¡°No escribo canciones pegadizas, pero soy muy pop¡±
Jos¨¦ Gonz¨¢lez, el trovador del sosiego, visita el BBK y Pedralbes con su m¨²sica susurrada y a contracorriente
Hoy resulta ser martes y, en condiciones normales, Jos¨¦ Gonz¨¢lez tendr¨ªa que consultar el calendario para deducir en qu¨¦ ciudad ha amanecido. Pero no, da la casualidad de que a este sueco al que la sangre argentina le ha otorgado un nombre nada escandinavo se encuentra por una vez en su Gotemburgo natal, velando armas ante lo que vuelve a ser un verano de traj¨ªn. Es llamativo que a este adalid del sosiego, un profeta de las canciones susurradas y parsimoniosas, se le acumule el trabajo en este mundo nuestro de la aceleraci¨®n y la taquicardia, pero seguramente su m¨²sica se haya convertido en uno de los mejores b¨¢lsamos a los que puede aspirar el hombre moderno. ¡°S¨ª, me siento un rara avis¡±, concede ¨¦l. ¡°Cuando mis colaboradores hablan de grabar videoclips o hacer versiones breves para la radio, todo me suena ajeno. Soy un tipo que escucha m¨²sica cl¨¢sica y no sabe escribir canciones pegadizas, pero, pese a todo, me considero un artista muy pop¡±.
Lo divertido es constatar c¨®mo Gonz¨¢lez, trovador de ac¨²stica en ristre y vocecita tenue, acaba compartiendo cartel con artistas que le triplican en decibelios. Por el BBK Live de Bilbao asomar¨¢ el pr¨®ximo viernes, en una cita en la que comparte honores con formaciones tan euf¨®ricas como Arcade Fire, Pixies, Foals, Tame Impala, Ocean Colour Scene o Editors. Y a Pedralbes llegar¨¢ el martes 12, un d¨ªa despu¨¦s de las descargas electr¨®nicas de M83. ¡°Lo tengo comprobado: hay gente a la que le gusto y gente que se duerme en mis conciertos¡±, resume con desparpajo. Pero as¨ª son las cosas. Desde siempre. ¡°Ya desde peque?o me gustaban los cantantes de maneras tranquilas, desde Chet Baker a Jo?o Gilberto¡±, certifica.
Puede que no parezca un creador de vocaci¨®n contempor¨¢nea, pero este hirsuto cantautor de casi 38 a?os representa una suerte de rebeli¨®n, ciertamente posmoderna, frente a las tiran¨ªas del minutero. La reflexi¨®n como argumento frente al consumo r¨¢pido, descuidado y circunstancial. ¡°Mi escritura no es un ejercicio basado en la nostalgia¡±, concreta. ¡°No me instalo en el pasado y lamento el tiempo transcurrido. Me interesa m¨¢s pensar en t¨¦rminos de humanidad, de universo, de vida. Empiezo a buscar arpegios con la guitarra, los enlazo con melod¨ªas y, a partir de ese momento, me formulo preguntas internas. Y las m¨¢s importantes siguen siendo qui¨¦nes somos y ad¨®nde vamos¡¡±.
As¨ª sucede tambi¨¦n con Vestiges & claws (Vestigios y garras), el disco de 2015 que todav¨ªa constituye la espina dorsal de sus comparecencias en vivo. Pero el v¨¦rtigo de vivir no lo afronta Gonz¨¢lez solo desde la metaf¨ªsica o el desasosiego. ¡°Lo interesante de nuestra existencia actual es que ahora no tienes que pensar en que pasar¨¢s a?o tras a?o y decenio tras decenio sin que nada cambie en tu vida y a tu alrededor. Hoy cambiamos de trabajo y de relaciones cada cierto tiempo. Tal vez se traduzca en una mayor incertidumbre, pero lo prefiero: hoy podemos viajar y aprender m¨¢s que ninguna otra generaci¨®n previa. A mis 37 a?os, lo mejor que puedo decir es que no me siento atrapado por la vida¡±.
Tampoco estamos ante un ut¨®pico, cuidado. Hablamos de un hijo de emigrantes, un matrimonio que huy¨® en cuanto pudo de aquel Buenos Aires sitiado desde 1976 por la terrible dictadura militar. Jos¨¦ vivi¨® una infancia en barrios suburbiales y hoy advierte de que incluso en Gotemburgo, una de las ciudades m¨¢s avanzadas de la id¨ªlica Escandinavia, afloran los problemas laborales y de segregaci¨®n. ¡°Pero no puedo quejarme, con todo. Esta es una ciudad con una vasta cultura de conciertos. Y tenemos hijos tan ilustres como Bj?rn Ulvaeus, uno de los fundadores de ABBA. Un hombre bien interesante: le he escuchado en alguna ocasi¨®n y compartimos una sensibilidad humanista muy parecida¡¡±.
Ya lo ven: Jos¨¦ Gonz¨¢lez es, desde su propio y sencillo nombre art¨ªstico, una caja de sorpresas. El trovador diferente, singular y pausado que triunfa ante grandes p¨²blicos plant¨¢ndole cara a las prisas. ¡°Me conformo con publicar un disco cada tres a?os, as¨ª que de momento no me agobio pensando en un sucesor para Vestiges & claws¡±, remacha con el mismo aire sereno que ha presidido toda la conversaci¨®n. Pero matiza, como sacudido por un s¨²bito calambrazo: ¡°Todo ello puede cambiar si mis amigos del grupo Junip deciden que nos pongamos a trabajar en material nuevo. En ese momento me cambia el chip. F¨ªjese:ni siquiera pienso en t¨¦rminos de guitarras, sino de bater¨ªa y teclado¡±. Y concluye, casi autopar¨®dico: ¡°Ah¨ª le demuestro al mundo que tambi¨¦n puedo llegar a dedicarme a los experimentos de sonido¡¡±.
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