George Steiner: ¡°Estamos matando los sue?os de nuestros ni?os¡±
A sus 88 a?os, el gran fil¨®sofo y ensayista denuncia en una l¨²cida entrevista que la mala educaci¨®n amenaza el futuro de los j¨®venes
Primero fue un fax. Nadie respondi¨® a la arqueol¨®gica intentona. Luego, una carta postal (s¨ª, aquellas reliquias consistentes en un papel escrito y metido en un sobre). ¡°No les contestar¨¢, est¨¢ enfermo¡±, previno alguien que le conoce bien. A los pocos d¨ªas lleg¨® la respuesta. Carta por avi¨®n con el matasellos del Royal Mail y el perfil de la Reina de Inglaterra. En el encabezado pon¨ªa: Churchill College. Cambridge.
El breve texto dec¨ªa as¨ª:
¡°Querido Se?or,
El a?o 88 y una salud incierta. Pero su visita ser¨ªa un honor. Con mis mejores deseos.
George Steiner¡±.
Dos meses despu¨¦s, el viejo profesor hab¨ªa dicho ¡°s¨ª¡±, poniendo provisional coto a su proverbial aversi¨®n a las entrevistas.
El catedr¨¢tico de literatura comparada, el lector de lat¨ªn y griego, la eminencia de Princeton, Stanford, Ginebra y Cambridge; el hijo de jud¨ªos vieneses que huyeron del nazismo primero a Par¨ªs y luego a Nueva York; el fil¨®sofo de las cosas del ayer, del hoy y del ma?ana; el premio Pr¨ªncipe de Asturias de Comunicaci¨®n y Humanidades en 2001, el polemista y mit¨®logo pol¨ªglota y el autor de libros capitales del pensamiento moderno, la historia y la semi¨®tica como Errata, Nostalgia del absoluto, La idea de Europa, Tolstoi o Dostoievski o La poes¨ªa del pensamiento abr¨ªa a EL PA?S las puertas de su preciosa casita de Barrow Road.
"Estoy asqueado por la educaci¨®n escolar de hoy, que es una f¨¢brica de incultos y que no respeta la memoria"
El pretexto: los dos libros que la editorial Siruela ha publicado recientemente en espa?ol. Por un lado Fragmentos, un min¨²sculo aunque denso compendio de algunas de las cuestiones que obsesionan al autor como la muerte y la eutanasia, la amistad y el amor, la religi¨®n y sus peligros, el poder del dinero o las difusas fronteras entre el bien y el mal. Por el otro, Un largo s¨¢bado, embriagador libro de conversaciones entre Steiner y la periodista y fil¨®loga francesa Laure Adler.
El motivo real: hablar de lo que fuera surgiendo.
Es una ma?ana de lluvia en la campi?a de Cambridge. Zara, la encantadora esposa de George Steiner (Par¨ªs, 1929), trae caf¨¦ y pastas. El profesor y sus 12.000 libros miran de frente al visitante.
PREGUNTA. Profesor Steiner, la primera pregunta es ?c¨®mo est¨¢ su salud?
RESPUESTA. Oooh, muy mal, por desgracia. Tengo ya 88 a?os y la cosa no va bien, pero no pasa nada. He tenido y tengo mucha suerte en la vida y ahora la cosa va mal, aunque todav¨ªa paso algunos d¨ªas buenos.
P. Cuando uno se siente mal¡ ?es inevitable sentir nostalgia de los d¨ªas felices? ?Huye usted de la nostalgia o puede ser un refugio?
R. No, lo que uno tiene es la impresi¨®n de haber dejado de hacer muchas cosas importantes en la vida. Y de no haber comprendido del todo hasta qu¨¦ punto la vejez es un problema, ese debilitamiento progresivo. Lo que me perturba m¨¢s es el miedo a la demencia. A nuestro alrededor el Alzh¨¦imer hace estragos. As¨ª que yo, para luchar contra eso, hago todos los d¨ªas unos ejercicios de memoria y de atenci¨®n.
"Es un milagro que todav¨ªa exista Europa. Una civilizaci¨®n que extermina a sus jud¨ªos no recuperar¨¢ nunca lo que fue"
P. ?Y en qu¨¦ consisten?
R. Lo que le voy a contar le va a divertir. Me levanto, voy a mi peque?o estudio de trabajo y elijo un libro, no importa cu¨¢l, al azar, y traduzco un pasaje a mis cuatro idiomas. Lo hago sobre todo para mantener la seguridad de que conservo mi car¨¢cter pol¨ªglota, que es para m¨ª lo m¨¢s importante, lo que define mi trayectoria y mi trabajo. Trato de hacerlo todos los d¨ªas¡ y desde luego parece que ayuda.
P. Ingl¨¦s, franc¨¦s, alem¨¢n e italiano¡
R. Eso es.
P. ?Sigue leyendo a Parm¨¦nides cada ma?ana?
R. Parm¨¦nides, claro¡ bueno, u otro fil¨®sofo. O un poeta. La poes¨ªa me ayuda a concentrarme, porque ayuda a aprender de memoria, y yo siempre, como profesor, he reivindicado el aprendizaje de memoria. Lo adoro. Llevo dentro de m¨ª mucha poes¨ªa; es, c¨®mo decirlo, las otras vidas de mi vida.
P. La poes¨ªa vive¡ o mejor dicho, en este mundo de hoy sobrevive. Algunos la consideran casi sospechosa.
R. Estoy asqueado por la educaci¨®n escolar de hoy, que es una f¨¢brica de incultos y que no respeta la memoria. Y que no hace nada para que los ni?os aprendan las cosas de memoria. El poema que vive en nosotros vive con nosotros, cambia como nosotros, y tiene que ver con una funci¨®n mucho m¨¢s profunda que la del cerebro. Representa la sensibilidad, la personalidad.
P. ?Es optimista con respecto al futuro de la poes¨ªa?
R. Enormemente optimista. Vivimos una gran ¨¦poca de poes¨ªa, sobre todo en los j¨®venes. Y escuche una cosa: muy lentamente, los medios electr¨®nicos est¨¢n empezando a retroceder. El libro tradicional vuelve, la gente lo prefiere al kindle¡ prefiere coger un buen libro de poes¨ªa en papel, tocarlo, olerlo, leerlo. Pero hay algo que me preocupa: los j¨®venes ya no tienen tiempo¡ de tener tiempo. Nunca la aceleraci¨®n casi mec¨¢nica de las rutinas vitales ha sido tan fuerte como hoy. Y hay que tener tiempo para buscar tiempo. Y otra cosa: no hay que tener miedo al silencio. El miedo de los ni?os al silencio me da miedo. Solo el silencio nos ense?a a encontrar en nosotros lo esencial.
"El psicoan¨¢lisis es un lujo de la burgues¨ªa. La dignidad humana consiste en tener secretos. La idea de pagar me asquea"
P. El ruido y la prisa¡ ?No cree que vivimos demasiado deprisa? Como si la vida fuera una carrera de velocidad y no una prueba de fondo¡ ?No estamos educando a nuestros hijos demasiado deprisa?
R. D¨¦jeme ensanchar esta cuesti¨®n y decirle algo: estamos matando los sue?os de nuestros ni?os. Cuando yo era ni?o exist¨ªa la posibilidad de cometer grandes errores. El ser humano los cometi¨®: fascismo, nazismo, comunismo¡ pero si uno no puede cometer errores cuando es joven, nunca llegar¨¢ a ser un ser humano completo y puro. Los errores y las esperanzas rotas nos ayudan a completar el estado adulto. Nos hemos equivocado en todo, en el fascismo y en el comunismo y, a mi juicio, tambi¨¦n en el sionismo. Pero es mucho m¨¢s importante cometer errores que intentar comprenderlo todo desde el principio y de una vez. Es dram¨¢tico tener claro a los 18 a?os lo que has de hacer y lo que no.
P. Habla usted de la utop¨ªa y de su contrario, la dictadura de la certidumbre¡
R. Muchos dicen que las utop¨ªas son idioteces. Pero en todo caso ser¨¢n idioteces vitales. Un profesor que no deja a sus alumnos pensar en utop¨ªas y equivocarse es un muy mal profesor.
P. No se sabe bien por qu¨¦ el error tiene tan mala prensa, pero el caso es que en estas sociedades exacerbadamente utilitarias y competitivas la tiene.
R. El error es el punto de partida de la creaci¨®n. Si tenemos miedo a equivocarnos jam¨¢s podremos asumir los grandes retos, los riesgos. ?Es que el error volver¨¢? Es posible, es posible, hay algunos atisbos. Pero ser joven hoy no es f¨¢cil. ?Qu¨¦ les estamos dejando? Nada. Incluida Europa, que ya no tiene nada que proponerles. El dinero nunca ha gritado tan alto como ahora. El olor del dinero nos sofoca, y eso no tiene nada que ver con el capitalismo o el marxismo. Cuando yo estudiaba la gente quer¨ªa ser miembro del Parlamento, funcionario p¨²blico, profesor¡ hoy incluso el ni?o huele el dinero, y el ¨²nico objetivo ya parece que es ser rico. Y a eso se suma el enorme desd¨¦n de los pol¨ªticos hacia aquellos que no tienen dinero. Para ellos, solo somos unos pobres idiotas. Y eso Karl Marx lo vio con mucha anticipaci¨®n. En cambio, ni Freud ni el psicoan¨¢lisis, con toda su capacidad de an¨¢lisis de los caracteres patol¨®gicos, supieron comprender nada de todo esto.
"No se puede negociar con el Islam"
En uno de los cap¨ªtulos de su libro Fragmentos, recientemente editado en Espa?a, George Steiner se hace preguntas sobre la religi¨®n, incluidas las relativas a algo tan inasible para el com¨²n de los mortales como "la demostraci¨®n de Dios a trav¨¦s de procesos cient¨ªficos como la l¨®gica modal y la metamatem¨¢tica", o el efecto demoledor de la muerte del comunismo: "El colapso del comunismo", escribe Steiner, "ha dado un bandazo hacia una religiosidad muchas veces fan¨¢tica. El fundamentalismo avanza de manera muchas veces violenta, ya sea en el Islam o en el baptismo norteamericano". Ese juicio no es incompatible con el hecho de que George Steiner ¨Cque se considera "no religioso y s¨ª volteriano", admita sentir cierta "envidia" de los fundamentalistas, para quienes las sagradas escrituras son irrebatibles por su condici¨®n de "puro dictado divino".
Sobre las relaciones entre la civilizaci¨®n judeocristiana y el Islam y una hipot¨¦tica aspiraci¨®n a puntos de encuentro, el autor del Prefacio a la Biblia hebrea se muestra rotundo: ¡°No se puede negociar con el Islam, por dos motivos. A partir del siglo XV, el Islam rechaz¨® la ciencia. La verdad cient¨ªfica no es importante para ellos. Y ah¨ª, imposible negociar. Segundo problema: el trato a la mujer. Maltratar sistem¨¢ticamente a la mujer como hace el Islam es eliminar a la mitad de la Humanidad. Y de ah¨ª vinieron las guerras de religi¨®n modernas que con tanta lucidez y anticipaci¨®n predijo Andr¨¦ Malraux, y creo que vienen otras, terribles¡±.
No obstante, Steiner se muestra extremadamente cr¨ªtico con el papel jugado por las democracias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, en la creaci¨®n de contextos de pobreza que han podido actuar como semillero suplementario de soldados de Dios: ¡°El capitalismo, en cuanto industrializaci¨®n de masas, la eliminaci¨®n de las formas m¨¢s primitivas de la comunidad local, la globalizaci¨®n sin freno¡ s¨ª, tenemos una responsabilidad que asumir. A un lado de la barrera est¨¢ el para¨ªso, al otro, el desierto, la miseria. Triste. El mundo vive hoy una desigualdad terrible de posibilidades de vida. En el tercer mundo, los ni?os mueren y la gente come basura. Y no hay respuestas para este fracaso, que es el de todos nosotros¡±.
P. No le cae muy simp¨¢tico el psicoan¨¢lisis, es lo menos que pude decirse.
R. El psicoan¨¢lisis es un lujo de la burgues¨ªa. Para m¨ª, la dignidad humana consiste en tener secretos y la idea de pagar a alguien para que escuche tus secretos e intimidades me asquea. Es como la confesi¨®n pero con cheque por medio. Es el secreto lo que nos hace fuertes, de ah¨ª todos mis trabajos sobre Ant¨ªgona, que dice: ¡°Puede que me equivoque, pero sigo siendo yo¡±. De todas formas, el psicoan¨¢lisis est¨¢ en plena crisis. Recuerde usted las magn¨ªficas palabras de Karl Kraus, el satirista vien¨¦s: ¡°El psicoan¨¢lisis es la ¨²nica cura que ha inventado su enfermedad¡±.
P. Y Sigmund Freud¡
R¡ Freud es uno de los m¨¢s grandes mit¨®logos de la historia. Pero es ficci¨®n. Era un novelista extraordinario.
En ese momento, George Steiner se levanta, avanza lentamente hacia su inmensa biblioteca y de dentro de un viejo volumen extrae una tarjeta de visita amarillenta escrita a mano en alem¨¢n: es una felicitaci¨®n de boda de Sigmund Freud a los padres de Steiner. ¡°Mi padre lo conoci¨®, paseaban juntos por la orilla del r¨ªo¡±.
P. Volvamos a la cuesti¨®n del poder del dinero. ?Tiene usted una explicaci¨®n v¨¢lida desde un punto de vista filos¨®fico de por qu¨¦ en su d¨ªa los electores de Italia y hoy de Espa?a decidieron y deciden llevar al poder a partidos pol¨ªticos enfangados en la corrupci¨®n?
R. Porque hay una enorme abdicaci¨®n de la pol¨ªtica. La pol¨ªtica pierde terreno en todo el mundo, la gente ya no cree en ella y eso es muy muy peligroso. Arist¨®teles nos dice: ¡°Si no quieres estar en pol¨ªtica, en el ¨¢gora p¨²blica, y prefieres quedarte en tu vida privada, luego no te quejes si los bandidos te gobiernan¡±.
P. La vieja pero hoy tan vigente figura del idiotes aristot¨¦lico¡
R. Exacto, una figura muy actual. Bien, pues yo siento verg¨¹enza de haber gozado de este lujo privado de estudiar y escribir y de no haber querido entrar en el ¨¢gora. Me pregunto qu¨¦ va a pasar con el fen¨®meno de las estructuras pol¨ªticas en s¨ª mismas. Triunfan por todos lados el regionalismo, el localismo, el nacionalismo¡ vuelve el villorrio. Cuando uno ve que alguien como Donald Trump es tomado en serio por la democracia m¨¢s compleja del mundo, todo es posible.
P. ?C¨®mo contempla una hipot¨¦tica victoria de Trump?
R. No ocurrir¨¢, Hillary ganar¨¢. Pero ser¨¢ una triste victoria, porque esta mujer est¨¢ agotada, quemada interiormente. ?Y qu¨¦ me dice de Putin? La violencia de alguien como ¨¦l parece tranquilizar a la gente que ya no cree en la pol¨ªtica, les reconforta. Eso es porque el despotismo es lo contrario a la pol¨ªtica.
¡°Si no crees en la pol¨ªtica, no te quejes si los bandidos te gobiernan¡±
P. ?Y la pol¨ªtica y la cultura? ?C¨®mo se llevan? Y otra cuesti¨®n: ?comparte usted la sensaci¨®n ¨Cmuy personal y subjetiva, por otra parte- de que la cultura, entendida como ¡®las artes¡¯, est¨¢ estancada, al contrario que los avances cient¨ªficos, imparables?
R. A ver c¨®mo hablamos de esto, es delicado. Estamos usted y yo en una peque?a ciudad inglesa como Cambridge en la que, desde el siglo XII, cada generaci¨®n ha producido gigantes de la ciencia. Hay ahora mismo 11 premios Nobel aqu¨ª. De aqu¨ª salieron Newton, Darwin, Hawking¡ Para m¨ª, el s¨ªmbolo del avance imparable de las ciencias es Stephen Hawking. Apenas mueve la esquina de una de sus cejas, pero su mente nos ha llevado al extremo del universo. Ning¨²n novelista, dramaturgo, poeta o artista, ni siquiera el mism¨ªsimo Shakespeare, habr¨ªa osado inventar a Stephen Hawking. Bien. Si usted y yo fu¨¦ramos cient¨ªficos, el tono de nuestra charla ser¨ªa distinto, ser¨ªa mucho m¨¢s optimista, porque hoy, cada lunes la ciencia nos descubre algo nuevo que no sab¨ªamos el lunes pasado. En cambio ¨Cy esto que le digo es totalmente irracional, y ojal¨¢ me equivoque-, el instinto me dice que no tendremos un nuevo Shakespeare ni un Mozart ni un Beethoven ni un Miguel ?ngel ni un Dante ni un Cervantes el d¨ªa de ma?ana. Pero s¨¦ que tendremos nuevos Newton, Einstein, Darwin¡ sin duda. Esto me asusta, porque una cultura sin grandes creaciones est¨¦ticas es una cultura empobrecida. Echamos mucho de menos a los titanes del pasado. ?Ojal¨¢ me equivoque y el pr¨®ximo Proust o el pr¨®ximo Joyce est¨¦n naciendo en la casa de enfrente!
P. ?Establece usted diferencias entre ¡°alta¡± y ¡°baja¡± cultura, como han hecho algunos intelectuales de renombre, visiblemente inc¨®modos ante formas de cultura popular como los c¨®mics, el arte urbano, el pop o el rock, a los que se lleg¨® a poner la etiqueta de ¡°civilizaci¨®n del espect¨¢culo¡±?
R. Yo le digo una cosa: Shakespeare habr¨ªa adorado la televisi¨®n. Habr¨ªa escrito para la televisi¨®n. Y no, no hago esas distinciones. A m¨ª lo que de verdad me entristece es que las peque?as librer¨ªas, los teatros de barrio y las tiendas de discos cierren. Eso s¨ª, los museos est¨¢n cada d¨ªa m¨¢s llenos, la muchedumbre colapsa las grandes exposiciones, las salas de conciertos est¨¢n llenas¡ as¨ª que atenci¨®n, porque estos procesos son muy complejos y diversos como para establecer juicios globales. El se?or Mohammed Ali era tambi¨¦n un fen¨®meno est¨¦tico. Era como un dios griego. Homero habr¨ªa entendido a la perfecci¨®n a Mohammed Ali.
P. ?Cree que asistiremos a la muerte de la cultura como contenedor de formas cl¨¢sicas ya manidas y su sustituci¨®n por otras nuevas?
R. Puede¡ puede que est¨¦ muriendo una cultura cl¨¢sica de car¨¢cter patriarcal y est¨¦ surgiendo otra de formas nuevas e intermedias, una cultura hermafrodita, bisexual, transexual y en la que desde luego la mujer contribuir¨¢ de forma muy especial a recuperar los sue?os y las utop¨ªas¡ Por cierto, una vez m¨¢s, hablando de transexuales y bisexuales¡ ?Freud ni los vio venir!
"Triunfan el regionalismo, el localismo, el nacionalismo, vuelve el villorio"
P. Usted ha dicho alguna vez que se arrepent¨ªa de no haberse arriesgado a lanzarse al mundo de la creaci¨®n. ?Es una espina clavada?
R. En efecto. Hice poes¨ªa, pero me di cuenta que lo que estaba haciendo eran versos, y el verso es el mayor enemigo de la poes¨ªa. Y he dicho tambi¨¦n ¨Cy algunos no me lo han perdonado nunca- que el m¨¢s grande de los cr¨ªticos es min¨²sculo comparado con cualquier creador. As¨ª que hablemos claro y no nos hagamos ilusiones. Yo soy tan solo un cartero, soy Il Postino. Y estoy muy orgulloso de eso, de haber llevado el correo bien a tantos y tantos alumnos. Pero no nos hagamos ilusiones.
P. ?Qui¨¦n no le perdon¨®? ?Colegas suyos de universidad?
R. As¨ª es. Es que en la universidad hay una vanidad descomunal. Y les sienta mal que les digas claramente que son par¨¢sitos. Par¨¢sitos en la melena del le¨®n.
P. El creciente desd¨¦n pol¨ªtico por las humanidades es desolador. Al menos en Espa?a. La filosof¨ªa, la literatura o la historia son progresivamente ninguneadas en los planes educativos.
R. En Inglaterra tambi¨¦n pasa, aunque quedan algunas excepciones en escuelas privadas para ¨¦lites. Pero el sentido de la ¨¦lite es ya inaceptable en la ret¨®rica de la democracia. Si usted supiera c¨®mo era la educaci¨®n en las escuelas inglesas antes de 1914¡ pero es que entre agosto de 1914 y abril de 1945 unos 72 millones de hombres, mujeres y ni?os fueron masacrados en Europa y el oeste de Rusia. ?Es un milagro que todav¨ªa exista Europa! Y le dir¨¦ algo respecto a eso: una civilizaci¨®n que extermina a sus jud¨ªos no recuperar¨¢ nunca lo que fue. S¨¦ que cabrear¨¦ a unos cuantos antisemitas, pero la vida universitaria alemana nunca fue ya la misma sin esos jud¨ªos. Una civilizaci¨®n que mata a sus jud¨ªos est¨¢ matando el futuro. Pero bueno, hoy hay 13 millones de jud¨ªos en el mundo, m¨¢s que antes del Holocausto.
P. Resulta incre¨ªble, es cierto.
R. ?Resulta escandaloso! Un magn¨ªfico esc¨¢ndalo.
P. Profesor Steiner, ?qu¨¦ es ser jud¨ªo?
R. Un jud¨ªo es un hombre que, cuando lee un libro, lo hace con un l¨¢piz en la mano porque est¨¢ seguro de que puede escribir otro mejor.
"El error es el punto de partida de la creaci¨®n. Si tenemos miedo a equivocarnos, jam¨¢s podremos asumir los grandes retos"
P. ?C¨®mo ve el futuro del ser humano? ?Es optimista o pesimista?
R. El futuro¡ no s¨¦. Toda profec¨ªa es simplemente memoria activa, no se puede prever nada, solo mirar en el retrovisor de la historia y contarnos historias sobre el futuro. Eso s¨ª: habr¨¢ dos tres descubrimientos cient¨ªficos en el campo de la gen¨¦tica que van a plantear problemas morales terriblemente complejos. Por ejemplo, ?permitiremos que se manipulen las c¨¦lulas del feto?
P. Tambi¨¦n ser¨¢ un problema moral poner freno al avance cient¨ªfico¡
R. Exactamente. ?Qu¨¦ derecho tenemos? Yo soy, por ejemplo, firme partidario de la eutanasia. Los viejos destruimos a menudo la vida de los j¨®venes que tienen que cargar con nosotros. ?Me gustar¨ªa tanto tener el derecho de decir ¡°Gracias, todo ha sido magn¨ªfico, ahora basta¡±. Eso llegar¨¢. En Holanda y en Escandinavia ya est¨¢ pasando¡ No tenemos ya recursos para mantener en vida a tanta gente senil o demente, va contra la felicidad de mucha gente, no es justo.
P. ?Qu¨¦ momentos o hechos cree que forjaron m¨¢s su forma de ser? Entiendo que tener que huir del nazismo junto a sus padres y saltar de Par¨ªs a Nueva York ¨Cmagistralmente evocado en su libro Errata- es uno de los fundamentales teniendo en cuenta que¡
R. Le dir¨¦ algo que le impactar¨¢: ?Yo le debo todo a Hitler! Mis escuelas, mis idiomas, mis lecturas, mis viajes¡ todo. En todos los lugares y situaciones hay cosas que aprender. Ning¨²n lugar es aburrido si me dan una mesa, buen caf¨¦ y unos libros. Eso es una patria. ¡°Nada humano me es ajeno¡±. ?Por qu¨¦ Heidegger es tan importante para m¨ª? Porque nos ense?a que somos los invitados de la vida. Y tenemos que aprender a ser buenos invitados. Y, como jud¨ªo, tener siempre la maleta preparada y si hay que partir, partir. Y no quejarse.
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