Gu¨ªa loca de los Sanfermines (a consumir sin moderaci¨®n)
Un itinerario que puede ayudar al novato o dar alas al habitual de esta org¨ªa de pa?uelos roja y blanca
1. "El que se levante para las seis, delante los toros correr¨¢aaa, San Ferm¨ªn que todo lo ve, le bendecir¨¢, le bendecir¨¢, le bendecir¨¢aa".?¡ªLos encierros¡ª. Salvo que tu prima Mari Puri o un amigo del alma tenga un balc¨®n privilegiado sobre la cuesta de Santo Domingo, Mercaderes o Estafeta (los turistas for¨¢neos o celtib¨¦ricos con muchos posibles suelen pagar su alquiler a precio de habitaci¨®n en el Ritz), ten claro que donde mejor y m¨¢s confortablemente se ven los encierros es en la televisi¨®n. La Primera de TVE ¡ªcon los comentarios de Javier Solano, impagables¡ª o la retransmisi¨®n en directo de?elpais.com son las mejores opciones. ?La alternativa? Auparte dos horas antes (esto es, seis de la ma?ana) en alguna de las vallas del recorrido y defender el sitio a codazos como si fuera el cerco de Numancia. O, claro, verlo desde dentro del callej¨®n. Un problema ah¨ª: seis toros, seis, como seis trenes pero con cuernos, pueden darte el pasaporte a mejor vida. Con m¨¢s alcohol, m¨¢s boletos. Al acabar el encierro, un salto hasta la churrer¨ªa La Ma?ueta (calle de Ma?ueta, 8)¡ gloria bendita con aceite, masa y az¨²car.
2. ¡°Pamploneses, pamplonesas: ?viva San Ferm¨ªn! ?Gora San Ferm¨ªn!¡±. ¡ªEl chupinazo¡ª. Conocerlo y vivirlo en directo en la Plaza del Ayuntamiento al menos una vez en la vida merece la pena. El caos y el absurdo en estado puro hay que vivirlos para poderlos poner luego a parir y asegurarte a ti mismo que nunca m¨¢s, nunca m¨¢s, nunca m¨¢s. Eso s¨ª: saldr¨¢s como un mapa de kalimotxo, sangr¨ªa, cava barato, harina y dem¨¢s svnis (sustancias voladoras no identificadas). La cosa sucede a las 12 en punto. Tienes dos opciones. Una, meterte en esa plaza sobre las 10 y dejar que la marea te lleve. Dos, colocarte delante de alguna de las bocas de entrada a la plaza a las 12 menos cuarto y dejar que la marea te lleve. Entrar¨¢s. Otra cosa es c¨®mo. Tendentes a la bronca f¨¢cil y al cabreo por irrigaci¨®n ajena, abstenerse.
3. Bocata de ajoarriero y magras con tomate a las nueve y media de la ma?ana. ¡ªEl almuerzo¡ª. Un d¨ªa le ocurri¨® lo siguiente a un sanferminero de pro. Se fue con sus amigos a una taberna del casco viejo de Pamplona y se puso de ajoarriero como si no hubiera un ma?ana, vaya, que la comida le pill¨® con hambre. Ech¨® un mundo por la boca. Se repuso a base de verm¨²s. Se fue a los toros con el est¨®mago como el volc¨¢n Krakatoa. Se sentaron junto a una de las pe?as del tendido de sol. Tras el tercer toro, como es tradici¨®n, un miembro de una pe?a le extendi¨®, obsequiosamente, un bocadillo tama?o catedral de Burgos. ¡°No, no, gracias¡±, objet¨®. ¡°?Toma, la hostia!¡±, le objetaron. Retir¨® el papel de aluminio. ?Saben de qu¨¦ era el megabocata? Acertaron. Pero los excesos g¨¢strico-gastron¨®micos de San Ferm¨ªn suelen empezar antes, suelen empezar por la ma?ana. En las sociedades, en las bajeras, en los txokos, en los bares¡ Gargant¨²a y Pantagruel llevan pa?uelico rojo. Los almuerzos del d¨ªa del chupinazo, por ejemplo, no son cre¨ªbles si te los cuentan y no los has vivido. Junto a las ganas de juerga y el pa?uelo, no olvides el almax o el alka-seltzer.
4. Paquito el chocolatero y la chica ye-ye. ¡ªLos toros¡ª. No importa lo que te digan, vete un d¨ªa a los toros en San Ferm¨ªn. Los festejos de gladiadores en la antigua Roma no debieron de ser demasiado distintos. Aqu¨ª los leones no se comen a los cristianos, pero los cristianos se comen y se beben en los tendidos de sol lo inimaginable. Despu¨¦s del tercer toro es posible ver a una pe?a entera pasarse centollos de mano en mano o una cementera (s¨ª, de esas que giran) llena de botellas de cava en las andanadas de sol. Hay, o hab¨ªa, un premio, el Premio Carriquiri, al m¨¢s bestia de la plaza. Pero cuando cerca de 10.000 personas se ponen a cantar despechug¨¢ndose ¡ªy sin desafinar, oiga¡ª La chica ye-ye de Conchita Velasco (bueno, de Alguer¨® y Guijarro)¡ todo se reanuda en la linde de la locura y el jolgorio. Los puristas taurinos no soportan la plaza de Pamplona. Se les entiende. Pero el lleno est¨¢ asegurado cada d¨ªa. Los tard¨ªos deber¨¢n acudir a la reventa (siempre hay, y sale cara, claro). A d¨ªa de hoy todav¨ªa hay entradas para casi todas las corridas (www.taquillaoficial.com). Las corridas empiezan a las 18.30. Antes, imprescindible un buen pachar¨¢n casero en el bar Monasterio, a tiro de piedra de la plaza. Al salir, el Niza es una extraordinaria opci¨®n para el primer gin-tonic. Todas estas indicaciones no quieren ser una apolog¨ªa del alcoholismo. Es solo que en San Ferm¨ªn no se pasa igual de bien a base de batidos de vainilla¡
5. Al son que m¨¢s calienta. ¡ªLa m¨²sica en San Ferm¨ªn¡ª. De d¨ªa, m¨²sica de bandas y un sinf¨ªn de charangas y orquestinas, festivales de jotas, bertsolaris y verbenas. Las canciones y los sones populares asaltan los bares y las plazas. Por la noche, en la Plaza de los Fueros (de las 23.30 hasta las 2.30 de la madrugada), un buen elenco de m¨²sica actual para estos nueve d¨ªas de fiesta: Duncan Dhu, Ferm¨ªn Muguruza, Sidonie, Delorean, Asian Doub Foundation, Tonino Carotone, Muchachito Bombo Inferno¡
6. Gigantes y cabezudos, churros y aperitivo. ¡ªLos sanfermines de d¨ªa¡ª. En Pamplona hay unas fiestas igualmente efervescentes, pero de d¨ªa, para quien quiera huir de lo que podr¨ªamos llamar la globalizaci¨®n nocturna de la juerga. En efecto, llega el momento en que la noche sanferminera puede parecerse a otras farras, solo que multiplicada por mil. Lo que de verdad distingue a estas fiestas es el d¨ªa, en el que los grandes protagonistas son los ni?os y sus padres (todos ellos limpios y relucientes de blanco y rojo, cosa que, no hace falta decirlo, no ocurre con el aspecto del gent¨ªo por la noche), pero tambi¨¦n miles de peregrinos en pos de diversi¨®n que hacen otro horario distinto al del conde Dr¨¢cula. Las comparsas de gigantes y cabezudos recorren la ciudad para regocijo de los m¨¢s peque?os, mientras los mayores llenan las terrazas de la Plaza del Castillo, Carlos III, Taconera y toda la city en general (har¨¢ buen tiempo en estos sanfermines, mucho calor incluso), y los mil y un bares de Pamplona para el sagrado aperitivo. Algunos muy recomendables en el entorno de las calles San Nicol¨¢s y San Gregorio, centro neur¨¢lgico del Casco Viejo pamplon¨¦s: Otano, Roch, El Burgal¨¦s, Museo, Baserri, El Marrano¡ y el Txoko en la misma Plaza del Castillo.
7. Paseos, excursiones y otras descompresiones.?¡ªLas alternativas a la juerga¡ª. Para quien desee oxigenarse un rato y ejercitarse en estirar las piernas y no solo en el levantamiento de codo, o sencillamente para quien no quiera participar en el foll¨®n (pero para eso Pamplona es mejor en cualquier otra ¨¦poca del a?o) existen alternativas m¨¢s que apetecibles en una ciudad llena de historia, espacios verdes y monumentos. Una de ellas es recorrer parte de las murallas de la ciudad desde los (preciosos) jardines de la Taconera hasta el imponente edificio del Archivo de Navarra. O pasar la ma?ana o la tarde en el parque de la Ciudadela y visitar su fortificaci¨®n renacentista y sus murallas (a 10 minutos a pie del casco viejo). Los jardines de la Media Luna y el campus de la Universidad de Navarra son espacios perfectos para un paseo o una buena siesta lejos del bullicio. Una excursi¨®n de un d¨ªa permitir¨¢ visitar lugares tan encantadores como Roncesvalles, los valles de Ulzama, Roncal o Bazt¨¢n, las localidades de Puente la Reina o Estella (ambas en pleno Camino de Santiago) o el monasterio de Leyre.
8. Comer, beber, amar y lo que vaya surgiendo. ¡ªLos imprescindibles¡ª. Comer (caro): Restaurante Rodero, Restaurante Europa, Restaurante Alhambra, y fuera de Pamplona (en Zizur Menor, a unos cinco kil¨®metros), Asador Martintxo¡ Comer (precio medio): Savoy, Zaldiko, Otano, Erretegi de Estafeta, La Sidrer¨ªa de Martintxo¡ Bares de pintxos y raciones: Bar Gaucho, Bar Txoko y bares de las calles San Nicol¨¢s y San Gregorio. Beber: la oferta es interminable en Pamplona, pero estos abrevaderos valen de verdad el viaje: Caf¨¦ Iru?a, Bar Savoy, Bar Niza, Bar Kabiya, Bar Burladero, Casino Eslava. Amar (o dormir): si eres un h¨¦roe de la vida moderna y a¨²n encuentras habitaci¨®n a estas alturas (una utop¨ªa), mira en estos hoteles: Caros (en San Ferm¨ªn el precio puede multiplicarse por tres): La Perla, Palacio de Guendul¨¢in, Pamplona Catedral, Tres Reyes. Medios: Maisonnave, Europa, Yoldi, Leyre. Barato y bien situado: Hotel Eslava.
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