A la sombra de Julian Assange
Laura Poitras, ganadora del Oscar con ¡®Citizenfour¡¯, retrata en su nuevo documental al l¨ªder de Wikileaks
Julian Assange se mira en el espejo. Su famosa melena canosa est¨¢ te?ida de casta?o, la perilla tambi¨¦n ha cambiado de color, en sus orejas hay dos pendientes y se est¨¢ poniendo lentillas de colores. Est¨¢ a minutos de pedir asilo pol¨ªtico en la embajada de Ecuador en Londres. En ese momento mira en el reflejo a la c¨¢mara y le habla a Laura Poitras. El plano casi calca al de Edward Snowden disfraz¨¢ndose en un hotel en Hong Kong en Citizenfour, el documental previo de Poitras con el que gan¨® el Oscar de su categor¨ªa y que retrataba la huida del analista de la CIA. Assange, el l¨ªder de Wikileaks, es ahora el personaje a retratar por la cineasta, y su Risk, que as¨ª se llama el filme, uno de los platos fuertes de la Quincena de Realizadores de Cannes.
Poitras (Boston, 1964) lleva d¨¦cadas levantando ampollas en Estados Unidos, desde que My country, my country (2006) retrat¨® la guerra en Irak. ¡°Yo no quiero ser considera una cineasta activista. Solo soy cineasta, yo hago pel¨ªculas y quiero que sean buenas m¨¢s all¨¢ del tema que traten. Me atraen los temas pol¨ªticos y espero generar cierto debate con cada trabajo, pero al p¨²blico creo que debes convencerle con la calidad¡±, dice en una entrevista horas despu¨¦s del estreno mundial, a primera hora de la ma?ana, explica de Risk. El gobierno de Estados Unidos no debe de pensar igual, y desde 2006 a 2012 fue detenida y retenida 40 veces en la frontera en sus retornos a casa. ¡°Ahora vivo entre Berl¨ªn y Nueva York, y la cosa se ha suavizado un poco¡±.
En 2011 empez¨® a filmar con Julian Assange, el cabeza visible de Wikileaks, organizaci¨®n que publica a trav¨¦s de su web informes y documentos secretos filtrados por su inter¨¦s p¨²blico. ¡°Estaba en Berl¨ªn cuando empezaron a llegarme los emails de Snowden y lo primero que pens¨¦ es que el Gobierno estadounidense me estaba manipulando con aquellos correos. S¨ª, era un pensamiento retorcido¡±. Sin embargo, sigui¨® aquella pista, abandon¨® Risk y film¨® Citizenfour. Por eso el nuevo documental empieza antes y termina mucho despu¨¦s que el precedente. En Risk Poitras no hace preguntas, no se la ve y solo a veces se escucha c¨®mo Julian Assange habla con ella. La c¨¢mara tambi¨¦n filma en sus viajes a la inglesa Sarah Harrison, portavoz de Wikileaks y la persona que acompa?¨® a Snowden en el vuelo a Mosc¨², y al estadounidense Jacob Appelbaum, experto en tecnolog¨ªa. Ambos est¨¢n en Cannes y ninguno ha podido volver a su respectivo pa¨ªs natal por miedo a perder su libertad. ¡°?Miedo yo? Tal vez en ser expulsada de mi pa¨ªs. No tomo muchas medidas de seguridad porque hasta hace poco no ten¨ªa ni m¨®vil. No soy importante, me interesaba contar c¨®mo necesitamos Wikileaks, porque creo que cada vez m¨¢s se informa de las personas y no de los hechos, como del gran n¨²mero de muertos civiles iraqu¨ªes. Un error¡±.
Hay momentos reveladores en Risk sobre el mesianismo de Assange, como cuando se corta el pelo, esa melena ic¨®nica, delante de su equipo; o su entrevista en la embajada ecuatoriana con Lady Gaga. ¡°Ense?a c¨®mo son cada uno de ellos, ?no? Una pregunta una cosa y ¨¦l responde algo que nada tiene que ver¡±. La cantante le inquiere por su comida favorita y el activista suelta: ¡°No pretendas por un momento hacer creer que soy una persona normal¡±. Antes, Lady Gaga le ha pedido que se ponga una camiseta sucia para que parezca ¡°un rebelde¡±.
?Puede que Assange sea muy consciente del personaje que encarna, para algunos casi una estrella de rock con tir¨®n er¨®tico? ¡°Que el espectador saque sus conclusiones. Pero ¨¦l s¨ª es consciente de que est¨¢ la c¨¢mara ah¨ª¡±. Poitras aclara: ¡°Sin embargo, hay que comprender que el riesgo [el risk del t¨ªtulo] existe, de que lleva cuatro a?os encerrado en la embajada, con la degradaci¨®n f¨ªsica y ps¨ªquica que eso supone¡±. En un revelador momento, Assange ¨Cque ha visto el filme, pero Pointras no ha hablado con posterioridad con el activista australiano- entreabre una ventana de la legaci¨®n y aspira el aire de la calle absolutamente ko. ¡°Para m¨ª, tras este lustro de trabajo, Julian es un enorme editor, que ha arriesgado su vida por publicar algo muy necesario para todos. Y sigue a¨²n haci¨¦ndolo. Vive comprometido con su labor¡±.
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