es lo que le toca a Brahms. Pero no por parte de cualquiera, sino en boca de un Chaikovski, nada contemplativo: ¡°He tocado la m¨²sica de ese pat¨¢n de Brahms. ?No tiene nada de talento el muy desgraciado! Me molesta que un mediocre ampuloso como ¨¦l, sea considerado un genio¡±.
?ndice de insultos
Junto a su ¨ªndice onom¨¢stico, el Repertorio de vituperios musicales, incluye otra lista: la de palabras y expresiones insultantes, peyorativas y despreciativas. Una forma de orden propia para este libro sui generis que recopil¨® a lo largo de d¨¦cadas Nicolas Slonimsky, cuando le sobraba tiempo entre sus m¨²ltiples facetas de compositor, director de orquesta, pianista y lexic¨®grafo. En Anticristo figuran Bruckner y Wagner. En cacofon¨ªa, Berlioz, Chopin, Debussy, que repite en mareo y nausea junto a Chaikovski, Liszt o Strauss. En fealdad encontramos a B¨¢rtok, Beethoven, Berg, Bizet. Como padre del regreso a la barbarie, s¨®lo uno: Stravinski. En lujuria, a Verdi y Puccini. Como monstruosidad entran: Ravel, Berlioz, Var¨¨se, Mahler. Tortura queda reservada para Prokofiev, Schumann, Brahms. Como rey de la sangre fr¨ªa: Ravel.
Al ruso tambi¨¦n le azuzaron. En clave premonitoria de repelencia cultural pre guerra fr¨ªa: ¡°La Cuarta Sinfon¨ªa de Chaikovski es una de las composiciones rusas, es decir, cuasi b¨¢rbaras, que se han escuchado en esta ciudad¡±, recog¨ªa en un art¨ªculo el New York Post en 1890.
La xenofobia y el racismo resaltan como otro de los nubarrones prejuiciosos que quedan en evidencia dentro del libro. Gustav Mahler es uno de los que m¨¢s lo sufren debido a su condici¨®n de jud¨ªo en Viena: ¡°Si la m¨²sica de Mahler hablara yiddish ser¨ªa ininteligible para m¨ª. Pero si me parece repulsiva es porque act¨²a a la manera jud¨ªa. Es decir, habla un lenguaje musical alem¨¢n, pero con el acento, con el tono, y, sobre todo, con los gestos de un jud¨ªo oriental, demasiado oriental¡±, escrib¨ªa Rudolf Louis en La m¨²sica alemana actual. Pero lo hac¨ªa en 1909, sin que la expl¨ªcita aberraci¨®n genocida del nazismo hubiera contaminado el ambiente a¨²n.
Fil¨®sofos, escritores mel¨®manos y cr¨ªticos no se privaron de esgrimir todo tipo de ataques. El caso de Friedrich Nietzsche y George Bernard Shaw, wagnerianos y antiwagnerianos al tiempo, caso del primero. Temperamentales y malvados, no se privan. Como tampoco quedan sin desahogarse Oscar Wilde o Le¨®n Tolstoi. Precisamente, sobre el autor de El anillo del Nibelungo, se explayan los cuatro.
Para Nietzsche, tocaba preguntarse: ¡°?Es Wagner un ser humano? ?No es m¨¢s bien una enfermedad? Infecta todo lo que toca: ha hecho enfermar la m¨²sica¡±. Wilde recurre a la iron¨ªa en El retrato de Dorian Gray: ¡°La m¨²sica de Wagner es la que m¨¢s me gusta. Suena tan fuerte que uno puede hablar todo el tiempo sin que nadie oiga lo que dice¡±.
Mientras que Tolstoi, sin conformarse s¨®lo con arrear al alem¨¢n, sentenciaba en ?Qu¨¦ es el arte?: ¡°Wagner comienza alabando la ¨²ltima ¨¦poca de Beethoven y combina esta m¨²sica con la teor¨ªa m¨ªstica de Schopenhauer, que es tan boba como la m¨²sica de Beethoven y, entonces, de acuerdo con su teor¨ªa, escribe su propia m¨²sica, conect¨¢ndola con un sistema de mixtificaci¨®n de todas las artes que es todav¨ªa m¨¢s falso. Detr¨¢s vienen otros imitadores que se alejan todav¨ªa m¨¢s del arte: Brahms, Richard Strauss y algunos m¨¢s¡±. Pero qui¨¦n se muestra especialmente incisivo entre todos ellos, vuelve a ser un m¨²sico como Rossini: ¡°Wagner tiene momentos bellos, pero cuartos de hora malos¡±.
No existe de todas formas, artista que levante mayor inquina que Arnold Sch?nberg. Su profec¨ªa rupturista y apocal¨ªptica provoca un rechazo virulento y carente de piedad. ?No era ese el fin que de alguna forma persegu¨ªa? James Gibbons Huneker public¨® en The New York Times en 1913: ¡°Es el compositor m¨¢s cruel que hay, introduce en su m¨²sica unas dagas afiladas y al rojo vivo con las que va cortando en peque?as rodajas la carne de sus v¨ªctimas¡±.
Las diatribas le caen desde todos los ¨¢ngulos. Pero en el delirio conspirativo vencen de un lado los nazis, conect¨¢ndole con su antisemitismo y los sovi¨¦ticos, analiz¨¢ndolo desde el punto de vista de la lucha de clases como un demonio burgu¨¦s destructivo: ¡°La raz¨®n decisiva de la burgues¨ªa reaccionaria para apoyar a los compositores atonales es que la herm¨¦tica secta de la atonalidad ha demostrado ser un instrumento adecuado para llevar a cabo una imprudente campa?a de propaganda de un cosmopolitismo repugnante que conduce a la separaci¨®n de la Intelligentsia y del pueblo. El centro de esta secta se halla en Estados Unidos, pero sus ramificaciones se encuentran dispersas por todo el mundo¡±, escrib¨ªa I. Ryzhkin en Sovietskaya Musica hacia 1949.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.