El teatro que provoc¨® ETA
'?Y ahora?' se estren¨® seis meses antes del cese de actividad armada del grupo terrorista
Goteo sordo, as¨ª es como define Iker Ortiz de Z¨¢rate la situaci¨®n en la que viv¨ªa el Pa¨ªs Vasco en los ¨²ltimos a?os de ETA, esos justo antes de que la banda anunciara el cese definitivo de la actividad armada (20 de noviembre de 2011). Este vitoriano de 45 a?os ¡ªque bien podr¨ªan ser 35¡ª escribi¨® en aquel periodo un libreto que, de forma bienintencionada seg¨²n ¨¦l, muchos le aconsejaron guardar en alg¨²n caj¨®n unos cuantos a?os m¨¢s.
¡°Nos hab¨ªamos acostumbrado a la violencia, incluso a veces, ya no era ni tema de comentario¡±, comenta Ortiz con cierta pesadumbre. Quiso romper ese silencio desde los escenarios, los mismos que de forma sistem¨¢tica lo hab¨ªan guardado. ¡°Salir de ese coma en el que est¨¢bamos como sociedad. Hab¨ªamos entendido que posicionarse contra la violencia era posicionarse pol¨ªticamente y no es as¨ª¡±. Esa especie de letargo queda reflejado con un tercer personaje, una chica en coma que est¨¢ presente durante los 90 minutos en ?Y ahora?
Ninguno de los otros dos ha ca¨ªdo en ese sopor. El viudo de un hombre asesinado por ETA (Iker Ortiz de Z¨¢rate) y la madre de su asesino (Teresa Ib¨¢?ez, la madre de Ortiz en la realidad) atrapados en un caser¨ªo alav¨¦s por una tormenta de nieve. El encuentro obligado de dos posturas lejos de cualquier consigna pol¨ªtica pero muy cerca de las propias: la necesidad de perd¨®n en el caso de la madre, la imposibilidad de perdonar del joven m¨¦dico. Un choque frontal que traslada la lucha por el acercamiento de los presos de las familias.
Datos hist¨®ricos, argumentos p¨²blicos y conocidos y frases objetivas sobre el conflicto aparte, tanto para Ortiz como para Teresa Ib¨¢?ez (Murd¨ªa, 1944), la obra tiene momentos de profundo lirismo: ¡°Esto no es un teatro meramente documental o instrumental al servicio de una pedagog¨ªa, es, ante todo, un trabajo art¨ªstico¡±. La po¨¦tica de esta pieza lleva cinco a?os mostrando las cicatrices del conflicto por todo el mundo y aseguran que, excepto la cancelaci¨®n de un segundo pase en una localidad vasca, nunca han tenido ning¨²n problema. ¡°Los coloquios tras la representaci¨®n siempre son enriquecedores, la gente habla sin miedo de sus experiencias o da sus opiniones. Es emocionante¡±.
Finlandia, Italia, Francia, Cuba, Argentina, Puerto Rico, o Estados Unidos por invitaci¨®n del Instituto Cervantes de Nueva York, donde actuaron el 3 de abril de 2012. ¡°All¨ª donde no conoc¨ªan el conflicto o no ten¨ªan un conocimiento directo de ¨¦l, trasladaba la historia a su propia realidad, como la comunidad iran¨ª en Finlandia¡±, explica Ortiz; en Rep¨²blica Dominicana lo que llam¨® la atenci¨®n fue la homosexualidad del protagonista: ¡°En otro momento en Euskadi esto tambi¨¦n hubiese sido motivo de morbo, ya no¡±; y en Cuba hablaban sobre la inmediatez de su encuentro, ¡°la convivencia y la reconciliaci¨®n que les tocar¨¢ abordar¡±.
Aqu¨ª, en Espa?a, ?Y ahora? Podr¨¢ seguir vi¨¦ndose en varias ciudades. En ninguna de ellas Ortiz espera ning¨²n problema: ¡°El rechazo a la violencia fue radical y ha calado. No es algo reversible. Y cada vez m¨¢s hay una conciencia de necesidad de reparaci¨®n, de acompa?amiento, y no se puede dejar simplemente atr¨¢s¡±. Heridas abiertas, dice el actor y dramaturgo, pero tambi¨¦n puentes.
Babelia
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