Liddell se reencuentra con el aplauso en Avi?¨®n
La directora regresa al festival que la encumbr¨® en 2010 con un espect¨¢culo inspirado por los atentados del 13-N en Par¨ªs
Ang¨¦lica Liddell visit¨® el Festival de Avi?¨®n por primera vez cuando ten¨ªa 18 a?os. Recuerda que se aloj¨® en un albergue, que comi¨® salchichas de Fr¨¢ncfort, que falsific¨® un carn¨¦ de prensa para entrar en los espect¨¢culos y que descubri¨® a William Forsythe en el Palacio de los Papas. ¡°Nunca se me pas¨® por la cabeza que volver¨ªa como artista invitada cuatro veces m¨¢s¡±, reconoc¨ªa ayer la directora y dramaturga madrile?a. Liddell acaba de regresar al certamen que la consagr¨® en 2010, cuando present¨® dos espect¨¢culos, La casa de la fuerza y El a?o de Ricardo. La cr¨ªtica francesa se rindi¨® entonces a su arte y el p¨²blico sali¨® transformado ante una propuesta esc¨¦nica extrema y dolorosa. Las puertas de teatros y festivales se abrieron de par en par. A esa mujer que hab¨ªa trabajado seis a?os ¡°en un espect¨¢culo de chinos¡± en Port Aventura, Avi?¨®n le cambi¨® la vida para siempre.
¡°Pas¨¦ de morirme de hambre a poder trabajar. Y logr¨¦ darle un sentido al teatro, que era un medio que hasta entonces odiaba. A partir de aquel festival, descubr¨ª que ten¨ªa poder¡±, explica Liddell. En la noche del jueves, la directora estren¨® en Avi?¨®n su nuevo espect¨¢culo, ?Qu¨¦ har¨¦ yo con esta espada?, una obra de cinco horas que parte de dos hechos reales para reflexionar sobre la naturaleza de la violencia. El primero, el caso de canibalismo protagonizado en 1981 por Issei Sagawa, un estudiante japon¨¦s que se comi¨® a una compa?era holandesa mientras ambos estudiaban en la Sorbona. El segundo, los atentados terroristas del 13-N en Par¨ªs, en los que murieron 137 personas. Liddell se encontraba entonces en la capital francesa representando su pen¨²ltima obra.
Su nueva pieza, una sucesi¨®n de mon¨®logos descarnados y pasajes de una gran violencia f¨ªsica y verbal, tambi¨¦n es una carta de amor y odio que habla de lo que Francia supuso para la directora durante su infancia: un mundo imaginario en el que poder evadirse. ¡°Ser espa?ol es una lacra. Lo mejor que te puede pasar en la vida, por lo menos como artista, es nacer en Francia o en B¨¦lgica. Yo vengo de un lugar muy s¨®rdido, de la ignorancia m¨¢s absoluta. ?C¨®mo no iba a so?ar con Par¨ªs, si yo vengo de la mugre? Espa?a es ese duelo a garrotazos pintado por Goya, esa pelea entre hermanos sin necesidad de guerra civil. Venimos de esa oscuridad. Par¨ªs era un lugar con el que pod¨ªa so?ar¡±, sostiene Liddell.
¡°La creaci¨®n nace de lo m¨¢s oscuro y negativo. Mi motor es el odio. Sin ¨¦l no puedo trabajar: siempre escribo en estado de ira¡±
Pese a todo, sin ese conflicto con su patria, tal vez no ser¨ªa artista. ¡°El resentimiento siempre acaba ayudando. Del amor por las flores y las plantas no suele surgir mucho¡±, concede. ¡°La creaci¨®n nace de lo m¨¢s oscuro y negativo. Mi motor es el odio. Sin ¨¦l no puedo trabajar: siempre escribo en estado de ira¡±. En 2014, la directora decidi¨® que no quer¨ªa volver a interpretar sus espect¨¢culos en Espa?a, dolida por el ninguneo que dice haber experimentado desde siempre. ¡°No he cambiado de opini¨®n¡±, confirma. ¡°El p¨²blico siempre fue maravilloso, pero no la profesi¨®n y los cr¨ªticos, que me han tratado siempre mal. No se han parado a mirar ni a escucharme¡±. Desde su reconocimiento en el extranjero tampoco cree que haya m¨¢s respeto. ¡°Ning¨²n director de teatro espa?ol acudi¨® el jueves al estreno. Sigue sin existir ning¨²n inter¨¦s¡±, afirma. S¨ª se encontraban en el Claustro de las Carmelitas, donde se representa la obra hasta el mi¨¦rcoles, invitadas como la actriz Isabelle Huppert, la artista Sophie Calle y la performer Marina Abramovic. El ejercicio de desgaste que suponen todas sus obras se sald¨® con un aplauso casi apote¨®sico, pese a que el reloj marcara las 3 de la madrugada.
Babelia
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