Los fantasmas de Bernard¨ª Roig acechan en Buenos Aires
El artista mallorqu¨ªn juega con la memoria en el viejo Hotel de Inmigrantes
Una figura blanca y mortecina se oculta de pie tras una columna in¨²til. Otras se recuestan sobre una pared o cuelgan en el hueco de un ascensor vidriado. Las esculturas de Bernard¨ª Roig (Palma de Mallorca, 1965) son como fantasmas al acecho en un edificio cargado de memorias: el viejo Hotel de Inmigrantes. Ubicado junto al puerto de Buenos Aires, por all¨ª pasaron a principios del siglo pasado decenas de miles de personas que los barcos tra¨ªan desde Europa. La estructura enorme, de techos altos, azulejos blancos y pasillos amplios de hospital es hoy el Centro de Arte Contempor¨¢neo del Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Muntref). Roig encontr¨® all¨ª su inspiraci¨®n. ¡°El lugar se impone porque estaba antes. Yo no hice una exposici¨®n, no muestro mi trabajo, lo oculto para mostrar el sitio. La escultura sois vosotros, porque sois vosotros quienes vais a activar las esculturas¡±, dice Roig. ¡°La muestra no est¨¢ en un lugar previsible porque la exposici¨®n es el lugar¡±, agrega.
Roig recibe al visitante con una proyecci¨®n en el suelo de un grabado r¨²stico: la cabeza de un hombre y la sombra de una mujer realizados por alg¨²n inmigrante alojado en el Hotel. La imagen se mueve ¡°como un barco, el mismo que lo debe haber tra¨ªdo hasta aqu¨ª¡±, explica Roig. El grabado se ve finalmente sobre una gran mesa de m¨¢rmol ubicada a un lado del sal¨®n principal del museo. Junto a la pareja en piedra hay otra inscripci¨®n inevitable: ¡°Viva la clase 1897¡±.
Al di¨¢logo de formas Roig ha sumado una vida de dibujos rescatados por la curadora Diana Wechsler, quien ¡°ha hurgado ah¨ª donde todo se amontona y se olvida", dice. ¡°Los dibujos representan 30 a?os de trabajo y est¨¢n organizados como los restos de un naufragio. Gracias a Diana, que ha osado ahondar en mis entra?as no hubiesen salido nunca, por eso son una continua negaci¨®n. Son dibujos negados, como las esculturas son tambi¨¦n esculturas negadas¡±, explica el artista.
La sala de dibujos no tiene carteles de referencia y los trabajos de Roig no est¨¢n ordenados cronol¨®gicamente. En todo caso, la muestra no tiene un estatus museogr¨¢fico y el artista eligi¨® luz fluorescente para neutralizar las sombras. Lo on¨ªrico se cuela en cada rinc¨®n, mientras se hace imposible no pensar en el escritor austr¨ªaco Thomas Bernhard. ¡°Todas las im¨¢genes salen de Bernhard, es mi escritor favorito. Siempre tengo que tener un libro de ¨¦l en marcha, aunque lea otro libro¡±, confiesa.
La Untref, que ha tra¨ªdo a Roig con el apoyo del Centro Cultural de Espa?a de Buenos Aires, ha invitado tambi¨¦n al artista conceptual Leandro Erlich (Buenos Aires, 1973), quien ha recreado la obra Puerto de Memorias presentada en 2014 en Corea. Erlich convoca al silencio y la contemplaci¨®n en una sala semioscura, donde cinco botes movidos por un sistema mec¨¢nico simulan en el espacio el reflejo sobre el agua. ¡°El truco no es el tema. Cuando traje aqu¨ª esta obra tuve en cuenta la historia de mis abuelos, que pasaron por este hotel y seguramente sus nombres est¨¦n en estos registros. La ilusi¨®n es emocional", dijo Erlich.
Ambas muestras se podr¨¢n ver en el? Muntref hasta el 18 de septiembre, con entrada gratuita
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