N¨²ria Espert, premio Princesa de Asturias de las Artes

La actriz y directora teatral N¨²ria Espert(Hospitalet de Llobregat, 11 de junio de 1935) ha sido? distinguida con el premio Princesa de Asturias de las Artes, ha anunciado el jurado de estos galardones. Espert ha sido la elegida entre 40 candidatos de 21 nacionalidades propuestos para el primero de los ocho galardones, que cumplen su XXXVI edici¨®n, que convoca la Fundaci¨®n Princesa de Asturias.

"Estoy muy emocionada y enormemente feliz con el premio, sobre todo por lo que implica de reconocimiento al teatro. Creo que siempre ha estado ninguneado en estos galardones. En este sentido, se le est¨¢ haciendo justicia", ha declarado a EL PA?S nada m¨¢s conocer que hab¨ªa sido distinguida con el galard¨®n, informa Rosana Torres.

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Espert fue una adolescente delicada y pobre, hija de apasionados del teatro que la quer¨ªan ver triunfar fuera de Hospitalet pero ten¨ªan miedo de que se fuera de Hospitalet. Tanto que, cuando ya empez¨® a ser la Nuria del teatro, la madre, que la cuid¨® como si fuera de oro, la acompa?aba cada noche para que la ni?a no se perdiera en las calles peligrosas del regreso.

Pero esa ni?a era mucho m¨¢s poderosa y en¨¦rgica que lo que sus padres cre¨ªan. No hac¨ªa falta que lo dijera la familia ni que lo dijera ella. Lo dijo, antes que nadie, antes que lo dijeran su marido Armando Moreno, cuya memoria ella guarda como su madre la guardaba a ella, V¨ªctor Garc¨ªa o Adolfo Marsillach, o antes que lo dijera un bur¨®crata del teatro al que ella casi le parti¨® un dedo... antes que todos ellos lo dijo, pues, un mito del teatro catal¨¢n y europeo, Josep Maria de Sagarra.

El dramaturgo, fact¨®tum del teatro, hombre de car¨¢cter (como N¨²ria, por cierto) fue el primero en ver ese destello que ahora se premia en Asturias. Pero en aquella ocasi¨®n, la ni?a N¨²ria ten¨ªa 13 a?os y estaba sola como una palmera frente al m¨¢s exigente de los catalanes del mundo.

"Los cojones de un toro"

Sus padres la hab¨ªan llevado a que le hicieran una prueba, y ella recit¨® como si vibrara por dentro y por fuera, pero quieta como un m¨¢rmol sin cultivar. Cuando acab¨®, la chica oy¨® lo que ahora repite en catal¨¢n como si fuera a la vez un talism¨¢n y un primer elogio: ¡°Esta nena tiene los cojones de un toro¡­¡±.

Con esos atributos, la gran dama de la escena, la que fue desde Yerma al Rey Lear, la que hizo a Lorca como nadie, como si edificara de la tristeza un grito, la que convirti¨® a Brecht en una met¨¢fora de la guerra espa?ola, la que se someti¨® a la disciplina de Las criadas, de Genet, mirada implacablemente por el m¨¢s exigente de sus directores, V¨ªctor Garc¨ªa¡­, se ha atrevido con todo, con el teatro, con la ¨®pera, se ha atrevido con la administraci¨®n y con Shakespeare; ha sido mujer y hombre y ni?a, ha estado en los ¨²ltimos compases de la vida, y la actuaci¨®n, de un entra?able amigo como Adolfo Marsillach, a quien ayud¨® a ser el otro en Qui¨¦n teme a Virginia Woolf, de Albee¡­

Es tambi¨¦n la que se puso a competir, en el escenario, con Jos¨¦ Luis G¨®mez, la que se midi¨® con Alfredo Alc¨®n, la que se sigue midiendo consigo misma como si estudiara para enfrentarse a Sagarra. Se midi¨® tambi¨¦n con el posfranquismo y durante la dictadura los desafi¨® a todos y (como Joan Manuel Serrat, por ejemplo), tuvo que exiliar sus espect¨¢culos a Canarias para que el r¨¦gimen pudiera decir que actuaba en Espa?a¡­ En Canarias, en Tenerife, ten¨ªa el reposo de la sabidur¨ªa de quien fue uno de sus maestros, Domingo P¨¦rez Minik, al que ella llam¨® ¡°una luz en la isla".

Es una mujer de todos los registros, un ser humano de enorme energ¨ªa, una hija admirable, una madre que jam¨¢s dej¨® de sentirse cerca de sus hijas, Alicia y Nuria, cuyo respeto por su marido, que tanto la ayud¨® a ser ella, resulta a¨²n hoy emocionante¡­ una actriz c¨¦lebre que sigue atendiendo a todos como si estuviera empezando, una chica que se comporta a¨²n como aquella muchacha en la que Sagarra vio la energ¨ªa de un toro bravo.

?l la descubri¨® antes que el jurado que hoy la honra; antes la descubrieron millones de espectadores en todo el mundo, y los que saben que Sagarra ten¨ªa raz¨®n deben estar felices hoy de que la dama del teatro, la chiquilla de Hospitalet, haya sido honrada con el premio que lleva el nombre de una princesa. Pues ella es una reina.