La et¨¦rea Kazuyo Sejima
Tras la muerte de Zaha Hadid, la ¨²nica otra mujer que ha recibido el Pritzker y su visi¨®n arquitect¨®nica cobran protagonismo
El fallecimiento el pasado abril de Zaha Hadid ha dejado m¨¢s expuesta a la arquitecta japonesa Kazuyo Sejima. Ellas han sido las dos ¨²nicas mujeres que han recibido el Premio Pritzker: la angloiraqu¨ª en 2004 y Kazuyo Sejima (con su socio Ryue Nishizawa) en 2010. M¨¢s all¨¢ de esta evidente cicater¨ªa, lo relevante es reconocer y entender la proyecci¨®n de Kazuyo Sejima en la escena contempor¨¢nea, y ver las diferencias entre el protagonismo alcanzado por cada una de estas arquitectas.
Zaha Hadid, educada en la Architectural Association de Londres en los setenta, pertenec¨ªa a la generaci¨®n de los arquitectos medi¨¢ticos por voluntad y acci¨®n. Sejima, formada en la Universidad de Mujeres de Jap¨®n, reh¨²ye la presencia medi¨¢tica. Y si Hadid cre¨ªa ser un s¨ªmbolo de neovanguardia, llamada a sacar la arquitectura de su letargo convencional, masculino y est¨¢tico; Sejima, m¨¢s contempor¨¢nea, representa una generaci¨®n que acepta una condici¨®n instrumental en la arquitectura, su disoluci¨®n en el espacio c¨ªvico y social sin renunciar por ello a una intensa labor experimental. Hadid construy¨® en torno a su obra una narrativa m¨ªtica de referencias y linajes ¡ªpor equ¨ªvoca que fuera, ya que logr¨® excluir los ¨²nicos relevantes, el futurismo de Sant¡¯Elia y el expresionismo de Erich Mendelsohn¡ª, mientras que la obra de Sejima debe defenderse por su cuenta: su autora renuncia a protegerla, a contextualizarla en uno u otro discurso. De hecho, afirma que en su arquitectura no hay referencias. Probablemente no es cierto, aunque s¨ª lo es que estas son indirectas o sometidas a complejas distorsiones y actualizaciones.
Sejima no recurre a la tradici¨®n japonesa, pero la abstracci¨®n blanca, la levedad met¨¢lica y la fluidez espacial, reconocibles en el Pabell¨®n del Museo de Arte de Toledo (Ohio, 2001), en la Casa en un Huerto de Ciruelos (Tokio, 2003) o en el Centro Rolex para Estudiantes (Lausana, 2010), desvelan la conexi¨®n seminal con una modernidad de Moholy Nagy a Mies van der Rohe, y de este a Richard Neutra. Esa belleza agustiniana de lo esencial exhibida sin culpa, perge?ada con medios t¨¦cnicos japoneses y en ausencia de restricciones normativas a la europea.
Sejima es consciente de que el presente, la sociedad de la informaci¨®n, no requiere una arquitectura reactiva o cr¨ªtica, sino de la oportunidad. Por ello, en 2010, convoc¨® con su socio la 12? Bienal de Venecia con el lema People Meet in Architecture: la arquitectura como mecanismo de relaci¨®n y de encuentro, esa era y es su propuesta.
La convocatoria hac¨ªa suyo un mensaje que hoy recorre diversas ¨¢reas de conocimiento (Latour, Sloterdijk, Navarro Baldeweg), y que conceptualiza el proyecto como interpretaci¨®n e intervenci¨®n en y sobre algo que ya existe, haci¨¦ndolo visible. As¨ª, aunque las arquitecturas de la japonesa poseen formas y geometr¨ªas definidas, no aspiran a ser un objeto cerrado y aut¨®nomo, se empe?an en la continuidad. Puede decirse que sus edificios est¨¢n hechos fundamentalmente de aire m¨¢s que de materiales s¨®lidos. Un aire que facilita las relaciones, las superposiciones, la transparencia y una abstracci¨®n ambiental.
Sejima pas¨® del reconocimiento local al internacional en 1995, cuando Terence Riley, responsable del Departamento de Dise?o y Arquitectura del MOMA, incluy¨® en la exposici¨®n Light Construction su Residencia de Mujeres Saishunkan Seiyaku. El orden lineal y por bandas paralelas; el uso compartido de las ¨¢reas comunes; y la reglada transparencia interior llevaron a su mentor y exjefe, el arquitecto Toyo Ito, a acu?ar el t¨¦rmino ¡°arquitectura diagram¨¢tica¡± para calificar esta obra: el edificio se dibuja con un alto grado de abstracci¨®n, pero su proceso de elaboraci¨®n escapa a toda simplificaci¨®n.
La japonesa representa una generaci¨®n que acepta la disoluci¨®n de la arquitectura en el espacio c¨ªvico y social
La obra de Sejima ha alcanzado una novedad e intensidad cuyo punto de inflexi¨®n se sit¨²a en 1998, cuando funda con Nishizawa el estudio SANAA. Desde entonces han practicado un modo de trabajo experimental, cuestionando aspectos estrat¨¦gicos de la arquitectura. Por ejemplo, en el Pabell¨®n Serpentine de los Jardines de Kensington, la levedad f¨ªsica y la disoluci¨®n de su contorno hacen que la relaci¨®n con el jard¨ªn ¡ªla disoluci¨®n aparente¡ª sea lo relevante. Para ello fue necesario un ingenio material y t¨¦cnico muy alto, fruto de un proceso riguroso empe?ado en quitar peso y grosor a todo, m¨¢s all¨¢ de cualquier expectativa racional. Lo m¨¢s relevante es que, una vez realizada la compleja tarea para minimizar la dimensi¨®n de cada elemento, encubren esta tarea, potenciando la artificiosa y bell¨ªsima apariencia de levedad y aire.
La efectividad de SANAA en la ligereza material y la transparencia visual es fruto del control, de la b¨²squeda consciente del efecto y la variabilidad temporal que impulsa su arquitectura hacia lo contempor¨¢neo. Pero emplean mecanismos barrocos como la teatralidad de una sala de espejos o del trompe l¡¯oeil, reconocibles en los reflejos de los vidrios y las chapas pulidas, o en la superposici¨®n de transparencias duplicadas o triplicadas que se tornan opacas.
Adem¨¢s, han cuestionado convenciones sobre la funcionalidad, el uso y la ocupaci¨®n de los edificios que parec¨ªan inexpugnables. Por ejemplo, intensificando la flexibilidad al superponer circulaci¨®n y habitaciones en un ¨²nico entramado de espacios simult¨¢neamente cerrados y conectados, tal y como ocurre en el bloque de apartamentos de Gifu (1998), la Casa Moriyama (Tokio 2005) o en el teatro De Kunstlinie (Almere 2007).
Siguiendo los pasos de Toyo Ito, Sejima quiere dar respuesta a la necesidad de espacios de relaci¨®n tanto para una poblaci¨®n envejecida como para una juventud con problemas de integraci¨®n social, el d¨¦ficit de espacios p¨²blicos en ciudades tan densas como Tokio o, finalmente, la rigidez jer¨¢rquica de la estructura social y familiar japonesa.
Sejima declara que un edificio debe ser como un parque, o como una playa: un lugar donde la gente act¨²e con naturalidad y, sobre todo, con libertad. El parque, y no el jard¨ªn ni el paisaje, es el modelo del espacio social no jerarquizado, abierto y continuo con el que imaginar la arquitectura en la sociedad de la informaci¨®n. Una sociedad en la que, por m¨¢s conectados que estemos, hay un d¨¦ficit de comunicaci¨®n que la arquitectura debe abordar. Esa es, para Sejima, la funci¨®n del arquitecto.
Luis Rojo de Castro es arquitecto y profesor ayudante de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de Madrid.
Babelia
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