Beyonc¨¦ lo hace todo mejor
La mujer m¨¢s poderosa de la industria musical conquist¨® Londres con un despligue vocal y visual apabullantes. Su gira recalar¨¢ en Barcelona dentro de la celebraci¨®n por los 50 a?os de Los 40
Hay una frase pretendidamente motivacional que circula por las redes sociales, y que reza as¨ª: ¡°Tu d¨ªa tiene las mismas horas que el de Beyonc¨¦¡±. Pero lo cierto es que a la figura musical m¨¢s influyente del momento -t¨¦rminos como diva o estrella hace tiempo que se le quedaron muy cortos-, los d¨ªas parecen cundirle mucho m¨¢s que al resto de los mortales. Y como muestra, baste un breve resumen de algunos de los logros de la texana en lo que llevamos de 2016. En febrero distribuy¨® por sorpresa el sencillo Formation en la plataforma de streaming Tidal, de la que es copropietaria junto a su marido, Jay-Z, y lo interpret¨® ante millones de espectadores en el descanso de la SuperBowl. Fue coronada icono del a?o en los premios de la moda americana, y present¨® Ivy Park, su propia firma de ropa deportiva. Lanz¨® Lemonade, un ¨¢lbum conceptual alabado por la cr¨ªtica cuya tem¨¢tica -describe una infidelidad en tono autobiogr¨¢fico-, alimenta desde entonces, y sin que ella haga nada por evitarlo, las especulaciones sobre una crisis en su matrimonio. Tambi¨¦n explora temas sociales como la toma de poder femenina, la brutalidad policial o la opresi¨®n a las mujeres afroamericanas. Y lleva m¨¢s de dos meses abarrotando estadios con The Formation World Tour, una gira mundial con una ¨²nica fecha en Espa?a (actuar¨¢ en Barcelona el pr¨®ximo 3 de agosto) como celebraci¨®n de los 50 a?os de Los 40, que el s¨¢bado recal¨® en Londres con el estadio de Wembley, con capacidad para 90.000 personas, exhibiendo el ¡°todo vendido¡±.
Los hipn¨®ticos primeros acordes de Formation anunciaron la llegada de Beyonc¨¦ a un escenario visualmente abrumador cuyo elemento principal es un monolito c¨²bico recubierto de pantallas LED que gira sobre su propio eje, y tan alto como un edificio de seis pisos. La estrella y su ej¨¦rcito de diosas -la veintena de chicas de su cuerpo de baile- desfilaron por una pasarela m¨®vil hasta llegar a un escenario secundario que al final del concierto se convertir¨ªa en un tanque con m¨¢s de 7.500 litros de agua -s¨ª, que Beyonc¨¦ camine sobre las aguas probablemente tiene doble lectura-. Desde ese momento, y a lo largo de dos horas en las que no se permiti¨® m¨¢s treguas que los necesarios cambios de vestuario (una colecci¨®n de corpi?os de alta costura creados en exclusiva por firmas como Givenchy o Dsquared), la artista interpret¨® ante un p¨²blico rendido de antemano m¨¢s de treinta temas, entre ellos Sorry o Hold Up, de su ¨²ltimo ¨¢lbum; cl¨¢sicos como Crazy in Love, Halo o Survivor, su ¨²nica concesi¨®n a Destiny's child, o medleys en los que encaden¨® fragmentos de distintas canciones.
Fue una de esas noches ¨¦picas de sobredosis de est¨ªmulos visuales, de miles de tel¨¦fonos iluminados, de discursos de agradecimiento y ojos llorosos, de proclamas feministas de autoafirmaci¨®n, de homenajes a los que nos dejaron -son¨® Purple Rain e interpret¨® The Beautiful Ones, de Prince-, de lluvias de confeti y alardes de pirotecnia; un concierto de estadio de manual que termin¨® con la diva cantando descalza y ondeando una bandera brit¨¢nica que enardeci¨® a una ciudad en pleno trauma posBrexit. Y, sin embargo, hay algo absolutamente magn¨¦tico en su cat¨¢logo de coreograf¨ªas en¨¦rgicas y sensuales, en el caudal y los matices de una voz en plena madurez que exhibe a capela en temas como Love on Top, en su dominio de la dualidad entre fortaleza y vulnerabilidad. A los 34 a?os y tras casi 20 de carrera, m¨¢s de cien millones de discos vendidos como solista y 20 premios Grammy, Beyonc¨¦ est¨¢ a varios a?os luz de cualquier otra estrella de la m¨²sica actual. Y vaya si lo sabe.
¡°El primer concierto que vi fue de Michael Jackson. Entonces comenc¨¦ a so?ar con actuar en estadios¡±, le confesaba a la audiencia al principio de la noche. Nadie est¨¢ m¨¢s cerca hoy de lo que signific¨® para la m¨²sica del siglo pasado el Rey del Pop. Pertenezcas a no a la BeyHive (as¨ª se hace llamar su n¨²cleo duro de fanes), asistir a uno de sus conciertos se asemeja a encontrarte de pronto en el epicentro de un hurac¨¢n; no te queda otra alternativa que mirarlo fascinado y dejarte arrastrar por ¨¦l.
Babelia
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