Doce horas con Bola?o en las tablas
El joven director Julien Gosselin triunfa en Avi?¨®n con una dilatada relectura teatral de la novela '2666'
El Festival de Avi?¨®n es reputado por la desmesura de sus obras. En los ochenta, Peter Brook hizo historia con su m¨ªtico Mahabharata, de m¨¢s de 10 horas de duraci¨®n. En los noventa, fue el actual director del certamen, Olivier Py, quien maravill¨® con La servante, extenuante puesta en escena de 24 horas en total. En 2009, el liban¨¦s Wajdi Mouawad encerr¨® a dos millares de personas en el Palacio de los Papas, para asistir a la representaci¨®n de tres de sus obras en una traves¨ªa nocturna que termin¨® a las 7 de la madrugada. La d¨¦cada actual acaba de encontrar su particular odisea con 2666, una adaptaci¨®n de 12 horas de la descomunal novela de Roberto Bola?o. Su responsable es un director franc¨¦s de 29 a?os, Julien Gosselin, que el viernes estren¨® la obra con una larga ovaci¨®n.
¡°Que durara tantas horas me parec¨ªa imprescindible. Una de las dimensiones m¨¢s importantes del libro es que sea tan largo. Quer¨ªa trasladar a la escena la dificultad y la fatiga que implica leerlo, sin ahorrarme las digresiones in¨²tiles de Bola?o¡±, explicaba ayer Gosselin. Los misterios de esta novela inconclusa de 1.200 p¨¢ginas siguen intactos en la obra. ¡°El arte, al contrario que el periodismo, no es un trabajo de explicaci¨®n, sino m¨¢s bien de perdici¨®n. No aspiro a ayudar al espectador a entender mejor el mundo, sino lo contrario: a que salga a¨²n m¨¢s perdido de lo que estaba respecto al tema de esta obra¡±. A saber: una violencia omnipresente e imperecedera, que se reproduce de una ¨¦poca hist¨®rica a la siguiente, en cualquier rinc¨®n del mundo y tambi¨¦n en sus ant¨ªpodas.
En la obra, como en el libro, cuatro acad¨¦micos europeos siguen el rastro de Benno von Archimboldi, autor alem¨¢n de culto y eterno candidato al Nobel, pero al que nadie ha visto en persona. El curso de su investigaci¨®n les llevar¨¢ hacia Santa Teresa, una ciudad en la frontera mexicana donde cientos de mujeres son violadas y asesinadas. Como Bola?o, el director teatral ha querido analizar el origen de esa violencia perenne, en lugar de ¡°estetizarla como hacen algunos directores, present¨¢ndola como algo divertido y hasta simp¨¢tico¡±. ¡°Para entendernos, estoy m¨¢s del lado de Haneke que de Tarantino¡±, sonr¨ªe.
Gosselin se enfrent¨® a una adaptaci¨®n que, de entrada, parec¨ªa imposible, a la que ya se enfrentaron ?lex Rigola en el Lliure barcelon¨¦s en 2007 o, a principios de este a?o, el estadounidense Robert Falls en Chicago. Gosselin considera que se ha mantenido fiel a esta novela de novelas, conservando su estructura en cinco largos cap¨ªtulos. Ha contado con una quincena de inspirados int¨¦rpretes y con una eficaz escenograf¨ªa de bloques transl¨²cidos y modulables, adem¨¢s del apoyo de m¨²sica y v¨ªdeo en directo.
Este joven nacido en la regi¨®n de Calais, de cabeza afeitada y verbo punzante, se erige como jefe de filas de la nueva escena teatral francesa. Se convirti¨® en una de las revelaciones de Avi?¨®n en 2013 con una acertada adaptaci¨®n de Las part¨ªculas elementales de Michel Houellebecq. Ahora regresa al festival de la mano de otro autor maldito como Bola?o. ¡°Ambos comparten una radicalidad que nace a partir de un desaliento. En lugar de desesperarse, prefieren hacer arte. La ¨²nica salida posible, para ellos, es la poes¨ªa, por mucho que siempre pierda el combate contra la violencia. No creen que podamos ser salvados, pero opinan que la ¨²nica forma en la que es posible vivir es la literatura¡±, afirma Gosselin.
La larga duraci¨®n de esta obra, separada por pausas que marcan la transici¨®n de un cap¨ªtulo al siguiente, parece un equivalente teatral de la ingesta desmedida de episodios televisivos, el llamado binge watching, tan de moda desde que las series se convirtieron en material adictivo. ¡°Sin ese binge watching, tal vez el p¨²blico no aguantar¨ªa igual¡±, concede el director. ¡°Y, a la vez, mi trabajo se opone a la televisi¨®n. La mayor¨ªa de primeros cap¨ªtulos de las series son muy buenos, porque est¨¢n marcados por una inmensa amplitud po¨¦tica, pero luego acaban aplastadas por una intriga m¨¢s bien tradicional, por necesidad de atrapar al espectador. En el teatro, tengo la posibilidad de quedarme en esos primeros dos cap¨ªtulos, porque no estoy sometido a los intereses del liberalismo¡±.
Gosselin aboga por seducir al p¨²blico que no va al teatro hablando de un asunto tan contundente como la actualidad de nuestro tiempo. ¡°Debemos poner en escena textos de hoy y utilizar las armas de lo contempor¨¢neo, en lugar de celebrar nuestro patrimonio sin cesar¡±, expresa. ¡°Que no nos hagan reconocernos en reyes y reinas que no se nos parecen. Quiero un teatro en contacto directo con la realidad. En ese sentido, Bola?o es un autor inmenso, porque habla del mundo contempor¨¢neo y la violencia que lo caracteriza¡±.
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