Dos grandes retratos de gente de la calle
Jim Jarmusch y Jeff Nichols llevan a Cannes dos maneras de narrar los Estados Unidos profundos
En su ecuador, el festival de Cannes escond¨ªa el alma de los Estados Unidos profundos. Y ha sido en dos pel¨ªculas que alaban la ¨¦pica de lo cotidiano, la apuesta radical que significa en el cine de hoy defender el d¨ªa a d¨ªa, la gente de la calle. Y desde dos aproximaciones muy distintas procedentes de sendas generaciones de cineastas independientes estadounidenses. A un lado el veterano Jim Jarmusch, 63 a?os, ganador de la C¨¢mara de Oro ¡ªpremio a la mejor primera pel¨ªcula de todas las secciones de Cannes¡ª en 1984 con Extra?os en el para¨ªso. Desde entonces casi todas sus pel¨ªculas han pasado por el certamen franc¨¦s, y este a?o no tiene una, sino dos. A concurso Paterson, fuera de ¨¦l el documental Gimme danger, sobre Iggy Pop y la banda The Stooges. Al otro, Jeff Nichols, la gran esperanza blanca del clasicismo contempor¨¢neo. Director de cinco pel¨ªculas a sus 37 a?os. Con la segunda, Take Shelter, gan¨® la Semana de la Cr¨ªtica en Cannes y el premio FIPRESCI. Con la tercera, Mud, ya concurs¨® en la Secci¨®n Oficial. Y este a?o estuvo en la Berlinale con Midnight Special, pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n que por su compleja posproducci¨®n casi se ha pisado con Loving, su aportaci¨®n a este Cannes.
A Jarmusch le gusta hablar¡ pero no de su cine. ¡°Soy malo analizando mis trabajos y peor a¨²n compar¨¢ndolos. Nunca veo mis pel¨ªculas acabadas. En esta edici¨®n, adem¨¢s, presento dos tan distintas¡ Sin embargo, ambas reflexionan sobre c¨®mo escoges tu camino en la vida. Mi protagonista conduce un autob¨²s y escribe poes¨ªa, esa es su elecci¨®n. En cuanto al documental musical, est¨¢ clar¨ªsimo que The Stooges tambi¨¦n eligieron su sendero¡±.
El cine no fue su pasi¨®n primaria. En su adolescencia en Ohio fue un ¨¢vido lector, y tras empezar a estudiar Periodismo en Chicago se mud¨® a Nueva York, a la Universidad de Columbia: quer¨ªa ser poeta. De eso hay mucho en Paterson, que muestra una semana de la vida de un conductor de autob¨²s, poeta por hobby, y su chica, ¨¢vida de expresar todo el arte que lleva dentro a trav¨¦s de la pintura, la m¨²sica¡ y las magdalenas. Como juego, el protagonista se llama igual que la localidad en la que viven: Paterson (Nueva Jersey). ¡°Paterson es un ejemplo de ciudad creada con la revoluci¨®n industrial. La fund¨® Alexander Hamilton para albergar a los trabajadores de sus f¨¢bricas textiles. De ah¨ª que recibiera tantos inmigrantes, que hicieron varias huelgas contra, por ejemplo, opresivas jornadas de trabajo infantil de 13 horas. Hubo anarquistas y tambi¨¦n artistas¡±, cuenta Jarmusch, que la ha escogido porque a ella est¨¢ dedicada Paterson, el poema ¨¦pico desarrollado en cinco libros de William Carlos Williams, uno de los autores favoritos del cineasta. ¡°Como el protagonista, y como tantos artistas, Williams ten¨ªa dos trabajos: escrib¨ªa poemas y tambi¨¦n se dedic¨® a la medicina. Fue el pediatra, por ejemplo, de Allen Ginsberg¡±. En el mundo de Jarmusch, todo est¨¢ relacionado. ¡°El otro poeta omnipresente en la pel¨ªcula es Ron Padgett. Amo su obra desde los setenta. Forma parte de la Escuela de Nueva York, lo mejor que ha dado la poes¨ªa estadounidense. Me fascina c¨®mo encuentra poemas en la vida cotidiana, algo que lo enlaza con Williams. Conoc¨ª a Padgett, le cont¨¦ que quer¨ªamos usar algunas de sus obras y escribi¨® otras para la pel¨ªcula. Para m¨ª es como una estrella del rock¡±.
En la pantalla desfilan los versos de forma oral y tambi¨¦n visual, con sencillez y emoci¨®n. ¡°Espero que provoque sentimientos. Me siento anticuado porque me gusta entrar en una sala oscura vac¨ªa y disfrutar del cine. Lo mismo soy un dinosaurio. Y por eso apoyo las filmotecas [¨¦l descubri¨® su futuro como cineasta en la cinemateca francesa en Par¨ªs]. Las herramientas han cambiado pero no la experiencia¡±. Sabe que su pel¨ªcula esconde dos gui?os sobre ello: primero, la ha producido Amazon Studios, los nuevos reyes midas; segundo, en un momento van al cine a ver La isla de las almas perdidas, en un glorioso blanco y negro de 1932, y la chica suelta: ¡°Me siento como si viviera en el siglo XX¡±. Jarmusch responde: ¡°El cine ha cambiado mucho; la cosa se ha complicado mucho para los indies, aunque creo que hay m¨¢s vitalidad en los m¨¢rgenes que en el centro. La producci¨®n es mucho m¨¢s compleja ahora, y eso que yo me siento afortunado. En fin, como siempre ha ocurrido, los cineastas tienen que luchan por sacar adelante su arte¡±.
A Jeff Nichols, el segundo en liza, le ha llegado la hora de los Oscar. Con cada filme fue un poco m¨¢s lejos en su exploraci¨®n emocional. Ahora Loving significa un freno en ese proceso, aunque se ha asentado como cineasta con pulso cl¨¢sico y que huye de las emociones baratas. Richard y Mildred Loving fueron un matrimonio interracial ¡ªblanco, un alba?il redneck ¨¦l; negra, de familia de agricultores, ella¡ª que cambi¨® la historia de los Estados Unidos cuando la Corte Suprema dictamin¨® en 1967 que no se pod¨ªan prohibir esas parejas, algo que estaba perseguido en Virginia, donde viv¨ªan. ¡°Me parec¨ªa que el mejor camino para contar esto era que hablara la gente, y no los pol¨ªticos. No quer¨ªa hacer un drama judicial; por suerte cont¨¦ con la m¨¢s pura relaci¨®n de amor de la historia de EE UU¡±. El cineasta vio un documental de 2011 de HBO sobre ellos, y solo con el tr¨¢iler se ech¨® a llorar. ¡°Comet¨ª otro error, pas¨¢rselo a mi esposa, que me dijo que si no rodaba una historia sobre ellos se divorciaba de m¨ª. He hecho filmes de los que no querr¨ªa hablar, que prefiero que cuenten su complejidad por s¨ª solos, pero de Loving deseo charlar, porque es pura y sencilla, como el matrimonio¡±.
Loving reh¨²ye el dramote, el mensaje, y a veces se vuelve silenciosa como Richard Loving, hombre de muy pocas palabras. ¡°Creo que es una pel¨ªcula callada y tranquila, que ojal¨¢ haga pensar a la gente. Esa al menos es mi intenci¨®n, porque yo tambi¨¦n nac¨ª en el sur, en Arkansas, en lugares con todo tipo de segregaci¨®n hace no mucho tiempo. En el fondo me sorprende que la gente tenga miedo a¨²n de ciertas cosas, y que por eso hubiera que legislar sobre ellas, como el matrimonio interracial. Solo espero que el p¨²blico entienda que la esencia del filme es hablar de la sencillez de aquella gente que con peque?os pasos cambi¨® nuestra historia¡±.
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