Tercer encierro de San Ferm¨ªn 2016: un toro rezagado provoca el p¨¢nico
Dos heridos por asta en una carrera multitudinaria que dur¨® cuatro minutos
Como si hubiera recibido un mensaje de lo sucedido el a?o pasado, otro toro de Jos¨¦ Escolar detuvo su carrera metros despu¨¦s de salir de los corrales de Santo Domingo, se dio la vuelta y enfil¨® la cuesta abajo con intenci¨®n de guarecerse del jaleo que se le ven¨ªa encima. No lo consigui¨®, pues los pastores no le abrieron las puertas y lo obligaron a seguir el camino de sus hermanos. Lo sigui¨® contra su voluntad y dej¨® algunos heridos en el camino, pues provoc¨® escenas de p¨¢nico y algunas volteretas que ten¨ªan la firma de seguras cornadas.
Catorce corredores han sido trasladados al Complejo Hospitalario de Navarra, dos de ellos heridos por asta, seg¨²n ha informado el centro. Uno de los heridos por asta de toro, en el t¨®rax, es el japon¨¦s W.C.O. de 33 a?os, cogido en el tramo de Santo Domingo y cuyo pronostico es reservado. El segundo corneado es I.C.D., de 24 a?os y vecino de Zizur (Navarra), quien presenta herida por asta de toro en el brazo derecho de car¨¢cter menos grave, sufrida en el tramo de Estafeta. Adem¨¢s, el japon¨¦s de 36 a?os J.T.O. se encuentra menos grave por un varetazo propinado por el asta de un toro en su pierna izquierda.
A lo largo de la carrera, multitudinaria, se produjeron numerosas ca¨ªdas y atropellos. Se not¨® y mucho que es fin de semana, lo que aumenta sensiblemente el n¨²mero de corredores y la probabilidad de accidentes.
El encierro fue extra?o antes de su comienzo. Nada m¨¢s abrirse las puertas de los corrales, un ni?o que estaba encaramado en el vallado colindante dio una palmada y asust¨® al cabestro que abr¨ªa la manada, que se detuvo en seco. A continuaci¨®n, otra persona, en el lado contrario, llam¨® la atenci¨®n del ¨²ltimo toro, que estuvo a punto de detener su carrera. Pero no fue ese el que se dio la vuelta, sino un compa?ero que iba en la manada y que, vaya usted a saber por qu¨¦, se sorprendi¨® al ver las rayas blancas de un paso de cebra y decidi¨® que ese no era su camino.
Continuaron los dem¨¢s cuesta arriba, unidos todos ellos en torno a los cabestros, y as¨ª, sin m¨¢s incidencias, llegaron hasta la curva de Estafeta, donde a pesar del antideslizante cayeron de bruces un par de toros.
La recta de la calle propici¨® la carrera compacta mientras aumentaba considerablemente el n¨²mero de mozos. Un resbal¨®n de uno de los toros provoc¨® la ca¨ªda de varios de ellos y los consiguientes sustos de quienes se vieron en el suelo, pisoteados con violencia algunos de ellos.
Ya en el tramo de Telef¨®nica varios corredores estaban ca¨ªdos cuando llegaron cabestros y toros, y todos ellos -los mozos- supieron lo que duele un pisot¨®n de un animal de 500 kilos.
Pero todo acab¨® seg¨²n lo previsto. Los toros alcanzaron el ruedo, con m¨¢s dificultades de las previstas, arrollaron en la entrada a algunos desaprensivos, y entraron en los corrales.
Pero quedaba el rezagado. Zarande¨® con mucha sa?a a un corredor con el que se encaprich¨® en la Cuesta de Santo Domingo, y aunque el chaval consigui¨® la verticalidad tras la voltereta, la impresi¨®n era de que llevaba cornada. Si no es as¨ª, ya puede darle las gracias al capotillo de San Ferm¨ªn.
Herido grave en el t¨®rax despu¨¦s de que un toro se quedara rezagado #Sanfermin www,https://t.co/iIOEFoodfa pic.twitter.com/1PVu5VLYAT
— Sanfermin.com (@sanferminlive) July 9, 2016
Continu¨®, solo y ufano, el toro su camino, asustado y desafiante, limpi¨® vallados y fachadas de mozos y mozos, arroll¨® a m¨¢s uno, se dej¨® tocar los pitones por alg¨²n inconsciente y lleg¨® sano y salvo al ruedo. Cuando entr¨® en los corrales, el reloj marcaba los cuatro minutos y un segundo.
Qu¨¦ misterio este del toro. ?Qui¨¦n le habr¨ªa dicho a este buen mozo que el a?o pasado, por esas fechas, s¨¢bado de San Ferm¨ªn tambi¨¦n, un familiar suyo se par¨® en seco, como ahora ¨¦l, se dio media vuelta, se encerr¨® en los corrales de los que hab¨ªa salido momentos antes y tuvieron que traerlo en cami¨®n a la plaza? Al menos, en esta ocasi¨®n, la Casa de Misericordia se ha ahorrado el taxi.
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