¡°Hollywood aplica un modelo de aversi¨®n al riesgo¡±
Jodie Foster presenta 'Money Monster', su cuarta pel¨ªcula como directora y un retrato extremo de la crisis econ¨®mica
Cuando el hombre pis¨® la Luna, Jodie Foster ten¨ªa seis a?os. Pero ya era actriz desde hac¨ªa tres. As¨ª que ese 20 de julio (21 en Espa?a) de 1969, se encontraba, como cada d¨ªa, en un set: ¡°Est¨¢bamos rodando la serie Buscando novia a pap¨¢. Recuerdo que paramos, nos fuimos a la sala de atrezzos, donde hab¨ªa muchas pantallas, y encendimos una¡±. Y entonces a?ade: ¡°Todos los hitos en mi vida han tenido que ver con pel¨ªculas y rodajes. Y me parece genial¡±. Al fin y al cabo, desde que debut¨® con tres a?os en un anuncio, Foster se cri¨® a pan y c¨¢maras. Su agenda se llen¨® enseguida de publicidad, series y filmes. Llegaron los aplausos del mundo y dos Oscar (Acusados y El silencio de los corderos). Pero ahora, a sus 53 a?os (Los ?ngeles, 1962), la exni?a prodigio de Hollywood quiere ser sobre todo una directora. Y por eso presenta en Madrid su pel¨ªcula Money Monster, que llega hoy a las salas.
El primer filme de Foster como cineasta, El peque?o Tate, se estren¨® en 1991, justo a la vez que El silencio de los corderos. Obtuvo buenas cr¨ªticas y una portada del Time que rezaba: ¡°Ha nacido una directora¡±. Sin embargo, un cuarto de siglo despu¨¦s, sigue siendo m¨¢s famosa como int¨¦rprete, sus otros dos filmes (A casa por vacaciones y El castor) obtuvieron resultados irregulares y Money Monster es solo su cuarta pel¨ªcula detr¨¢s de la c¨¢mara. ?Qu¨¦ pas¨®? ¡°Mi trabajo como actriz me absorbe mucho. Siempre escribo yo el guion de mis filmes, lo que lo hace m¨¢s dif¨ªcil. Y he tenido dos hijos y los he criado. Pero es embarazoso que no haya dirigido m¨¢s filmes. Desde luego quer¨ªa¡±.
Por fin, sus deseos y la realidad han vuelto a encajar. Y aqu¨ª est¨¢ su pel¨ªcula m¨¢s ambiciosa, como se ha definido en EE UU. Por su reparto, con Julia Roberts y George Clooney. Y por su trama, centrada en alguien familiar para todos: un afectado por la crisis. ¡°Lo hizo todo bien. Trabaj¨®, pag¨® los impuestos, invirti¨® sus ahorros en algo que le dijeron que era seguro y lo perdi¨® todo. Y lo ¨²nico que le responden es que se debi¨® a ¡®un fallo t¨¦cnico¡±, resume Foster. La furia de Kyle, la del 99% del planeta, coge sin embargo un camino distinto: el joven se planta en un plat¨® de televisi¨®n con una pistola para pedir explicaciones a quienes le hundieron.
Trampas financieras
¡°Creo que el final de la pel¨ªcula deja una pregunta para el p¨²blico: ¡®?Vas a abrir los ojos y participar en el mundo o solo cambiar de canal?¡±, defiende Foster. La directora no sabr¨ªa decir si ella est¨¢ indignada ¡ª¡°No soy una persona de emociones primitivas, suelo procesar las cosas¡±¡ª, pero s¨ª comprende a todos los Kyle del mundo: ¡°Hay mucha gente que sinti¨® rabia por razones que no entendi¨®. El sistema financiero est¨¢ creado con complicaciones para que solo se beneficien quienes las han ideado, y no los ciudadanos¡±.
Cierta dificultad existe tambi¨¦n para entenderla. Foster habla a la carrera y cada respuesta dura poco pero dice mucho. Varios asuntos caen liquidados con rapidez. No se considera una ¡°pol¨ªtica¡± y por tanto no opina sobre Donald Trump, m¨¢s all¨¢ de tachar de ¡°absurdo¡± este proceso electoral en EE UU. Sobre el papel de la tecnolog¨ªa en nuestras vidas, afirma: ¡°Todo lo hacemos virtualmente. Incluso las conexiones m¨¢s ¨ªntimas y fuertes las tenemos mirando a una pantalla o escuchando un micro¡±. Dice que el teatro no le atrae y hasta le provoca un ¡°complejo de inferioridad¡±. Y revela un remordimiento: ¡°A veces me arrepiento de que no fuera capaz, con 18 a?os, de largarme un a?o a trabajar en un resort de esqu¨ª. Me hubiese gustado tener la oportunidad de no ser responsable por nada y probar una peque?a vida feliz, sin ansiedad¡±.
Pero no lo hizo. Se qued¨®. Y apost¨® por una carrera de actriz que ya hab¨ªa vivido su primer punto de inflexi¨®n: Taxi Driver. ¡°La he vuelto a ver hace poco, tras 20 a?os, y se la ense?¨¦ a mi hijo. Es todo un orgullo¡±. La actriz cree que Nueva York ha cambiado mucho desde entonces (1976) y tambi¨¦n lo ha hecho el cine. ?Qu¨¦ le parece el que se rueda hoy en d¨ªa? ¡°Los grandes estudios de Hollywood han creado un gueto. Aplican desesperadamente un modelo de aversi¨®n al riesgo: hacen pocos filmes, guiados por franquicias, en los que apuestan 200 millones y para los que buscan los actores y directores menos arriesgados. Y por alguna raz¨®n mujeres y minor¨ªas son vistas como riesgos¡±, asevera. Aunque puesta a escoger lo peor del mundo del cine Foster se decanta por otro aspecto: ¡°Ir a que te saquen fotos para vender tu pel¨ªcula¡±.
Otro cine
El s¨¦ptimo arte que ella adora es radicalmente distinto. Se parece a El cazador y Los 400 golpes, dos de sus filmes favoritos. O a Babel, Biutiful o Birdman (de Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu), tres obras que le hubiese gustado dirigir. Foster cita tambi¨¦n al cine indie y a Pedro Almod¨®var, al que reconoce un talento especial: ¡°Los cineastas casi nunca logran meterse de verdad en la piel de sus personajes femeninos, que a menudo acaban siendo muy superficiales. Almod¨®var s¨ª lo consigue¡±. Finalmente, la directora concluye que ¡°el futuro del cine est¨¢ en una mayor diversidad y en la televisi¨®n de suscripci¨®n¡±.
?Otra creadora fascinada por Netflix, HBO y compa?¨ªa? ¡°?Y qui¨¦n no? Es donde est¨¢n ahora mismo la narrativa y las obras de autor¡±. De hecho, Foster ya dirigi¨® un episodio de House of Cards y dos de Orange is the new black, ambos productos de Netflix. ?No se plantea crear su propia serie? ¡°Me encantar¨ªa¡±. Ser¨ªa otro hito de su vida. Junto a una c¨¢mara, como siempre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.