Primer encierro de San Ferm¨ªn 2016: R¨¢pida y limpia carrera de los toros de Fuente Ymbro

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Limpia ¡ªsolo tres heridos por traumatismos craneales y un cuarto en un brazo¡ª, y r¨¢pida ¡ªdos minutos y 28 segundos de duraci¨®n¡ª ha sido?el primer encierro de San Ferm¨ªn, protagonizado por los toros de la ganader¨ªa gaditana de Fuente Ymbro, que cumpl¨ªan su duod¨¦cima visita a Pamplona.

Sin una gran afluencia de corredores, y con el suelo mojado ¡ªllovi¨® con fuerza en la capital navarra una hora antes del encierro¡ª, los cabestros tomaron la cabeza al inicio de la Cuesta de Santo Domingo, donde momentos antes se hab¨ªa invocado la protecci¨®n del patr¨®n sanferminero.

Con los primeros rayos de sol como invitados, los toros enfilaron el primer tramo del encierro con la velocidad propia de la sorpresa inicial, provocada por la marabunta de mozos, imagen extra?a para los animales que han vivido cuatro a?os en la paz de la dehesa.

Con fuerza lleg¨® la manada a la calle Mercaderes, y en grupo alcanz¨® la curva de Estafeta, donde, sorprendentemente, no hubo resbalones ni ca¨ªdas, lo que explica la efectividad del l¨ªquido antideslizante, que ha evitado atropellos y revolcones en la misma medida que ha restado espectacularidad al encierro y ha fastidiado a los fot¨®grafos.

Un toro jabonero tom¨® la delantera en la calle recta y se abri¨® paso a velocidad de v¨¦rtigo entre quienes entorpec¨ªan su carrera; seguido por tres cabestros y el resto de sus hermanos, no pudo completar ning¨²n r¨¦cord porque resbal¨® y dio con sus carnes en el asfalto. La incidencia fue aprovechada por los cabestros, que se pusieron en cabeza, y as¨ª alcanzaron la zona de Telef¨®nica.

Precisamente, en esa curva que enfila el camino hacia la puerta de la plaza, tres toros se deslizaron hasta la derecha y arrollaron a un grupo de corredores que sufrieron golpes y pisotones y se vivieron momentos de tensi¨®n.

Al final, un cabestro entr¨® el primero en el ruedo, seguido por no m¨¢s de una cabeza por un toro de capa negra, que vio abierta la puerta de toriles y corri¨® como un descosido con la esperanza de que m¨¢s all¨¢ estuviera la dehesa y se acabara el martirio de los adoquines y los mozos. Pero no fue as¨ª. Le esperaban los corrales y ya estar¨¢ descansando de tan grande atropello como tuvo que vivir a lo largo de los 875 metros de la carrera.

Le siguieron en grupo sus hermanos, a los que ya se hab¨ªa incorporado el toro jabonero, el listo y r¨¢pido corredor que quiso ser el primero y le perdi¨® su ambici¨®n.

Al final, una carrera, la primera, r¨¢pida, con bonitas carreras, especialmente en la calle Estafeta, y solo cuatro heridos por traumatismos.