Un Irving sin podar pero grande
'Avenida de los misterios' narra las peripecias de un escritor mexicano que pas¨® parte de su infancia como ni?o de la basura. Una novela excesiva pero excepcional
Avenida de los misterios es una novela excepcional porque John Irving es un novelista excepcional. A sus 74 a?os, el escritor nacido en Exeter, Nuevo Hampshire, presenta un trabajo que exhibe fortaleza y defensa de esa manera suya, acumulativa y personal de explicar sus odiseas vivenciales en las que hace transitar a sus protagonistas. Nunca sales herido o cambiado de sus novelas. Pero ¨¦l las quiere as¨ª y de ese modo la esperan y devoran sus lectores. Sus protagonistas parecen ser conscientes de ser ficci¨®n y los avatares dram¨¢ticos sufridos por aqu¨¦llos, meros ingenios para hacer andar la narraci¨®n. Pero tambi¨¦n eso es puro Irving ¡ªForrest Gump, aquella pel¨ªcula de los noventa por ejemplo tambi¨¦n lo era¡ª y, en este caso, lo son las casi 700 p¨¢ginas de esta nueva novela, escrita con una prosa elegante, sin atenerse a menudo a convenciones realistas, entretenida y efectiva.
Avenida de los misterios convive con su autor desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas. Empez¨® a finales de los ochenta como guion cinematogr¨¢fico para un trabajo con el realizador Martin Bell. El escenario en estos a?os pas¨® de ser India a M¨¦xico, y despu¨¦s de una docena de borradores, hace siete a?os, Irving decidi¨® que ser¨ªa una novela para acabar ¡ªprobablemente¡ª en pel¨ªcula de aqu¨ª a unos a?os.
Este libro es la talentosa yux?taposici¨®n de dos historias explicadas al mismo tiempo desde el pasado, el presente y el futuro anticipado en sue?os o premoniciones. Dos planos siempre ¡ªraz¨®n y locura, superstici¨®n/religi¨®n y ciencia, deseo y enfermedad¡ª en uno de esos trucos que realiza Irving con una naturalidad insultante: mostrar el paso del tiempo a la vez y secuenciarlo. Nos narra el viaje de un maduro escritor, Juan Diego, antiguo ¡°ni?o de la basura¡± del vertedero de Oaxaca, a Manila, en el que asistimos a sus avatares so?ados, vividos, motivados por la medicaci¨®n o por la propia alucinaci¨®n de la propia realidad. Recuerdos del basurero mexicano donde devoraba libros que salvaba del fuego, en compa?¨ªa de su hermana, Lupe, ambos hijos de una prostituta. Aqu¨¦lla es capaz de leer los pensamientos de casi todas las personas y lo expresa en un lenguaje que, a excepci¨®n de Juan Diego y su madre, nadie entiende. Se nos explica la existencia de ese cr¨ªo en manos de los jesuitas, conviviendo en el circo La Maravilla, y adoptado luego por una pareja gay estadounidense, de visita a Filipinas no s¨®lo para promocionar sus novelas, sino para cumplir una promesa y aceptar su destino. Un viaje divertido y excitante, en parte, por la presencia de Dorothy y Miriam, madre e hija, ¨¢ngeles de la guardia sexualizados, como la Virgen Mar¨ªa y la de Guadalupe que tanta importancia tienen para Lupe y Diego en su infancia. Este manjar disperso, fascinante e irregular devuelve al mejor Irving merced a ese control absoluto del tiempo y de los escenarios. Podr¨¢ gustar o no pero John Irving es fiel a c¨®mo quiere escribir y leerse. Y no hay tantas novelas como ¨¦sta entre las novedades.
El ¨²nico pero ¡ªy s¨®lo para no fan¨¢ticos de Irving¡ª es que esta novela como muchas de las suyas produce el efecto de a?orar al jardinero al que un buen d¨ªa Irving despidi¨®. Aquel que le quitaba las malas hierbas, lo accesorio, manten¨ªa a raya la selva amaz¨®nica. Es cierto que uno ni recuerda cu¨¢l fue la ¨²ltima vez que el jardinero estuvo dentro de la cabeza de John Irving. Pero esa ausencia hace que, a veces, el libro pierda fuelle, que el asfalto de la autopista se convierta en barro o dunas de arena, que el azar se convierta en previsible y que impida la precisi¨®n del noqueo sorpresivo, de dar con algo que te pellizque, te roce la flecha untada en curare. Es, probablemente, una deficiencia m¨¢s de quien lo lee esperando que Irving sea Irving y algo m¨¢s que Irving, que de ¨¦ste. Pero cuando lees y devoras una prosa que sigue siendo actual, como reci¨¦n estrenada y, sin necesidad ni tan siquiera obsesiva, entras en un desv¨ªo que no deber¨ªa salir en los mapas, pues eso, que uno a?ora al jardinero que ya no trabaja para el se?or Irving.
Avenida de los misterios. John Irving. Traducci¨®n de Carlos Milla Soler. Tusquets. Barcelona, 2016. 637 p¨¢ginas. 22,90 euros
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