Hermanas de sangre

A la vera del ¨¦xito de Solas, basado en la escrupulosa credibilidad de ambientes, lenguaje, conflictos e interpretaciones, una serie de directores andaluces miraron de frente a la realidad social de su tierra para, armados por una rendija de aire fresco en una sociedad con excesiva tendencia al rancio costumbrismo, cuando no al clasismo y al machismo, componer relatos veraces sobre la tragedia de la cotidianidad. Uno de esos autores fue Jes¨²s Ponce, con la notable 15 d¨ªas contigo (2005) y la desigual pero traviesa D¨¦jate caer (2007), la primera con la b¨²squeda de la felicidad, el alcoholismo y los sin techo como protagonistas, y la segunda con esa generaci¨®n de ninis veintea?eros de barrio o pueblo a los que se les va la vida haciendo nada.

Con esas mismas ganas de hablar de los problemas que realmente nos afectan en el minuto a minuto, Ponce regresa con Todo saldr¨¢ bien, pel¨ªcula de c¨¢mara de apenas dos personajes, pero muy reconocibles: dos hermanas maduras, una en el pueblo, otra en Madrid; la primera, cuidadora a tiempo completo de una madre moribunda, la segunda, huidiza y tambi¨¦n maltratada por la ciudad, de regreso al hogar para, m¨¢s pronto que tarde, asistir a la muerte materna y por fin pasar p¨¢gina. Una pel¨ªcula en la que Ponce cae en un error muy com¨²n, pero que no ten¨ªan sus dos primeras pel¨ªculas: una exasperante explicitud que hace que todo se tenga que verbalizar en unos minutos, que subraya cada subtexto y cada conflicto, en la que no hay margen de ambig¨¹edad.

Sin apenas m¨²sica, Todo saldr¨¢ bien es tan antip¨¢tica como las vidas que retrata, lo que no deber¨ªa ser un defecto si no fuera porque, a pesar de su muy potente desenlace, lo mejor de la funci¨®n junto a la esforzada labor de sus actrices, Isabel Ampudia y Mercedes Hoyos, acumula conflictos sin que surjan de un modo natural.