¡°La dureza del exilio nos ha convertido en escritores¡±
Un grupo de creadores refugiados cuenta c¨®mo el destierro cambi¨® su forma de concebir el arte
Si Bahia Mahmud Awah no hubiese escapado a los 15 a?os del S¨¢hara Occidental, no ser¨ªa escritor. Dos meses despu¨¦s de que Espa?a abandonase este territorio en febrero de 1976 y Marruecos comenzara a ocuparlo, Awah huy¨® sin su familia a los primeros campos de refugiados saharauis que se organizaron en Argelia. Desde entonces, el exilio ha sido la marca de su vida: "Toda la literatura que he escrito emana del sentimiento de expatriado. La tierra usurpada, el colegio que abandon¨¦ o los familiares que perd¨ª por la guerra me han hecho reflejar mi dolor en prosa, en versos y en ensayos. La dureza del destierro, como a muchos compa?eros, me convirti¨® en escritor". Awah, que lleg¨® a Madrid con 37 a?os, pertenece al territorio con m¨¢s porcentaje de poblaci¨®n refugiada del mundo, seg¨²n datos de Acnur.
Como su compatriota, la escritora Zahra Hasau¨ª, como el poeta palestino Mahmud Sobh o como el director de cine sirio Ammar al-Beik ¡ªotros dos de los 10 pa¨ªses con m¨¢s porcentaje de exiliados¡ª, Awah ha dedicado su obra a la causa de su vida: "Explicar al mundo que mi pueblo est¨¢ oprimido".
Cuando el saharahui lleg¨® a la capital de Espa?a con una beca para hacer un curso de radio en 1999, solo escrib¨ªa para ¨¦l. Despu¨¦s de que la subvenci¨®n acabara, pas¨® sus peores meses: sin dinero ni papeles de residencia tard¨® semanas en conseguir el estatus de refugiado: "Recuerdo aquellos d¨ªas. Estar en colas largu¨ªsimas, a seis grados bajo cero y con la nariz sangrando por el fr¨ªo. Fueron las primeras dificultades, las que me hicieron sentir por primera vez qu¨¦ era el exilio".
Awah y varios intelectuales saharauis crearon en 2005 el grupo de escritores Generaci¨®n de la Amistad: "Hicimos un congreso constitutivo. El nombre viene porque todos nosotros hab¨ªamos le¨ªdo mucho a la Generaci¨®n del 27, a la que tambi¨¦n se le llamaba Generaci¨®n de la Amistad. La poes¨ªa de estos autores, como la nuestra, era muy combativa: muchos se exiliaron por la guerra civil espa?ola, otros murieron fuera o fueron fusilados por el bando franquista".
Uno de los poemas con los que m¨¢s se emociona el grupo es La poes¨ªa es un arma cargada de futuro, de Gabriel Celaya ¡ªun autor posterior a la Generaci¨®n del 27 que tambi¨¦n estuvo unido a la lucha antifranquista¡ª, en el que reclama el papel reivindicativo y social de los versos. "El exilio, la muerte de varios familiares [perdi¨® a varios t¨ªos y a su madre en la guerra] o los m¨¢s de 100 presos pol¨ªticos son puntos que me hicieron reflexionar escribiendo. Yo no le dedicar¨¦ un poema a una mujer o a una rosa mientras tenga preocupaciones mayores que me desatan la necesidad de dedicarme a la literatura", afirma Awah.
El primer libro que public¨® el grupo, en 2006, fue una antolog¨ªa po¨¦tica titulada Aaiun, gritando lo que se siente. Como para Awah, esta colecci¨®n tambi¨¦n fue la primera obra de Zahra Hasau¨ª. ¡°Yo antes tambi¨¦n escrib¨ªa en la intimidad, pero nunca hab¨ªa publicado nada¡±, cuenta Hasau¨ª, que escap¨® del S¨¢hara Occidental y lleg¨® a Espa?a por la ocupaci¨®n marroqu¨ª. Ella se ha sentido refugiada toda su vida¡ªtambi¨¦n pas¨® por los campos de Argelia¡ª, pero nunca logr¨® que el Gobierno espa?ol le concediese ese estatus. Aunque ya tiene 52 a?os, lleg¨® por primera vez a Madrid en 1983 para estudiar Filolog¨ªa inglesa.
Lo que m¨¢s le ha costado, dice, ha sido estar separada de su familia, pero como escritora su gran obst¨¢culo es el mundo editorial. ¡°Es muy dif¨ªcil, a pesar de que hablamos castellano desde peque?os, entrar en el mundo de las editoriales. Seguimos luchando para encontrar nuestro espacio, y algunas empresas de este tipo m¨¢s peque?itas ya nos han publicado, pero ha sido duro¡±, cuenta Hasau¨ª, que compagina su vida como literata con la docencia en un instituto de Guadalajara.
Casi 20 a?os antes de que Hasau¨ª llegase a Espa?a, el poeta palestino Mahmud Sobh ya se hab¨ªa instalado en Madrid tras pasar varios a?os en un campo de refugiados de Siria. A sus 80 a?os, con m¨¢s de una decena de libros publicada y otras tantas traducciones, quiere volver a su tierra, Galilea, y sigue convencido de su postura sobre la poes¨ªa. ¡°La literatura no tiene que dejar a un lado la pol¨ªtica, sino ser po¨¦tica y pol¨ªtica¡±.
A diferencia de los escritores saharauis y del palestino, el fot¨®grafo y director de cine sirio Ammar al-Beik, de 43 a?os, dej¨® su pa¨ªs ya convertido en un artista con recorrido. Al-Beik presentaba por segunda vez un trabajo en el Festival de cine de Venecia, en 2011, cuando supo que sus cr¨ªticas incisivas al r¨¦gimen de Bachar el Asad no le permitir¨ªan regresar a Siria. The Sun¡¯s Incubator (La incubadora del sol), el corto con el que particip¨® en el encuentro de realizadores, hablaba de los abusos del Gobierno durante las primeras manifestaciones en contra de El Asad, en la ola de protestas que ser¨ªa conocida mundialmente como ¡°la primavera ¨¢rabe¡±. Ahora el cineasta vive refugiado en Berl¨ªn, pero su arte sigue volcado hacia su pa¨ªs.
¡°El artista tiene que estar interesado en lo que pasa a su alrededor. En mi caso, a la larga abordo el dolor de mi madre, que falleci¨® y a quien no pude ver por la amenaza de detenci¨®n, mi familia, mis amigos, mis compatriotas, mi hogar, mis recuerdos...¡±, afirma este autor de numerosos cortos y tres largometrajes. ¡°El artista paga el mismo precio que cualquier otra persona por sus posturas, especialmente en el contexto sirio¡±, contin¨²a. ¡°Creo que en pol¨ªtica s¨ª que existe eso que llamamos ¡®compromiso¡¯, no en el arte. Pero ser un artista abstracto o un director de cine no te permite utilizar simbolismos en 2016, los hechos deben ser llamados por su nombre real, el dictador es un dictador¡±.
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