Aqu¨ª, un adulto. Ah¨ª, la vida
El nuevo trabajo James Blake se merece un 8,5. Remedios Amaya publica 'Rompiendo el silencio', un disco de 6, y The Drones se lleva un 8
James Blake:?The colour in Anything
Alguien dijo que las canciones de James Blake suenan como si Aaron Neville cantase para Aphex Twin. Y la comparaci¨®n no solo es ingeniosa, tambi¨¦n es acertada.
Artista: James Blake
Disco:?The colour in Anything
Sello: Universal Music
Calificaci¨®n: 8,5 sobre 10.
Salido de la escena londinense del dubstep, la m¨²sica de Blake es pura pulsi¨®n urbana. Parece componer a partir de los ruidos diarios de cualquier ciudad: el ritmo de los pasos de un corredor sobre la cinta de un gimnasio; el zumbido de un m¨®vil en un bolsillo; el estruendo del tr¨¢fico o la m¨²sica de un club escuchada desde la calle.
Pero dotado de una voz exquisita que nadie adjudicar¨ªa a ciegas a un ingl¨¦s pelirrojo, tambi¨¦n se ha colado en esa l¨ªnea temporal de la m¨²sica negra que parte de Nueva Orleans y llega hasta Kanye West, fan confeso de James Blake. ¡°Es el artista favorito de Kanye¡±, dijo el rapero en una entrevista. No es el ¨²nico que le alaba, lo han hecho Drake o Frank Ocean, que ha colaborado en su tercer disco; como RZA, de Wu Tang Clan, lo hizo en el segundo, Overgrown, el que le dio a este el Mercury Prize de 2013, el premio que entregan los cr¨ªticos brit¨¢nicos al mejor ¨¢lbum del a?o hecho en su pa¨ªs.?
Y si hacemos caso a Rick Rubin, que lleva dos d¨¦cadas ejerciendo de gur¨² musical, va mucho m¨¢s all¨¢. ¡°Creo que ha influenciado mucho a todo el mundo. En la comunidad art¨ªstica a todo el mundo le gusta James Blake¡±. Un curr¨ªculo impresionante para tener solo 27 a?os.
Junto con Jamie XX, va en cabeza de la generaci¨®n de artistas electr¨®nicos m¨¢s relevante desde el boom de los noventa. James Blake ha llegado comercialmente donde JonHopkins o Four Tet, no. Y ha abierto el camino para Lorde o FKA Twigs.
Editado por sorpresa en la medianoche del jueves, el timing no parece casual. M¨¢s teniendo en cuenta que seg¨²n el mismo Blake, el 70% del ¨¢lbum estaba terminado a finales de 2014. Aprovecha la notoriedad de la aparici¨®n hace dos semanas de Lemonade, de Beyonc¨¦, disco en el que firma dos canciones, canta y que ha hecho su nombre conocido entre una audiencia de millones de personas alrededor del mundo.
No significa que haya desnaturalizado su propuesta. Para empezar, The Colour In Anything?dura 76 minutos, casi lo mismo que la suma de sus dos primeros ¨¢lbumes. Eso, que en principio podr¨ªa desanimar, termina siendo una delicia. Quiz¨¢s sobre un poco de tratamiento de voces, pero las producciones son deslumbrantes y sigue siendo magistral su uso del silencio, esas pausas dram¨¢ticas que es una experiencia escuchar con auriculares. Su voz ha madurado. Resultaba m¨¢gico cuando era un posadolescente lament¨¢ndose de su soledad, pero ahora suena a un adulto enfrent¨¢ndose a la vida. ??igo L¨®pez Palacios
Remedios Amaya: Rompiendo el silencio
Voz y piano. Voz y guitarra. Tambi¨¦n voz y arpa o voz y flauta. Sin m¨¢s. Los sonidos negros de la personal voz de Remedios Amaya (Sevilla, 1962), pr¨¢cticamente desnuda, son los protagonistas en esta colecci¨®n de canciones m¨¢s o menos cl¨¢sicas que incluye a autores como Antonio Mach¨ªn, Mar¨ªa Dolores Pradera, Jos¨¦ Alfredo, Lola Flores, Alberto Cortez o Carlos Cano al que se a?aden unas buler¨ªas originales. Se trata de Rompiendo el silencio, el disco con el que esta cantaora vuelve a la escena musical de la mano de Warner tras 13 a?os sin grabar ning¨²n trabajo original.
Acompa?ada por m¨²sicos como Diego del Morao, Jorge Pardo e Iv¨¢n Mel¨®n Lewis, entre otros, en un ¨¢lbum grabado en directo y producido por Fernando Vacas, Remedios Amaya echa la vista atr¨¢s para reivindicar un cancionero, alejado del flamenco aunque pasado por el tamiz de su flamenca voz, que incluye su popular Qui¨¦n maneja mi barca, convertido en un cl¨¢sico de los 80 y que ahora es revisitado por la int¨¦rprete que la populariz¨® de una manera m¨¢s libre, en unos tangos pausados interpretados con gusto por la cantaora.
Artista: Remedios Amaya
Disco: Rompiendo el silencio
Sello: Warner
Calificaci¨®n: 6 sobre 10
Parad¨®jicamente, una canci¨®n que en su d¨ªa alej¨® a Remedios Amaya del flamenco es el primer corte en este disco que le acerca a este g¨¦nero. Aunque esta cantaora nunca ha dejado de ofrecer recitales tradicionales, las grabaciones que jalonan su carrera est¨¢n m¨¢s cerca del pop aflamencado de cierto ¨¦xito y poca trascendencia. Hay que remontarse hasta 1998 para encontrar una grabaci¨®n medianamente flamenca, por m¨¢s que su voz y su manera de cantar se hayan mantenido constantes.
La canci¨®n con la que represent¨® a Espa?a en el Festival de Eurovisi¨®n de 1983 y que ya regrab¨® en su disco Luna gitana, de 2001, es, junto a los Tangos de la Repompa y una buler¨ªa que cierra el disco, la pincelada de flamenco de este nuevo trabajo de Amaya. Su voz, que en las canciones es contenida y algo m¨¢s l¨ªrica dentro de su estilo, estalla en los tres cortes flamencos, con resquicios para un quej¨ªo m¨¢s profundo y con m¨¢s matices.
La originalidad de hacer unos tangos (los de la Repompa) acompa?ando el cante de un arpa no distrae la atenci¨®n de lo importante y aunque se diluye la base r¨ªtmica de un palo festero como son los tangos, le da un aire fresco a la vez que ¨ªntimo a la versi¨®n.
En las buler¨ªas que cierra el trabajo y en la que se acompa?a por la flauta de Jorge Pardo y la guitarra de Diego del Morao, el hijo de Mora¨ªto Chico y uno de los guitarristas de acompa?amiento m¨¢s destacados por m¨¦ritos propios, Amaya se duele con su voz amarga y negra en el ¨²nico corte con cierta enjundia del disco. Suena a fresco, suena a recital de flamenco tradicional, con improvisaci¨®n y regusto. ?ngeles Castellano
The Drones:?Feelin¡¯ Kinda Free
Artista: The Drones
Disco: Feelin' Kinda Free
Sello: TFS Records
Calificaci¨®n: ocho sobre diez
Acostumbrados a la intensidad que inevitablemente acompa?aba a cada paso del quinteto australiano, la cita con su nuevo disco depara sorpresas. Novedades probablemente necesarias a estas alturas para evitar cualquier atisbo de repetici¨®n, un riesgo que pudo advertirse en I See Seaweed, su previo y quiz¨¢ algo tibio Lp si se compara con el resto de su discograf¨ªa. Particularmente en lo musical, los cambios son evidentes, y se visualizan de manera r¨¢pida con solo apuntar que sus guitarras, marca de la casa, henchidas de tensi¨®n y aromas a pantano y a blues desquiciado, han cedido el protagonismo a envolventes texturas hechas a base de sintetizadores, cajas de ritmos, drones y efectos, en las que todo parece al servicio de una cimbreante base r¨ªtmica.
Electr¨®nica, bases hip-hop y Gareth Liddiard incorporando el rap como nueva herramienta de comunicaci¨®n. ?Qui¨¦n podr¨ªa aventurarlo de una banda sobre la que con seguridad descansa ahora mismo la responsabilidad que supone ser depositario de todo el legado del mejor rock underground australiano? Nadie. Sin embargo, al final todo parece tener sentido en un disco que exige much¨ªsimo al oyente, a cambio de recompensarle con un viaje breve pero de incomparable fuerza emocional. Tambi¨¦n es verdad que en el caso de los Drones siempre hay cierto riesgo de que darle demasiadas vueltas al envoltorio termine distrayendo de lo esencial, las letras de un Liddiard al que solo la falta de perspectiva global a la que le condena su afici¨®n a enfocar hacia asuntos australianos, hist¨®ricos o del presente, le priva de la encomienda que supondr¨ªa convertirle en referente intelectual para la conciencia cr¨ªtica que debiera ser siempre el rock and roll. Parece una peque?ez resoluble, pues basta una relaci¨®n no exhaustiva de los temas que acomete ¡ªa veces en una sola frase, otras en canciones enteras¡ª como para ser conscientes de d¨®nde est¨¢ de nuevo gran parte de la miga: el terrorismo del Estado Isl¨¢mico, el problema de los refugiados y la inexplicable paranoia colectiva que vergonzosamente parece haber detonado, el consumismo y Hugo Boss, Rupert Murdoch y las t¨¦cnicas de control psicol¨®gico de la Luftwaffe, o el porqu¨¦ de no aceptar serenamente las bondades que ofrece la superioridad tecnol¨®gica, incluso aunque esta venga protagonizada por formas de vida extraterrestre.
Poca broma con The Drones. Llevan tiempo haciendo m¨¦ritos como para merecer ser postulados como uno de los mejores grupos de rock de los ¨²ltimos a?os, si no el mejor. No es este un tema de conversaci¨®n que se evite entre sus seguidores, y aunque quiz¨¢ no sea Feelin¡¯ Kinda Free?¡ªpor arisco y exigente¡ª el disco que les acabe concediendo los cr¨¦ditos que necesitan para dar el salto, ser¨¢ interesante atender a c¨®mo evoluciona y, sobre todo, a si supone solo una anecd¨®tica desviaci¨®n o el punto de partida hacia territorios ahora mismo imprevisibles. Eduardo Ranedo
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.