Pasar o no pasar
Monedero, en su entrevista del pasado s¨¢bado: ¡°Nos est¨¢ mirando el mundo y somos el partido pol¨ªtico que tiene la posibilidad de pasar a otra pantalla en un mundo que se est¨¢ pervirtiendo con el auge de la extrema derecha¡¡±
?Nos mira el mundo? En Barcelona basta ir a Perpignan para observar que apenas nadie nos mira y que, de existir un precepto que a partir de ahora debi¨¦ramos seguir a rajatabla, ¨¦ste contendr¨ªa un rezo kafkiano: en la lucha entre nosotros y el mundo, ser¨¢ mejor siempre ponerse de parte del mundo.
Los informativos dicen lo que pasa por ah¨ª, pero ese inabarcable ¡°ah¨ª¡± en realidad nunca lo vemos en televisi¨®n, precisamente porque es inabordable. Desde que nacemos hasta que morimos, ?cu¨¢nto podemos llegar a conocer, cada uno de nosotros, del bien llamado ¡°ancho mundo¡±? ?No deber¨ªamos preguntarnos con Perec cu¨¢nto espacio, en la breve luz de una vida, puede llegar a barrer nuestra mirada, cu¨¢ntos cent¨ªmetros cuadrados del planeta Tierra habr¨¢n al final pisado nuestros zapatos? ?O acaso no es cierto que para nosotros recorrer el mundo, surcarlo en todos los sentidos, nunca ser¨¢ algo m¨¢s que conocer unas cuantas ¨¢reas, unos pocos detalles medio entrevistos, por ejemplo, desde un tren: ni?os corriendo por un camino de la Provenza, cuatro obsesos risue?os tomando cerveza en la estaci¨®n de Braunschweig, etc?
En cuanto a ese ¡°pasar a otra pantalla¡± lo veo como una sobada expresi¨®n que en realidad busca que olvidemos la actividad de la observaci¨®n insistente, es decir, la actividad de enrocarse en un tipo de mirada que prefiere ¡°no pasar p¨¢gina¡± y para no perderse detalle opta por detenerse y concentrarse en el p¨¢rrafo de un libro o en la visi¨®n, por ejemplo, de una pintura sobre una monta?a (pongamos la de Sainte-Victoire, que C¨¦zanne pint¨® ochenta veces); ese tipo de mirada que no abandona el p¨¢rrafo, o la monta?a, hasta a?os despu¨¦s, suponiendo que lo abandone.
La observaci¨®n insistente ¨Cdec¨ªa el otro d¨ªa Jordi Ball¨® a prop¨®sito de Los p¨ªxels de C¨¦zanne, de Wim Wenders (Caja Negra) ¨C es un camino m¨¢s que interesante para la creaci¨®n contempor¨¢nea en un momento en que los valores de la velocidad parecen imponerse: ¡°Volver sobre un mismo tema no es un signo de escasez de ideas: es por el contrario un gesto resistente, de no pasar p¨¢gina, de no crear indiferencia¡±
En las ¨²ltimas elecciones, Podemos parece haber confundido los ¨ªndices de audiencia televisiva con los votos, y de ah¨ª gran parte de su decepci¨®n por los resultados. Pero es que la causa del mill¨®n de votos perdidos puede que haya que localizarla en tanta exposici¨®n mediatica y precisamente en el inesperado gesto resistente de aquellos espectadores de televisi¨®n que de pronto se negaron a ¡°pasar a otras pantallas¡± y, concentr¨¢ndose a fondo, se dedicaron al implacable arte de la observaci¨®n minuciosa e insistente de la p¨¢gina revolucionaria que se les ofrec¨ªa, lo que pudo llevarles a la larga a ver hasta el grano de las im¨¢genes y a descubrir, por ejemplo, que el reloj de su partido favorito andaba tan atrasado como el de los rivales.
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