Pobreza regional: buenas nuevas, tareas pendientes y papel de la protecci¨®n social

En el reciente Panorama Social de Am¨¦rica Latina y el Caribe 2024, que la CEPAL acaba de publicar, constatamos que la pobreza se redujo muy significativamente de 51,2% a 27,7% entre 1990 y 2014. Sin embargo, su reducci¨®n se detuvo a partir de entonces coincidiendo con el inicio de la segunda d¨¦cada perdida, y aument¨® con la pandemia a 32,8% en 2020. En 2022 se redujo a 28,8% y en 2023 a 27,3%, que es el nivel m¨¢s bajo desde que hay registro comparable. No obstante, se trata a¨²n de 172 millones de personas en la regi¨®n que no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades elementales.

En tanto, la pobreza extrema, que se hab¨ªa reducido de 15,5% en 1990 a 7,7% en el 2014, tambi¨¦n detuvo su tendencia a partir de ese a?o y aument¨® a 13,2% con la pandemia. Disminuy¨® a 11,1% en 2022 y a 10,6% en 2023, lo que corresponde a 66 millones de personas que no pueden adquirir una canasta b¨¢sica de alimentos.

Adem¨¢s, en el informe se documenta c¨®mo la pobreza sigue afectando m¨¢s a las mujeres que a los hombres en edad laboral y c¨®mo el porcentaje de ni?as, ni?os y adolescentes en situaci¨®n de pobreza es considerablemente m¨¢s alto que el de otros grupos etarios.

Por otro lado, la alta desigualdad de ingresos persiste. En 2023 no present¨® cambios significativos respecto al 2022. Y, como hemos se?alado en informes anteriores, la distribuci¨®n de la riqueza es significativamente m¨¢s desigual que la del ingreso: el 10% de las personas de mayores ingresos concentra el 66% de la riqueza total y el 1% m¨¢s rico concentra el 33%.

El foco del Panorama Social de este a?o est¨¢ en la protecci¨®n social no contributiva, ¨¢rea en la que se registran importantes avances, pero tambi¨¦n la persistencia de altos niveles de desprotecci¨®n. En 2022, uno de cada cuatro hogares (23,5%) carec¨ªa de acceso a la protecci¨®n social, tanto contributiva como no contributiva, en 14 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina. Esta proporci¨®n se eleva a uno de cada tres hogares (36,5%) en el quintil de menores ingresos y en ¨¢reas rurales (29%).

La protecci¨®n social no contributiva es fundamental en los hogares del primer quintil de menores ingresos. Esto quiere decir que las pol¨ªticas de transferencias monetarias o en especie (como la alimentaci¨®n escolar) y los programas de inclusi¨®n laboral son clave para vincular a las personas con los servicios sociales y avanzar en la erradicaci¨®n de la pobreza y la reducci¨®n de la desigualdad.

La expansi¨®n de los sistemas de pensiones no contributivas (SPNC) ha sido uno de los principales hitos del desarrollo de los sistemas de protecci¨®n social en Am¨¦rica Latina en este siglo. La cobertura de los SPNC entre las personas de 65 a?os y m¨¢s aument¨® de 3,4% a 31%, es decir, cerca de 28 puntos porcentuales, y la pobreza de esta misma poblaci¨®n se redujo en 14,3 puntos porcentuales. Los SPNC son una pol¨ªtica clave para la reducci¨®n de la pobreza en la vejez, por lo que es prioritario seguir ampli¨¢ndolos y financi¨¢ndolos.

El Panorama Social 2024 argumenta la necesidad de establecer un est¨¢ndar de inversi¨®n para la protecci¨®n social no contributiva de entre 1,5% y 2,5% del PIB, o entre 5% y 10% del gasto p¨²blico total, como condici¨®n necesaria para erradicar la pobreza. En contraste, en promedio, los Ministerios de Desarrollo Social de 20 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe gastaban en la protecci¨®n social no contributiva solo 0,8% del PIB o 3% del gasto p¨²blico total en 2022.

En los pr¨®ximos 25 a?os, la poblaci¨®n de personas de 65 a?os y m¨¢s se duplicar¨¢, alcanzando en 2050 a 138 millones de personas. Esto provocar¨¢ una elevada demanda de cuidados que no puede ser atendida de manera informal en el seno de la familia y mayoritariamente por las mujeres, como sucede hoy en d¨ªa. Es imperativo institucionalizar m¨¢s las actividades de cuidado con esquemas tanto p¨²blicos como privados y mixtos.

En conclusi¨®n, una de las 11 transformaciones indispensables en los modelos de desarrollo de la regi¨®n que hemos planteado desde la CEPAL es avanzar hacia sistemas de protecci¨®n social universales, integrales, sostenibles y resilientes. Para ello, urge robustecer la institucionalidad social con capacidades t¨¦cnicas, operativas, pol¨ªticas y prospectivas (TOPP). Los preparativos de la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 2025 son una importante oportunidad para acelerar el paso en esta transformaci¨®n y para visibilizar los avances y retos de la regi¨®n en esta materia en el ¨¢mbito mundial.