Teodoro Gonz¨¢lez de Le¨®n: ¡°Me molesta que se asocie mi arquitectura al poder¡±
A punto de cumplir 90 a?os, el arquitecto repasa su carrera desde sus inicios con Le Corbusier
El domingo 29 de mayo Teodoro Gonz¨¢lez de Le¨®n cumplir¨¢ 90 a?os en San Petersburgo. ¡°Es una ciudad perfecta. Todo a 18 metros de altura. S¨®lo sobresalen las espigas del Almirantazgo y de algunas iglesias, pero hasta los palacios se enrasan a la cota 18¡±, dice con deleite en su casa de la Ciudad de M¨¦xico, elegante, blanca, luminosa y con una estrecha piscina en el jard¨ªn interior en la que el arquitecto m¨¢s renombrado de M¨¦xico nada cada ma?ana 45 minutos. Con varios proyectos en marcha, contin¨²a una carrera que tuvo un inicio de ensue?o en 1947: el taller de Charles-?douard Jeanneret, Le Corbusier.
Pregunta. ?C¨®mo era su presencia?
Respuesta. Silenciosa. Llegaba a d¨®nde estabas dibujando, se sentaba frente a ti, con su l¨¢piz en una mano y un mazo de l¨¢pices de colores en la otra, y a veces permanec¨ªa 20 minutos sin decir nada. O dec¨ªa ¡°contin¨²e, contin¨²e¡±, y se levantaba. O te marcaba algo con color y dec¨ªa: ¡°Med¨ªtelo¡±. Una vez vino con un pedazo de servilleta con un dibujito suyo y me dijo: ¡°P¨¢selo a limpio. Aqu¨ª est¨¢ todo¡±. Era un garabato, pero me qued¨¦ analiz¨¢ndolo y al ratito se fue desenmascarando. Ah¨ª estaba: el plano, la planta, el volumen. Todo.
P. ?Qu¨¦ hizo usted con la servilleta?
R. ?Yo? En cuanto acab¨¦, me la quit¨® y se la guard¨®.
P. ?Y le daba impresi¨®n hablarle?
R. No, yo no era un joven apocado.
"Es el abanderado de la arquitectura mexicana"
Cuatro arquitectos de la Ciudad de M¨¦xico eval¨²an el impacto de Gonz¨¢lez de Le¨®n en la arquitectura contempor¨¢nea.
Tatiana Bilbao: "Su obra es un referente por su contundencia formal y volum¨¦trica, y contin¨²a dejando una marca en el quehacer arquitect¨®nico, as¨ª como en el espacio urbano".
Mauricio Rocha: "Es el abanderado de la arquitectura mexicana. Representa una manera de hacer una arquitectura muy digna respondiendo a las necesidades espec¨ªficas de su ¨¦poca, con un discurso pl¨¢stico propio, entre lo prehisp¨¢nico y lo neocubista".
Miquel Adri¨¤: "Su arquitectura a¨²na modernidad y atemporalidad. Cada una de sus obras es un p¨¢rrafo, un cap¨ªtulo, una historia de un modo de hacer y entender la arquitectura".
Fernanda Canales: "Detr¨¢s de sus gestos rotundos y de sus formas representativas, se halla un profundo conocimiento del urbanismo, la historia, el arte, la funcionalidad y la modulaci¨®n, y sobre todo, un inter¨¦s permanente en el futuro".
P. Hay palabras que se asocian a su obra. Volumen, por ejemplo. ?Qu¨¦ le sugiere?
R. Una forma que est¨¢ en el espacio.
P. Masa.
R. Es una idea compleja. Peso y a la vez tama?o. Es una idea cient¨ªfica. Nunca la uso.
P. Geometr¨ªa.
R. Es el fondo, la ra¨ªz de los trazos. Hago un trazo y despu¨¦s veo si fue c¨ªrculo o si fue ¨®valo, pero lo he trazado matem¨¢ticamente. Cualquier trazo lleva dentro geometr¨ªa.
P. ?Es un hombre ordenado?
R. S¨ª. Trabajo todos los d¨ªas en la arquitectura. Pero no es un trabajo. Es una forma de vida, igual que es una forma de vida leer o pintar. Esto no es un oficio.
P. ?Qu¨¦ define la arquitectura como forma de vida?
R. Producir cosas.
P. ?As¨ª de sencillo?
R. No creo que pueda decir m¨¢s. La arquitectura o la pintura no se pueden definir. La belleza y las emociones s¨®lo las pueden definir los poetas.
P. ?La arquitectura no es una forma de poes¨ªa?
R. No estoy en contra de hablar de espacios po¨¦ticos, pero la poes¨ªa es otra cosa. La veracidad que puede tener un poema es inalcanzable hasta para la ciencia.
P. ?En qu¨¦ momento de su vida empez¨® a fijarse en el espacio?
R. Desde muy chico. El espacio me fascinaba. Hace un tiempo un amigo compr¨® una casa en la que viv¨ª de ni?o hasta los seis o siete a?os, y no sab¨ªa describ¨ªrmela. Yo le dije: ¡°Es una casa blanca, entras en el hall¡¡± y as¨ª segu¨ª. Estaba grabad¨ªsima en mi cabeza.
P. ?Y c¨®mo recuerda su ciudad?
R. Era otra cosa. Yo nac¨ª en una casita de una calle que no estaba ni pavimentada, porque ah¨ª se terminaba la ciudad y empezaba el campo. Eso era la Ciudad de M¨¦xico.
P. Ahora se dice a menudo que es un ¡°monstruo¡±. ?Le parece injusto?
R. Eso no est¨¢ bien. Es una ciudad descuidada, por supuesto, porque no tenemos buenos pol¨ªticos, pero es muy rica e intensa. Koolhaas [arquitecto holand¨¦s] me dijo un d¨ªa una cosa que me impresion¨®. ?l siempre que llega a una ciudad por primera vez se alquila un helic¨®ptero y la recorre por encima a poca distancia. Cuando lo hizo aqu¨ª, le pregunt¨¦: ¡°?Y qu¨¦ te pareci¨®?¡±. La respuesta me dej¨® desconcertado: ¡°Es una ciudad verde¡±.
P. Uno dir¨ªa que es gris.
R. ?ndale. Es la fama que hemos ganado.
P. Y a usted le gusta el concreto, el hormig¨®n.
R. S¨ª, porque es un material maleable, que puedes manipular, y tiene una duraci¨®n notable, aunque no supera a la de la piedra. El Rockfeller Center, por ejemplo, est¨¢ todo recubierto de lajas de piedra y sigue perfecto. Yo no he trabajado con piedra porque es demasiado caro para M¨¦xico. Por econom¨ªa, me acerqu¨¦ al concreto.
P. ?Qu¨¦ le sugiere la palabra monumental?
R. Es dif¨ªcil. ?Qu¨¦ es lo monumental? No me gusta. Yo no quisiera usar esa palabra.
P. ?Le disgusta que se use para su arquitectura?
R. Se me hace gratuito. Perciben una parte y la deforman. Y se relaciona lo monumental con la representaci¨®n del poder. Me molesta que mi obra se asocie a eso. No es justo.
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