Barcelona calienta motores para el concierto de Adele

Hace cinco a?os actu¨® en la sala Bikini de Barcelona, ante apenas unos cientos de personas. Esta noche Adele ofrecer¨¢ el primero de sus dos conciertos en el Palau Sant Jordi de la misma ciudad, habiendo agotado sus 36.000 entradas en apenas cinco horas, lo que sugiere que podr¨ªa haber llenado m¨¢s veces el recinto.

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En realidad, esta vocalista de Tottenham ha agotado en minutos todas las entradas de su gira europea. Todas. Es Adele, la artista que m¨¢s discos ha vendido en lo que llevamos de siglo XXI, reina de galardones, poseedora de la Orden del Imperio Brit¨¢nico, colosal coleccionista de descargas de sus temas en la red y, sin embargo, y aqu¨ª lo asombroso del caso, ni es una artista problem¨¢tica o escandalosa, carece de la figura que parece exig¨ªrsele a cualquier estrella joven y femenina del pop y se muestra como una mujer deslenguada, sin prejuicios e incluso con capacidad de ironizar sobre s¨ª misma. Si Amy Winehouse, artista con la que en ocasiones se la compara, era blanco de comentarios sobre su err¨¢tico comportamiento, Adele no deja de parecer la vecinita que canta bien.

Bien, se habr¨ªa de a?adir una extrema facilidad para verter la tradici¨®n del soul y del jazz en un entorno mayormente pop que apela a la sensibilidad de un sector muy amplio de los aficionados a la m¨²sica, e incluso a aquellos que no lo son en sentido estricto. Pero pese a que su voz es un argumento central para explicar su triunfo, que sin duda hubiese sido m¨¢s r¨¢pido de no mediar su sentido com¨²n y la priorizaci¨®n de la vida personal sobre la que se desarrolla frente a los focos, este instrumento natural no es s¨®lo potencia sino tambi¨¦n ductilidad, sensibilidad y tacto. Adele sabe medir su fuerza, algo que ha aprendido, seg¨²n ha indicado ella cada vez que ha tenido ocasi¨®n, escuchando a cantantes como Etta James, Roberta Flack o Ella Fitzgerald.

As¨ª pues Adele ha batido todos los r¨¦cords pero esos datos palidecen ante su musicalidad, de la misma forma que triunfa como modelo de ¨¦xito ajeno a los dict¨¢menes de la industria sin por ello ser una casquivana escandalosa, ni una irresponsable, ni un sujeto sin ideas propias -vet¨® a Donald Trump el uso en campa?a de su tema Rolling Into Deep.

Sus dos conciertos en Barcelona, ¨²nicos en Espa?a, comenzar¨¢n a las nueve de la noche y la autoridad de los transportes metropolitanos ha reforzado las l¨ªneas que unen Plaza de Espa?a con el Sant Jordi. Con respecto al repertorio que ha venido interpretando en los 36 conciertos efectuados en lo que lleva de gira, iniciada en febrero, no suele introducir cambios sustanciales. Generalmente abre con Hello una pieza que le permite manifestar su torrente de voz, y cierra con Rolling Into Deep como decimoctava pieza. Suele interpretar la versi¨®n de Dylan, Make You Feel My Love, incluida en su primer disco, del que adem¨¢s canta Chasing Pavements y hay representaci¨®n m¨¢s nutrida de sus otros dos discos de estudio, de los que escoge ocho temas del ¨²ltimo, 25 y seis del anterior, 21. Nada parece oponerse ante la sencillez y convicci¨®n de una artista que lejos de complicarse la vida, ha titulado sus tres trabajos con la edad que ten¨ªa al concebirlos. Sencillo ?no?