Tres golpes al aire

Nada que no hayamos visto en el cine de Hollywood, pero interpretado con extraordinario virtuosismo. En Big Boy, historia de amistad y boxeo ambientada a principios del siglo XX, Mario Ruz Mart¨ªnez y Jos¨¦ Luis Montiel Chaves encarnan con versatilidad extraordinaria a dos p¨²giles, a sus preparadores, al ¨¢rbitro del combate y al p¨²blico que vitorea al ganador. En cuatro trazos maestros, definen un personaje, y en un instante apenas, ya est¨¢n esbozando el siguiente. Son dos caricatos capaces de representar a un aviador, al biplano que pilota y a la bomba que arroja, todo ello a la vez.

La voz del narrador, imita sin iron¨ªa las de los grandes dobladores del cine espa?ol, y la t¨¦cnica narrativa remite a la de M¨¢s dura ser¨¢ la ca¨ªda, El ¨ªdolo de barro o Toro salvaje: cuentan como quien, en vez de retratar la realidad, narra por inercia la versi¨®n de la realidad difundida persistentemente por la industria cinematogr¨¢fica dominante. Dramat¨²rgicamente, se echa de menos en Big Boy un punto de vista propio y cierta profundidad de campo, pero los dos c¨®micos y David Rold¨¢n Espejo, coautor y codirector de la funci¨®n, acaban conquist¨¢ndonos con su agil¨ªsimo despliegue pantom¨ªmico: a escenario vac¨ªo, ambos actores y su codirector (fundadores de la compa?¨ªa granadina Guantuguan) consiguen recrear desfiles de caballer¨ªa, peleas de taberna, ambientes portuarios y claros en la jungla de asfalto, apoy¨¢ndose tan solo en un bien ideado espacio sonoro. El p¨²blico de entre semana les ovacion¨®, la mitad de ¨¦l puesto en pie.