?Socorro! En Madrid ya no hay ni broncas
Sonoro fracaso de El Juli, Perera y L¨®pez Sim¨®n con toros mal presentados, mansos y descastados de Vellosino, que sustituyeron a los titulares
La corrida fue un petardo; un sonoro fracaso de tres figuras, El Juli, Perera y L¨®pez Sim¨®n, que se prestaron a liderar un enga?o a la afici¨®n.
Los veterinarios rechazaron los toros anunciados de Jandilla (?c¨®mo ser¨ªan?) y la empresa de la plaza ¡ªmejor dicho, los apoderados de los tres toreros¡ª decidieron traer una corrida de Vellosino, tambi¨¦n procedencia Domecq, mal presentada en l¨ªneas generales, ¡ªel segundo de la tarde, de 600 kilos de peso, quiz¨¢ sea el toro con menos trap¨ªo de esta y de muchas ferias¡ª, floja y mansa en los caballos ¡ªninguno de los toros fue picado¡ª, y descastada, noblota, insulsa y abueyada en el tercio final.
VELLOSINO / EL JULI, PERERA, L?PEZ SIM?N
Toros de Vellosino, ¡ªsustitutos de los anunciados de Jandilla, rechazados en el reconocimiento¡ª, (el sexto, devuelto), mal presentados, mansos, blandos y descastados. Sobrero de Domingo Hern¨¢ndez, correcto y noble.
El Juli: pinchazo hondo ca¨ªdo y tres descabellos (silencio); pinchazo, estocada y un descabello (divisi¨®n de opiniones).
Miguel ?ngel Perera: estocada baja (silencio); pinchazo y bajonazo (silencio).
L¨®pez Sim¨®n: pinchazo, estocada tendida ¡ªaviso¡ª y dos descabellos (silencio); estocada ca¨ªda (silencio).
Plaza de Las Ventas, de mayo. Vig¨¦sima corrida de feria. Lleno. Asisti¨® el rey Juan Carlos I, acompa?ado por la Infanta Elena.
Como era previsible, no hubo toreo. Y no es una exageraci¨®n. No es posible recordar un capotazo, un quite, un redondo, un natural, un adorno, una estocada¡ Nada. Aburrimiento a espuertas, decepci¨®n, protestas y una tarde m¨¢s en la que algunos aficionados habr¨¢n jurado no volver nunca.
Pero hay un asunto m¨¢s preocupante: este mi¨¦rcoles, no hubo broncas en Las Ventas. Y ya es extra?o. Si hubiera inteligencia entre los taurinos, tendr¨ªan motivo sobrado para cavilar. Si la gente no se enfada y prefiere el conformismo del silencio es porque ha perdido el inter¨¦s. Se recordar¨¢n toda la vida las ruidosas broncas que recib¨ªa Curro Romero, pero porque era uno de los toreros m¨¢s atrayentes de su ¨¦poca.
El Juli, Perera y L¨®pez Sim¨®n estuvieron para que los hubieran corrido a gorrazo limpio por la calle Alcal¨¢ arriba. Primero, por elegir una birria de corrida, y, segundo, porque fueron incapaces ¡ªno pod¨ªa ser de otra manera¡ª de hacer nada a derechas. Y protestaron dos o tres espectadores, no m¨¢s; los de siempre, que, adem¨¢s, fueron reprendidos por la mayor¨ªa, que parece sentirse c¨®moda con el fraude.
Silencio fue el triste balance de tres figuras de la modernidad, que no solo no interesaron, sino que no import¨® a nadie que no interesaran. Y eso significa que es la fiesta la que est¨¢ en peligro; dicho en cristiano: significa que las figuras ponen en peligro la fiesta. Y, por lo visto, les da igual.
Se dice y con raz¨®n que a El Juli le tienen man¨ªa en esta plaza. Claro, hombre, pero si es que desde que es figura se ha presentado con corderitos desmochados debajo del brazo; si es que, a?o tras a?o, ha protagonizado esc¨¢ndalos por la escasa presencia de sus corridas. Es verdad que el propio torero puede pensar que, a veces, le faltan el respeto. ?Pero se lo tiene ¨¦l a la plaza? Una figura del toreo debe venir a Madrid con toros, y se acab¨® la discusi¨®n. Si as¨ª fuera, y, adem¨¢s, toreara de verdad y no con todas las ventajas posibles, encontrar¨ªa el respeto que a¨²n no se ha ganado.
?Qui¨¦n ha visto a Perera y qui¨¦n lo ve? ?D¨®nde est¨¢ ese torero valeroso, firme y dominador que ha triunfado reiteradamente en esta plaza? Por lo visto ayer, est¨¢ desaparecido. Aceptar el suced¨¢neo torista ya descrito lo descalifica; pero intentar justificar lo injustificable con pases y m¨¢s pases insulsos raya en el insulto.
Y que tenga cuidado L¨®pez Sim¨®n, que los defectos se contagian. Ya se lo dijo uno desde el tendido: "Alberto, no te juntes con estos". Que tenga cuidado, porque con el valor como ¨²nico argumento no se dibuja una carrera de triunfador. Hay que torear, y el torero de Madrid dio muchos pases, demasiados, y no dej¨® nada para el recuerdo. Se justific¨® ante el noblote tercero, pero fracas¨® ante el sobrero, que repiti¨® con calidad en la muleta, y solo alcanz¨® a dar muchos y vac¨ªos trapazos, acelerados, destemplados y vac¨ªos.
El d¨ªa que esto se acabe ¡ªsi sigue as¨ª, no tardar¨¢ mucho¡ª que nadie busque m¨¢s responsables que las figuras. Su falta de compromiso es el verdadero c¨¢ncer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.