Vida inteligente en las secciones paralelas
La Quincena de los Realizadores arranca con lo nuevo de Marco Bellocchio, mientras la cineasta Justine Triet convence en la Semana de la Cr¨ªtica
?Existe algo m¨¢s tr¨¢gico para un ni?o italiano que tener que crecer sin su mamma? Esta pregunta ret¨®rica da forma y contenido a la nueva pel¨ªcula del veterano cineasta italiano Marco Bellocchio, Fai bei sogni, que acaba de inaugurar la Quincena de los Realizadores en el Festival de Cannes. La secci¨®n paralela vive, desde hace un par de ediciones, una nueva edad de oro. En la pasada edici¨®n, logr¨® concentrar todo el cine franc¨¦s que cont¨® en 2015, desde lo ¨²ltimo de autores con pedigr¨ª como Philippe Garrel o Arnaud Desplechin hasta revelaciones como Mustang o Fatima, sin contar con la trilog¨ªa Las mil y una noches del portugu¨¦s Miguel Gomes, que la secci¨®n oficial rechaz¨®.
La actual edici¨®n aspira a igualar esa plusmarca, empezando con la adaptaci¨®n que firma Bellocchio de la novela superventas del periodista Massimo Gramellini, gran firma de La Stampa, inspirada en el trauma suscitado por el suicidio encubierto de su madre cuando era ni?o. En Italia, el libro vendi¨® m¨¢s de un mill¨®n de copias cuando fue publicado en 2012. La pel¨ªcula es un encargo que Bellocchio, de 76 a?os y medio siglo de carrera a sus espaldas, logr¨® convertir en un proyecto ¨ªntimo y personal. ¡°Entrev¨ª en la historia algo que me pertenec¨ªa profundamente: la madurez profesional te da la ventaja de descubrir cosas que sientes dentro de historias que, aparentemente, te resultan lejanas¡±, ha explicado el director en Cannes.
Criado en apartamentos burgueses de ambiente irrespirable, el ni?o protagonista terminar¨¢ convertido en un adulto taciturno y reprimido, interpretado por Valerio Mastandrea, visto en Il caimano de Nanni Moretti y en el cine de Paolo Virzi. En plenos a?os noventa, convertido en un reputado periodista, el protagonista se desmorona cuando reemerge inesperadamente ese trauma infantil, que se manifiesta en un ataque de p¨¢nico. Entender¨¢ entonces, gracias a una m¨¦dico a quien interpreta la francesa B¨¦r¨¦nice Bejo (The Artist), que su madre no falleci¨® precisamente de un ataque al coraz¨®n. Pese a una estructura excesivamente psicoanal¨ªtica y a los giros previsibles de un relato algo polvoriento, Bellocchio consigue llevar el melodram¨¢tico material que daba cuerpo a la novela a su terreno predilecto: el de los claroscuros que conforman la identidad italiana, el peso de la tradici¨®n y de la familia ante la libertad de todo individuo, o bien la relaci¨®n endog¨¢mica que pol¨ªtica, religi¨®n y mafia han mantenido desde tiempos inmemoriales.
Mujer al borde de un ataque de nervios
Mientras tanto, la joven cineasta Justine Triet inaugur¨® la Semana de la Cr¨ªtica, secci¨®n paralela que exhibe ¨²nicamente primeras y segundas pel¨ªculas de directores prometedores. Dentro de esa nueva cantera destaca el nombre de Triet, directora de 37 a?os que despunt¨® hace tres ediciones con La bataille de Solf¨¦rino, perspicaz y vigoroso estudio sobre la desintegraci¨®n de una pareja, que rod¨® durante la noche electoral que llev¨® a Fran?ois Hollande al Eliseo. Su segunda pel¨ªcula se titula Victoria y es el retrato de una chica de hoy en d¨ªa: la abogada parisina divorciada que da t¨ªtulo a la pel¨ªcula. Una mujer algo narcisista, profesionalmente ambiciosa, sexualmente activa y madre de dos ni?as a las que cr¨ªa con el concurso de distintos canguros y de un joven totalmente obsesionado con ella que le propone convertirse en su amo de casa.
A partir de la semblanza de esta mujer tan banal como excepcional, Triet parece esbozar un tratado sobre la feminidad contempor¨¢nea, adem¨¢s de plantear una comedia rom¨¢ntica sui generis, que despu¨¦s se transformar¨¢ en un thriller judicial igual de particular. ¡°Inscribirme en la comedia rom¨¢ntica me permite ser m¨¢s cruel y violenta que si hiciera una pel¨ªcula m¨¢s sombr¨ªa. Me autoriza a destapar la mezquindad de los personajes, bajo cubierto de ligereza, y a dibujar un retrato social bastante duro¡±, explica la directora. Triet ofreci¨® el papel protagonista a la actriz belga Virginie Efira, estrella en potencia dentro del cine franc¨¦s, conocida hasta ahora por su participaci¨®n en comedias insustanciales y como presentadora de fr¨ªvolos programas en la televisi¨®n privada. Si la directora escogi¨® a la int¨¦rprete fue por ¡°su extrema inteligencia, su belleza fuera de lo com¨²n, la melancol¨ªa que contiene su mirada y una admirable econom¨ªa de medios: expresa mucho haciendo muy poco¡±. La carrera de Efira, int¨¦rprete de una insospechada sofisticaci¨®n y profundidad, est¨¢ a punto de dar un vuelco: tiene un papel en Elle, la pel¨ªcula que Paul Verhoeven ha rodado con Isabelle Huppert, y le esperan numerosas oportunidades dentro del cine de autor.
Triet firma una pel¨ªcula imperfecta y desigual, pero marcada por una libertad de tono y por una originalidad que desarman. A ratos, parece remitir a la crisis femenina que relataba Mujeres al borde de un ataque de nervios: hasta parece incluir un breve gui?o a la famosa secuencia del gazpacho. ¡°Me encanta esa pel¨ªcula. La vi unas cincuenta veces siendo adolescente. Nunca pens¨¦ en ella a conciencia, pero existen un millar de influencias diluidas en la pel¨ªcula¡±, sostiene la directora, integrante de la nueva guardia del cine franc¨¦s junto a otras directoras treinta?eras como Mia Hansen-L?ve, Rebecca Zlotowski o Katell Quill¨¦v¨¦r¨¦. ¡°Nos conocemos, nos apoyamos y compartimos una mirada sobre nuestra generaci¨®n, aunque no formemos parte del mismo grupo ni hagamos las mismas pel¨ªculas¡±, opina Triet. No es casualidad que haya una infrecuente mayor¨ªa de mujeres en el grupo. ¡°En Francia existe un deseo creciente de escuchar lo que aspiramos a decir las directoras¡±, concluye.
Babelia
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