Entre la bendici¨®n y la tortura
La saga parece volver a ciertos s¨ªntomas de deterioro, con el sentido del humor claramente rebajado
Hace cinco a?os, X-Men: Primera generaci¨®n levant¨® una saga cinematogr¨¢fica superheroica que parec¨ªa agotarse despu¨¦s de tres sucesivas pel¨ªculas cada vez m¨¢s pl¨²mbeas y una precuela, X-Men or¨ªgenes: Lobezno, decididamente menor dentro del conjunto. Frescura, sentido del humor, carisma interpretativo, potencia visual, gui?os hist¨®ricos y sociales, entretenimiento, di¨¢logos de altura y hasta una relaci¨®n con un toque casi shakesperiano (representada por dos actores de formaci¨®n cl¨¢sica: Michael Fassbender y James McAvoy) se aunaban en una producci¨®n con la virtud de contentar tanto a los m¨¢s obstinados especialistas en el c¨®mic como a los m¨¢s legos en la materia, lo que no suele ser demasiado habitual.
X-MEN: APOCALIPSIS
Direcci¨®n: Bryan Singer.
Int¨¦rpretes: James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence, Oscar Isaac.
G¨¦nero: superh¨¦roes. EE UU, 2016.
Duraci¨®n: 143 minutos.
Sin embargo, dos pel¨ªculas despu¨¦s, X-Men: D¨ªas del futuro pasado (2014) y esta X-Men: Apocalipsis que hoy se estrena, la saga parece volver a ciertos s¨ªntomas de deterioro, con el sentido del humor claramente rebajado, unas secuencias de acci¨®n sin apenas fuste, y un metraje sobredimensionado una vez m¨¢s, hasta rozar las dos horas y media. A lo largo de su carrera, Bryan Singer ha demostrado su poder como narrador, desde Sospechosos habituales a la estupenda primera entrega de la saga, X-Men (2000), pero parece justo destacar que aquella soberbia revitalizaci¨®n de la primera generaci¨®n, aunque con ¨¦l en la producci¨®n, lleg¨® de las manos de Matthew Vaughn, director que posteriormente confirm¨® sus virtudes dionisiacas con la efervescencia juvenil de Kingsman: servicio secreto.
Quedan, a pesar de todo, suficientes virtudes en X-Men: Apocalipsis para seguir confiando en la saga. El gui¨®n comienza con un excelente texto, narrado en off por McAvoy, con el que se recuerda el gran tema que subyace en el grupo de superh¨¦roes de Marvel creados por Stan Lee y Jack Kirby: la fusi¨®n de privilegio y maldici¨®n a la que les lleva su naturaleza mutante, lo que les provoca una cierta tortura y unos deseos de integraci¨®n en una sociedad que les teme y que les necesita. La qu¨ªmica entre Fassbender y McAvoy contin¨²a inalterable. Y Singer demuestra que es capaz de encajar la solemnidad de la s¨¦ptima sinfon¨ªa de Beethoven, en una secuencia de peso, con el bullicio discotequero del Sweet dreams de Eurythmics, apenas cinco minutos despu¨¦s. Y aunque el villano interpretado por Oscar Isaac carezca de enjundia y la presumiblemente estelar aparici¨®n de Lobezno sea casi un desastre de puesta en escena, la pel¨ªcula, pese a que quiz¨¢ provoque esa mezcla de bendici¨®n y tortura que mueve a sus protagonistas, puede acabar contentando m¨¢s que desconcertando.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.