Jefe
La peculiaridad de ¡®Boss¡¯ es que se sabe desde el primer momento que su protagonista padece un desorden neurol¨®gico degenerativo irreversible
La redifusi¨®n de las dos temporadas de Boss en Canal + Series Xtra permite, cuando menos, apreciar la gran capacidad de la industria televisiva estadounidense para ratificar su concepto m¨¢s arraigado, el entretenimiento, al mismo tiempo que se comprueba su enorme pragmatismo: si la serie no funciona como se esperaba ¡ªy ese fue el caso¡ª se corta sin m¨¢s. No hubo tercera temporada.
Permite tambi¨¦n verificar la ya indisoluble uni¨®n entre cine y televisi¨®n. El realizador del primer cap¨ªtulo de la intensa y autoritaria vida del alcalde de Chicago y, posteriormente, productor ejecutivo de la serie fue Gus van Sant. Hace ya tiempo que las series de calidad se sit¨²an muy por encima de la media de las pel¨ªculas. Que Steven Soderbergh, probablemente uno de los mejores artesanos del cine, dirija todos los cap¨ªtulos de la extraordinaria The Knick ya no sorprende a nadie.
Boss, como se dijo, es la ficticia biograf¨ªa de Tom Kane, un sorprendente Kelsey Grammer, habitual en comedias como Cheers o Frasier, un pol¨ªtico para el que el fin justifica los medios. Su peculiaridad es que se sabe desde el primer momento que padece un desorden neurol¨®gico degenerativo irreversible, una situaci¨®n l¨ªmite en un individuo en el que la ambici¨®n es su ¨²nica gu¨ªa.
Jefes de gabinete, asesores de imagen, concejales, empresarios, pero tambi¨¦n camellos, hija drogadicta, asesinos profesionales, rivales... una fauna que gira alrededor de Kane y que permite a los guionistas alternar drama, melodrama y acci¨®n en una cruel disecci¨®n de la pol¨ªtica. Uno de los reproches m¨¢s extendidos a la actuaci¨®n de Kelsey Grammer, que, por cierto, gan¨® el Globo de Oro en la categor¨ªa de drama, fue el de un excesivo hieratismo, solemnidad interpretativa mucho m¨¢s justificada, por ejemplo, que la que muestran todos los protagonistas de las m¨²ltiples versiones de CSI. Mantenerse en el poder asediado por chacales no permite la menor relajaci¨®n. Y lo sabe.
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