Todo bajo la alfombra
Un divertido vodevil sin argumento, en el que Il Maquinario Teatro y Marius Von Mayenburg dejan la impresi¨®n de que algo huele ha podrido en Europa
Igualdad te¨®rica, libertad de movimiento de capitales y fraternidad de cara a la galer¨ªa. Perplejo, extraordinario juego de roles escrito por Marius von Mayenburg, culmina con una escena en la que la situaci¨®n sobrevenida a una de sus cuatro int¨¦rpretes, a la que sus compa?eros asignan s¨²bitamente el papel de se?ora de la limpieza inmigrante maltratada por sus empleadores, sirve de met¨¢fora de las relaciones entre pa¨ªses empobrecidos y antiguas potencias coloniales.
Von Mayenburg utiliza las convenciones del vodevil burgu¨¦s de puertas y sof¨¢ (su din¨¢mica de continuas entradas y salidas de escena, su gusto por el desnudo: masculino en este caso, para contradecir la costumbre), con las que el espectador est¨¢ familiarizado, pero las retuerce para hacerle sentirse en terreno ignoto, como en esas pesadillas donde la calle y la casa donde vivimos sirven de escenario veros¨ªmil a acontecimientos surreales. Los personajes de Perplejo no paran de cambiar de papel: la pareja amiga de los anfitriones, por ejemplo, se convierte en su hijo y en la au pair que lo cuida. Esta se transforma luego en madre alternativa de la criaturita, que ignora primero y golpea despu¨¦s a su progenitora aut¨¦ntica.
Perplejo
Por dentro de lo que parece una feria de las mutaciones tan divertida como arbitraria, corre una s¨¢tira de costumbres, pol¨ªtica y social: el olor que exhala la basura amontonada bajo el sof¨¢ de la casa donde suceden los acontecimientos, cuya propiedad leg¨ªtima se disputan las dos parejas, es, como se?ala la criada, un s¨ªmbolo de que algo anda pudri¨¦ndose en Europa.
En Perplejo no hay un argumento que prosiga hasta su buen fin, sino una sucesi¨®n de argumentos truncados, que ofrecen una impresi¨®n global desasosegadora. Con este montaje, Il Maquinario, joven compa?¨ªa orensana, obtuvo cinco premios Mar¨ªa Casares, incluido al mejor espect¨¢culo teatral gallego. La direcci¨®n de Tito Asorey est¨¢ mejor enfocada que la de otras producciones alemanas y francesas del mismo t¨ªtulo, y resulta especialmente atinada en la escena de la limpiadora sobrevenida y en el mon¨®logo subsiguiente, hondamente coloreado por Melania Cruz. Las actuaciones de Fran Lareu, Fernando Gonz¨¢lez y Laura M¨ªguez tienen chispa y ligereza, la caracterizaci¨®n de los muchos personajes que encarnan es realista all¨ª donde debe serlo, y graciosa cuando procede. Los cuatro hacen un divertido ejercicio de transformismo. Respecto a la versi¨®n castellana, cabe afinar alg¨²n t¨¦rmino: es m¨¢s adecuado hablar de ¡®alm¨ªbar¡¯ que de ¡®zumo¡¯, trat¨¢ndose como se trata de un bote de melocot¨®n, y m¨¢s frecuente encontrar este fruto envasado en ¡®mitades¡¯ que en 'rodajas'.
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