Constituci¨®n en bandera
El poema de Canteli es mucho m¨¢s creativo y novedoso que la mayor parte de la ¡°poes¨ªa confesional de talla ¨²nica¡± (son palabras de John Ashbery) que solemos leer
Hace un siglo y medio Paul Verlaine propuso que la poes¨ªa deb¨ªa ser ¡°m¨²sica antes que nada¡±. M¨²sica completamente escrita, por otra parte, como iba a mostrar Mallarm¨¦ en el Golpe de dados: suma de obra gr¨¢fica y partitura de palabras que exig¨ªa un nuevo sentido para lo ¡°l¨ªrico¡± del poema. Toda una zona de la poes¨ªa contempor¨¢nea profundiza esa fundaci¨®n: los caligramas de Apollinaire, los poemas en idioma inventado de Hugo Ball, la Ursonate de Kurt Scwitters o las Palabras vac¨ªas de John Cage. Hay, en efecto, una ra¨ªz simbolista en esa veta: la palabra no es veh¨ªculo de sentido: ella misma es el sentido. O, dicho de otro modo: no significa algo, es algo. ?Y qu¨¦ es? El lector, precisamente, tiene la palabra.
Marcos Cantelli (Bimenes, Asturias, 1974) tom¨® el texto de la Constituci¨®n espa?ola y lo someti¨® a una serie de procedimientos, como poner las palabras por orden alfab¨¦tico, cercano en esto al experimento del argentino Pablo Katchadjian, quien en 2007 reorden¨® con ese criterio los versos del Mart¨ªn Fierro: vale la pena ver en Youtube c¨®mo lo lee y se emociona al llegar a la primera l¨ªnea original del poema: ¡°Aqu¨ª me pongo a cantar¡¡±. Canteli adem¨¢s quit¨® may¨²sculas y signos de puntuaci¨®n, puso parte del texto en bandera (porque una Constituci¨®n necesita una bandera, seg¨²n declara el autor) y utiliz¨®, de modo aleatorio, funciones del programa Word. La p¨¢gina 24 de este enorme peque?o libro (33 x 25 cm), por ejemplo, est¨¢ constituida por dos largas columnas hechas de la preposici¨®n ¡°de¡± asentadas sobre varios ¡°debate¡±, ¡°deber¡± y ¡°deber¨¢¡±; la p¨¢gina siguiente est¨¢ dominada por los ¡°del¡± y la ¡°defensa¡±.
?Se trata de ¡°escritura no-creativa¡±, como anunciaba Keneth Golsmith? ?Se mata aqu¨ª, por fin, al ¡°dios de los poetas¡±, seg¨²n la propuesta de Alain Badiou? Preguntas menos ret¨®ricas de lo que parece, porque el poema de Canteli es mucho m¨¢s creativo y novedoso que la mayor parte de la ¡°poes¨ªa confesional de talla ¨²nica¡± (son palabras de John Ashbery) que solemos leer. Actualiza la operaci¨®n central del arte contempor¨¢neo: proponer algo no evidente, volver extra?o lo familiar. Operaci¨®n po¨¦tica y pol¨ªtica en tiempos de demencia quijotesca, en que el poder se ejerce tomando los retablos a la letra.
Cons ti tu ci ¨®n. Marcos Canteli. Malasangre. Madrid, 2016. 96 p¨¢ginas. 25,96 euros
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