El triunfo del vicio
'Justine o las desgracias de la virtud' es una de las obras m¨¢s populares y legibles de Sade
Justine o las desgracias de la virtud es sin duda una de las obras m¨¢s populares y legibles de Sade. Respecto a lo que pretend¨ªa con ella, el mismo Sade le dijo a su mujer que quer¨ªa representar el triunfo del vicio, en detrimento de la virtud encarnada por la desdichada Justine. Para algunos te¨®ricos franceses Justine sentar¨ªa las bases de cierto realismo expl¨ªcito, muy del gusto franc¨¦s, y desde esa perspectiva su influencia podr¨ªa detectarse en autores como Flaubert, Balzac, Proust, y Robbe-Grillet, entre otros. Michel Foucault no tiembla al asegurar que con Justine comienza la modernidad literaria en Francia, y Roland Barthes alaba su costumbrismo vitri¨®lico y la considera una de las mejores novelas francesas del siglo XVIII. Como otras obras de Sade, en Justine abundan las redundancias, pero con una particularidad, pues como dijera Barthes, la grandeza de Sade reside en haber creado ¡°un discurso inmenso, basado en sus propias repeticiones y no en las de los otros¡±. Un elemento que tuvo siempre muy en cuenta Robbe-Grillet, que tambi¨¦n cre¨® su propio sistema de repeticiones. No sin iron¨ªa, Sade aseguraba que con su novela hab¨ªa querido dar ¡°una sublime lecci¨®n de moral¡±.
Si tenemos en cuenta que sublime y sublimaci¨®n tienen la misma ra¨ªz, la opini¨®n de Sade no puede ser m¨¢s burlonamente contradictoria, pues en Justine no hay sublimaci¨®n, ni en los actos ni en los discursos filos¨®ficos que van jalonando la narraci¨®n, y que a veces la ahogan. En ese sentido estamos obligados a considerar a Sade absolutamente moderno, ya que la m¨¢s estricta modernidad, la que estamos viviendo, representa el fin de lo sublime, como recientemente ha dicho la fil¨®sofa Anne Dufourmantelle. Es sabido que para Freud la sublimaci¨®n implicaba un sometimiento de la pulsi¨®n, una desviaci¨®n y hasta una destilaci¨®n casi alqu¨ªmica, persiguiendo siempre fines est¨¦ticos: arte. Para Anne Dufourmantelle, en nuestro tiempo la pulsi¨®n tiende a ser omnipotente al generar ¡°un mundo que no soporta ning¨²n l¨ªmite para la satisfacci¨®n¡±. ?Y no es justamente ¨¦se el mundo de Sade y de los libertinos que recorren Justine? Con su aspiraci¨®n a la virtud, Justine busca la sublimaci¨®n, que le ser¨¢ siempre negada. Al final, Sade da a entender que Justine acaba siendo castigada por el mism¨ªsimo Dios, ya que su muerte llega del cielo. En Justine hasta Dios niega la sublimaci¨®n de forma inmediata y fulminante.
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