Mark Hamill, el resucitado

No hay un sitio igual para un fan de Star Wars: un fin de semana encerrado con 20.000 compa?eros de pasi¨®n, con todo tipo de mercadotecnia, disfraces, eventos, conferencias, paneles, podcasts, televisi¨®n en directo... Y estrellas, y novedades sobre las pr¨®ximas pel¨ªculas. La productora LucasFilm siempre cuid¨® estos eventos. Ahora, que forman parte de Disney y que se encuentran en pleno lanzamiento de la tercera trilog¨ªa y de los spin offs (pel¨ªculas surgidas de la historia principal que desarrollan tramas antes secundarias), el detallismo es infinito. Hasta casi cien actos hay previstos para este fin de semana, que ha arrancado esta ma?ana con colas infinitas aunque fluidas a la puerta del Centro de Convenciones de Londres. No quedan entradas para el evento completo (costaban 105 euros) y solo algunos pases de d¨ªa para el domingo.

Decenas de pilotos rebeldes, militares de cualquier graduaci¨®n de las tropas del Imperio, un Obi-Wan Kenobi con la misma edad y barba que ten¨ªa Alec Guinness en La guerra de las galaxias ¨Calgo que le hace sentirse orgulloso¨C, chicas vestidas de Han Solo, un padre con barba cerrada vestido de princesa Leia (incluidos sus aditamentos capilares en forma de ensaimada) con su hijo de cinco a?os disfrazado de ewok... Por amor a Star Wars vale todo, y eso incluye tatuarse cualquier rostro o dise?o de la saga creada por George Lucas en el cuerpo. Eso s¨ª, la decena de tatuadores con puesto en la convenci¨®n deben poseer el sello oficial de Star Wars. Por cierto, ni rastro de la trilog¨ªa sobre Anakin Skywalker: como si no hubieran existido aquellos tres terribles filmes.

Y en medio de todo esto, antes de que desembarque el equipo de Rogue One ¨Cla pr¨®xima pel¨ªcula del universo Star Wars, que se estrenar¨¢ este 16 de diciembre y que describe c¨®mo los rebeldes robaron los planos de la Estrella de la Muerte¨C, un resucitado Mark Hamill ha dedicado algo m¨¢s de una hora a responder preguntas de los 4.000 asistentes que en el auditorio del Excel London han aplaudido a rabiar al hombre que pone rostro a Luke Skywalker. A sus 64 a?os, el californiano mantiene un envidiable sentido del humor, y se ha comportado como un monologuista c¨®mico en el escenario, en el que ha entrado asegurando que se sent¨ªa como en el sal¨®n de casa con 4.000 amigos. Ma?ana ser¨¢ el turno de Carrie Fisher, y a ella ha dedicado sus primeras palabras, dado que la considera su hermana, antes de contar un par de maldades sobre ella y confesar que no pod¨ªa contar mucho del Episodio VIII (ya rodado y que llegar¨¢ a los cines en diciembre de 2017): "Es curioso que me pongan aqu¨ª a ver si suelto alg¨²n detalle cuando me pagan una pasta por callar la boca".

Hamill rememor¨® c¨®mo no ley¨® el gui¨®n de La guerra de las galaxias hasta que le contrataron, tras clavar una secuencia en las pruebas para ser Luke Starkiller. Entonces descubri¨® que su papel era mucho m¨¢s grande de lo que esperaba ¨C"Fue m¨¢gico, pensaba que todo ser¨ªa para Harrison Ford, m¨¢s popular"¨C, y viaj¨® inmensamente feliz al rodaje, donde le dieron la mala noticia: el apellido de Luke cambiaba a Skywalker. "?Le quitaron todo el rollo macho!". Cuando le preguntaron por alguna an¨¦cdota graciosa de aquella trilog¨ªa, solt¨®: "?Alguna? ?Todas! ?No paramos de re¨ªr en aquellos rodajes! Ahora, le contaba a amigos de fuera del cine lo que estaba haciendo, con gente disfrazada como de perro a mi alrededor y flipaban".

El actor tambi¨¦n ha demostrado su talento para las imitaciones, que le han granjeado una segunda carrera en la animaci¨®n como doblador de dibujos. "Mi madre me rega?aba por hacerlo, y mira ahora", antes de empezar a poner las voces de Bela Lugosi, Boris Karloff, Peter Lorre o el acento brit¨¢nico de The Beatles. De su infancia record¨® sus innumerables cambios de colegio siguiendo los pasos de su padre, capit¨¢n de la Armada, que le llevaron incluso al instituto en Jap¨®n. "Recuerdo ver en televisi¨®n en blanco y negro la serie Superman con George Reeves. Era tan ni?o que ni siquiera sab¨ªa que se basaba en un tebeo".

"Mirad las noticias y lo que pasa afuera. Prefiero vivir en una galaxia muy muy lejana"

Pero cuando ha logrado poner de pie al auditorio ha sido cuando ha le¨ªdo como el Joker algunas frases de La broma asesina, el m¨ªtico tebeo de Alan Moore a punto de estrenarse en su versi¨®n cinematogr¨¢fica, y en la que Hamill, como ya hizo en la serie de televisi¨®n, pone la voz del Joker. "Alan Moore es un grande". Sobre su carrera, rechaz¨® sentirse enfadado por c¨®mo ha marcado sus pasos Luke. "?Por favor! He hecho mucho teatro y animaci¨®n. Y en los dibujos soy feliz con los compa?eros que me rodean. Y aqu¨ª estoy con vosotros disfrutando, viendo estos trajes incre¨ªbles, algunos mejores que los del rodaje... Mirad las noticias y lo que pasa afuera. Prefiero vivir en una galaxia muy, muy lejana".

Del Episodio VII coment¨® que todos los nuevos personajes le gustan por igual, que le encanta que ya no sea la historia de Luke, sino la de los reci¨¦n llegados, pero que nadie le hab¨ªa preparado para su exigua aparici¨®n en pantalla. "Entren¨¦, adelgac¨¦, me prepar¨¦... Y al final solo ten¨ªa que estar de pie, girarme y quitarme una capucha. ?Nadie me avis¨®!"; brome¨®, antes de darse cuenta de que el vaso de agua a su servicio ten¨ªa su cara impresa. ?l mismo es ¨¢vido coleccionista de memorabilia de Star Wars; sin embargo cont¨®: "L¨¢stima, ya no me caben m¨¢s cosas en casa".

Y mientras Hamill se desped¨ªa cantando "You say goodbye and I say hello", de The Beatles, fuera del auditorio los seguidores segu¨ªan disfrutando de exhibiciones de efectos especiales, charlas sobre la gastronom¨ªa en Star Wars, encuentros entre clubs de fans y paseando entre el centenar de puestos que venden todo, casi absolutamente todo, de unas pel¨ªculas que hace tiempo ya escaparon de lo meramente cinematogr¨¢fico.