¡°Nunca estoy bien. Mi vida est¨¢ basada en la ansiedad¡±
La actriz Julie Delpy dirige y protagoniza la comedia ¡®Lolo¡¯
Juzgado del aeropuerto de Los ?ngeles. Una pareja aguarda en la cola. Es su gran d¨ªa. Sin embargo, nadie que estuviera viendo la escena lo dir¨ªa. Unas flores falsas son la ¨²nica concesi¨®n ¡ªfallida¡ª al romanticismo. La funcionaria, con un brazo enteramente tatuado, los mira de reojo. ¡°Ten¨ªa pinta de salir de una pel¨ªcula de g¨¢nsteres¡±, asegura Julie Delpy (Par¨ªs, 1969). Enseguida, la mujer justifica su aspecto de dura. El futuro marido de la actriz supera la l¨ªnea amarilla de espera. Para la se?ora, ya irritada por su ingl¨¦s nada impecable, es demasiado. ¡°?Quieren que los larguemos?¡±, les grita. Y as¨ª fue c¨®mo Delpy estuvo a punto de ser echada de su boda.
La propia actriz lo cuenta entre risas. Nunca pens¨® que se casar¨ªa. Ni mucho menos as¨ª. Pero el relato encaja con su estilo: afirmar que Delpy no tiene pelos en la lengua es un eufemismo. ¡°Desde ni?a siempre he dicho lo que pensaba. Y en ello sigo, aunque me meta en muchos apuros. Lo m¨¢s valioso hoy en d¨ªa es sentirte libre en tu mente¡±, afirma. Tanto que sobre Lolo, el hijo de mi novia la comedia que dirige, protagoniza y ayer promocionaba, afirma: ¡°No es una obra maestra, es divertida. No hago grandes pel¨ªculas, sino filmes que est¨¢n bien. Soy consciente de mis limitaciones¡±.
Lolo, que se estrena el 22 de julio en Espa?a, cuenta la historia de un tri¨¢ngulo: Delpy, su novio y su hijo mimado, empe?ado en destrozar su relaci¨®n. Por su ritmo, sus di¨¢logos y una protagonista neur¨®tica, el filme ha sido comparado con los de Woody Allen: ¡°Es un cumplido, pero solo tenemos en com¨²n que somos sagitario. Y no creo en esas chorradas¡±.
Hablar de sexo
La inolvidable protagonista de la trilog¨ªa Antes de alcanza as¨ª su sexto filme como directora. Una obra tan peculiar como ella. Porque en el siglo XXI todav¨ªa es mercanc¨ªa rara una comedia de mujeres que hablen de sexo. Ya puestos, ni siquiera es habitual que detr¨¢s de la c¨¢mara haya una cineasta. ¡°Han calculado que para un hombre sacar adelante la primera pel¨ªcula cuesta dos a?os. Para una mujer, entre seis y ocho. De ah¨ª que muchas se rindan¡±, ataca Delpy. La directora cree que los estadounidenses a¨²n viven ¡°en el cuento de Blancanieves¡± y que sus filmes reflejan el machismo que corrompe la industria.
Los cambios en la Academia de los Oscar, para incorporar m¨¢s mujeres y minor¨ªas, le parecen bien pero no bastan. Y el panorama es desolador: ¡°El otro d¨ªa estuve en una cena de Hollywood. Todos los hombres de m¨¢s de 60 a?os iban acompa?ados de chicas de 20; todas las mujeres de m¨¢s de 60 a?os iban solas¡±.
La directora lamenta tambi¨¦n que el cine indie ¡°est¨¢ muerto¡±, pero no reniega de Hollywood. Al fin y al cabo, all¨ª vive, con su marido y su hijo, y all¨ª lucha por su identidad: ¡°Nunca he sido pol¨ªticamente correcta. Tal vez hacer lo que te dicen te lleve al estrellato. Pero eso termina en cuanto no te necesitan¡±.
¡°Soy parte de la sociedad pero no de su frenes¨ª¡±, agrega. Aunque lo cierto es que habla y vive a la carrera. ¡°Tengo muchos problemas. Nunca estoy del todo bien, mi vida est¨¢ basada en la ansiedad¡±, confirma con una sonrisa.
Para hablar de igualdad, en cambio, se pone m¨¢s seria: ¡°Mi padre, el mayor feminista que conozco, siempre sostiene: ¡®Lo soy porque es mejor tambi¨¦n para m¨ª. Soy sensible y quiero poder expresarlo¡¯. Los hombres saldr¨ªan ganando. De hecho, siento que soy m¨¢s dura que pr¨¢cticamente todas las parejas que he tenido. Ellos eran m¨¢s rom¨¢nticos y dulces, yo soy m¨¢s como una apisonadora¡±. A juzgar por su boda, debe de ser verdad.
Musicales, belleza y yonquis del consumo
Tal vez Delpy sea muy buena actriz tambi¨¦n en sus entrevistas. O tal vez, como afirma, es un r¨ªo de sinceridad.
El caso es que dice que tras dar a luz parec¨ªa "una vaca". La joven deseada de Tres colores: Blanco asegura: "Nunca me he encontrado atractiva. En el colegio era la bajita de gafas. Supongo que eso nunca se va. Aunque as¨ª me centr¨¦ en otras cosas m¨¢s all¨¢ de mi aspecto".
Poco despu¨¦s, Delpy agrega: ¡°Estuve hace poco en Londres. Todo son tiendas de ropa. Vivimos en un mundo de yonquis del consumo¡±.
Contra ello, la actriz trata de defender a su hijo peque?o como puede. As¨ª que, en lugar de tantos juguetes, prefiere darle papel y rotuladores. E intenta que ame el cine: acaba de ense?arle West Side Story. Pronto, le tocar¨¢ Bergman.
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