El mal
Los homosexuales que est¨¢n refugiados en el lavabo de una discoteca anhelando que el exterminador no les encuentre crean asociaci¨®n con la barbaridad de 'La batalla de Chile'
Hace mucho tiempo que no he vuelto a ver una de las im¨¢genes m¨¢s escalofriantes que se han filmado nunca, pero su recuerdo es n¨ªtido y brutal. Ocurr¨ªa en el documental La batalla de Chile, de Patricio Guzm¨¢n. Un c¨¢mara filmaba su propio asesinato. Enfocaba a un soldado y este le pegaba un tiro. La c¨¢mara se ladeaba mientras que segu¨ªa filmando. Ha vuelto a ocurrir en otras guerras. El responsable de aquellas matanzas chilenas (no hubo batalla, para eso se necesitan dos ej¨¦rcitos), un individuo de apariencia y metodolog¨ªa repulsivas, un general con bigotito, gafas negras y pinta de asesino cuartelero, analfabeto, con nombre de payaso, muri¨® en su camita, rodeado por su delincuente familia, con la bendici¨®n de su gran admiradora Margaret Thatcher, la diosa de los liberales, o de los neoliberales, o como se nombren los que se han apropiado y ensucian algo tan necesario llamado liberalismo.
Los homosexuales que est¨¢n refugiados en el lavabo de una discoteca anhelando algo tan improbable como que el ¨¢ngel exterminador no les encuentre, film¨¢ndose con sus m¨®viles, enviando mensajes a sus familias y amigos (¡°ya viene, voy a morir¡±, le contaba una inminente v¨ªctima a su madre), crean inmediata asociaci¨®n mental con aquella barbaridad de La batalla de Chile. Y no hay tiempo ni ganas para pensar que el mal tiene matices, que no funciona siempre en estado puro, que conviene analizarlo y bucear en sus razones. Asesinan en la legendaria sala de conciertos Bataclan, en las terrazas y restaurantes de Par¨ªs, en esa discoteca de Orlando. Matan a gente an¨®nima que intenta ponerse de acuerdo con la vida, divertirse, disfrutar con sus parejas y sus amigos, ponerse guapos de alcohol y de sustancias, intentar ligar, y buscar un acto de afirmaci¨®n en la existencia. Y les matan. Porque son infieles. Porque tienen poder para hacerlo. Porque es gente normal con ganas de vivir y de ser feliz durante un rato. Es el Mal.
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