Paco Ure?a emociona en Soria por la expresi¨®n y naturalidad de su toreo

El diestro Paco Ure?a sali¨® a hombros de la plaza de toros de Soria, donde cuaj¨® una gran tarde de toros, especialmente en la faena a su primer toro de Adolfo Mart¨ªn, al que cort¨® las dos oreja despu¨¦s de emocionar a los tendidos con la pureza y expresi¨®n de su toreo.

Con tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de Adolfo Mart¨ªn, el cuarto como sobrero, desiguales de presentaci¨®n y juego. Los mejores, segundo y sexto. Los otros cuatro, m¨¢s que complicados, resultaron deslucidos.

Jes¨²s Mart¨ªnez Morenito de Aranda, silencio y silencio.

Paco Ure?a, dos orejas y ovaci¨®n.

Mart¨ªn Escudero, silencio y ovaci¨®n.

La corrida tuvo un nombre sobresaliente, Paco Ure?a, que cuatro horas antes del pase¨ªllo hab¨ªa aterrizado en el aeropuerto madrile?o de Barajas procedente de Per¨², donde cumpli¨® esta semana dos actuaciones.

Ure?a, como si tal, se encontr¨® muy suficiente, capaz y comprometido toda la tarde. Cort¨® las dos orejas de su primer astado, en el que lo m¨¢s importante fue la expresi¨®n y pureza de su toreo.

El de Lorca tore¨® en la m¨¢s pura acepci¨®n de la palabra, tanto de capote como de muleta, haciendo las cosas con naturalidad, mucha quietud y despaciosidad. La firmeza del torero acab¨® por doblegar al de Adolfo Mart¨ªn, que, a pesar de su nobleza, tuvo tambi¨¦n cierta dificultad por el pit¨®n derecho.

Naturales y derechazos de mano baja, con mucho ajuste y ligaz¨®n. Tandas a m¨¢s en cantidad y en calidad. Y por si faltaba algo, la estocada, gran estocada, en corto y por derecho, y¨¦ndose detr¨¢s de la espada como un rayo. El toro patas arriba y el clamor de la plaza para concederle el doble trofeo.

Ah¨ª se acab¨® pr¨¢cticamente la tarde. Pues ni el segundo de Ure?a dio opciones, ni mucho menos el lote de Morenito de Aranda, su primero sin humillar lo suficiente y el cuarto agarrado al piso de forma desesperante.

Mart¨ªn Escudero tampoco tuvo tela que cortar en el tercero. En cambio, en el sexto, otro toro que fue excepci¨®n en la tarde, Escudero se confi¨® mucho y anduvo igualmente inspirado. Toreo de buen corte a pesar de su escaso rodaje. La mala espada se llev¨® un m¨¢s que seguro trofeo.

Ar¨¦valo: puerta grande para Talvante y Fortes

Los diestros Alejandro Talavante y Fortes fueron los triunfadores del primer festejo taurino de las fiestas que la localidad abulense de Ar¨¦valo celebra en honor a San Victorino, al cortar dos orejas cada uno y salir ambos por la puerta grande.

Con media entrada, se lidiaron dos toros para rejoneo de Castillejo de Huebra, manejables; y cuatro en lidia ordinaria de Garcigrande y Domingo Hern¨¢ndez, c¨®modos y de buen juego, a excepci¨®n del remiso y brusco segundo.

Diego Ventura, ovaci¨®n y ovaci¨®n.

Alejandro Talavante, ovaci¨®n y dos orejas.

Fortes, dos orejas y ovaci¨®n.

Ventura no tuvo hoy su tarde en Ar¨¦valo. Sus dos toros de Castillejo de Huebra, jugados en primer y cuarto lugar, se dejaron mucho para el toreo a caballo, pero el hispanoluso anduvo un punto desdibujado, sin alcanzar la espectacularidad de otras veces. Tampoco estuvo acertado con los rejones de muerte; de ah¨ª, que saludara dos ovaciones al t¨¦rmino de sus actuaciones.

Talavante poco o nada pudo hacer con un primer toro brusco y a la defensiva, que jam¨¢s quiso pelea, y con el que el que anduvo tan voluntarioso como anodino; se desquit¨® en el quinto, al que instrument¨® una faena de aut¨¦ntica delicia, sobre todo al natural, en la que aun¨® naturalidad, improvisaci¨®n y sentimiento.

Fortes ha cogido la senda de un nuevo renacer. Despu¨¦s de la gran tarde de la pasada semana en Burgos, donde sali¨® a hombros tras cortar tres orejas, en Ar¨¦valo ha vuelto a demostrar el momento tan bueno que atraviesa, especialmente en su primer toro.

Fue ese un astado de extraordinario comportamiento, al que cuaj¨® una faena solemne y muy asentada, de sumo temple y largura en el trazo de los muletazos, muy bien conjuntada y rubricada de manera soberbia con la espada. Dos orejas sin discusi¨®n.

En el sexto volvi¨® a estar cumbre el malague?o, al que exprimi¨® al m¨¢ximo en el toreo al natural. Esta vez su mala espada le priv¨® de sumar alg¨²n ap¨¦ndice m¨¢s a su esport¨®n.