D¨¢vila Miura, dign¨ªsima reaparici¨®n
La terna estuvo muy por encima de la corrida de Miura, grande, descastada y muy blanda
?Qu¨¦ grandeza la de estos hombres que se visten de luces! Pues no que va D¨¢vila Miura, retirado de los ruedos desde 2006, y dice: ?la ganader¨ªa de mi familia cumple 50 a?os en la Feria de Toro; pues a ver si soy capaz de lidiar la corrida de mis t¨ªos en Pamplona! Y se presenta aqu¨ª como si tal cosa, como si toreara todos los d¨ªas, y deja en el ruedo la impronta de una dign¨ªsima torer¨ªa. ?Qu¨¦ grandeza la de estos hombres! Ya hab¨ªa probado la misma medicina el a?o pasado en la Feria de Abril con motivo del 75 aniversario del hierro miure?o en la Maestranza y la experiencia result¨® altamente positiva.
Es verdad que le toc¨® en suerte el mejor lote. Toros grandes, largos como trenes, pero nobles los dos y de recorrido constante y largo, sobre todo el primero. A D¨¢vila le falta, como es l¨®gico, la experiencia que da torear con frecuencia, pero tiene casta de torero grande, muy toreado en el campo, y con una fe inquebrantable en s¨ª mismo. La gesta le sali¨® casi redonda. Cort¨® una oreja a su primer toro, muy noble y con muy escasas fuerzas, y lo traste¨® con largura por ambas manos. No desenton¨® en ning¨²n momento y se gan¨® el respeto y la admiraci¨®n de la plaza. Mat¨® de una buena estocada y pase¨® una merecida oreja.
Un buen susto se llev¨® ante el cuarto, noble tambi¨¦n pero miura siempre, que en un tornillazo le raj¨® el chaleco y lo dej¨® con cara de preocupaci¨®n, No era para menos. A¨²n as¨ª, no se arredr¨® y traz¨® naturales de mucha enjundia antes de matarlo de dificultad, lo que le impidi¨® cumplir el sue?o de una posible puerta grande, que hubiera sido la r¨²brica perfecta a su heroica reaparici¨®n.
Grande Rafaelillo, todo coraz¨®n. Se enfrent¨® a un lote impropio para el toreo, pero este hombre es otro h¨¦roe que toma aire en las dificultades y se entretiene en dar lecciones de dignidad torera. El primero era de peligro inminente, un toro antiguo, que repart¨ªa tornillazos con cada embestida, una alima?a, y por all¨ª anduvo el torero con la fortaleza de los de otra ¨¦poca. El cuarto se dio un topetazo contra un burladero en el inicio de la faena de muleta y qued¨® conmocionado, lo que no evit¨® otra labor valerosa de Rafaelillo, que se hinc¨® de rodillas en un par de ocasiones para torearlo por alto en el curso de una labor afanosa y muy decidida. Mat¨® de una estocada baja y la sombra pidi¨® con fuerza la oreja. El presidente, concejal de Bildu, mir¨® a las pe?as, que estaban a lo suyo, y no la concedi¨®, lo que le granje¨® una sonora bronca.
Casta?o entr¨® en sustituci¨®n del lesionado Manuel Escribano y se justific¨® sobradamente. Un inv¨¢lido total fue el tercero, y el torero, en una labor de menos a m¨¢s, le rob¨® muletazos muy estimables. Tampoco le concedi¨® el presidente la oreja que pidi¨® la sombra. Banderille¨® con brillantez Fernando S¨¢nchez al sexto, y su matador volvi¨® a justificarse sobradamente ante un toro muy deslucido.
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