¡°La grandeza del cine no terminar¨¢ nunca¡±
El director Giuseppe Tornatore estrena ¡®La correspondencia¡¯, una reflexi¨®n sobre el paso del tiempo, la muerte y la tecnolog¨ªa
El ser humano siempre ha so?ado con la inmortalidad. Sin embargo, choca con la realidad de su cuerpo perecedero. A falta de conquistas cient¨ªficas, la tecnolog¨ªa ha caminado hacia el futuro, con perfiles que siguen existiendo en las redes sociales tras el fallecimiento de sus responsables. Tambi¨¦n lo ha hecho la cultura, con novelas, filmes o series como Black Mirror. Ahora, Giuseppe Tornatore ha juntado ambos caminos: Skype y cine retan a la muerte en La correspondencia, que se estrena este viernes en Espa?a.
¡°La conceb¨ª hace 15 a?os, pero habr¨ªa parecido ciencia-ficci¨®n. Hoy en d¨ªa, en cambio, se hab¨ªa vuelto perfectamente factible¡±, asegura el director (Bagheria, 1956). De ah¨ª que por fin retomara ese guion: un profesor de astrof¨ªsica (Jeremy Irons) y una de sus alumnas (Olga Kurylenko) viven un idilio que termina tr¨¢gicamente. Pero, si ¨¦l ya no est¨¢, ?c¨®mo es posible que ella no pare de recibir sus mensajes y v¨ªdeos?
¡°Me gustaba la idea de un personaje capaz de organizar su extensi¨®n existencial hasta el punto de provocar en los dem¨¢s la ilusi¨®n de que su vida contin¨²e. Me atrae el instinto de poder ayudar a quien se queda, pero me aterra la hip¨®tesis de convertirme en un peso¡±, asevera Tornatore. El director mantiene una relaci¨®n ambivalente tambi¨¦n con la tecnolog¨ªa. Le parece ¡°un proceso maravilloso¡± que los humanos no saben aprovechar: ¡°No nace para ser una maldici¨®n, pero la convertimos en algo diab¨®lico¡±. Tal vez por ello, sigue siendo bastante anal¨®gico. Y acumula los plantones involuntarios a sus conocidos: ¡°Hay gente que piensa que por el simple hecho de haberte mandado un mail ya tengas la informaci¨®n en tu cerebro. Aunque sospecho que alg¨²n d¨ªa ser¨¢ as¨ª. Y a lo mejor las pel¨ªculas ser¨¢n c¨¢psulas: la ingieres y la vives¡±.
En el fondo, tampoco le preocupar¨ªa. Lo que le importa es el oficio en s¨ª, no el c¨®mo. Tanto que al preguntarle por su relaci¨®n con el cine la respuesta es adoraci¨®n pura: ¡°Cambiar¨¢n los soportes, pero su grandeza no terminar¨¢ nunca. Esa magia que te obliga a interrumpir tu vida para entrar en la de otros y que luego te devuelve la tuya enriquecida es un milagro. Los que hemos nacido en el siglo del cine somos unos privilegiados¡±. Puesto a escoger lo mejor, Tornatore se queda con ¡°esa emoci¨®n en el instante en que arranca la producci¨®n de un filme¡±. Parece escuchar al ni?o que se enamor¨® del s¨¦ptimo arte a los seis a?os, viendo la adaptaci¨®n de Panorama desde el puente. A partir de ah¨ª, persigui¨® las pel¨ªculas toda su vida: como espectador, organizador de ciclos de cine, proyeccionista y, finalmente, director.
Aunque tanto amor no siempre ha sido correspondido. Tornatore gan¨® un Oscar por Cinema Paradiso y aplausos por La mejor oferta. Sin embargo, Pura formalidad o Baaria fueron duramente criticadas. Y La correspondencia ha salvado los muebles en Italia, pero ha suspendido el examen de Hollywood Reporter y Variety. El cineasta se lo toma con filosof¨ªa: ¡°Me han convencido todos los filmes que he hecho, pero soy consciente de que para p¨²blico y cr¨ªtica no ha sido as¨ª¡±.
Tal vez sea el equilibrio que proporcionan los 60 a?os reci¨¦n cumplidos. ?C¨®mo los celebr¨®? ¡°Trabajando. Me molestan los cumplea?os, me recuerdan el paso inexorable del tiempo¡±. Al menos, el cineasta no esquiva un balance de su carrera: ¡°Nunca estoy especialmente satisfecho. Si miro atr¨¢s, veo sobre todo las pel¨ªculas que no hice¡±. Por ejemplo, una sobre el asedio de Leningrado por la que luch¨® durante a?os. A diferencia de aquellos resistentes, el cineasta se rindi¨®.
En la lista de los filmes que har¨¢, en cambio, est¨¢ un documental sobre Ennio Morricone. Ambos han colaborado varias veces?¡ªtambi¨¦n en La correspondencia¡ª y Tornatore quiere dedicarle un homenaje. Como el tiempo de la entrevista terminaba, la pregunta sobre el compositor tuvo que ser enviada m¨¢s tarde, por mail. Pero, evidentemente, fue de esos correos que nunca llegan a su cerebro.
El para¨ªso de Borgo Ventoso
Las pel¨ªculas de Tornatore suelen contar con ambientaciones memorables. Y desatan una caza para encontrar el lugar original. As¨ª, la plaza donde se alzaba el cine Paradiso se halla en el pueblo siciliano Palazzo Adriano. Y la villa de La mejor oferta est¨¢ ubicada en Gorizzo di Camino al Tagliamento (?dine). En La correspondencia la tradici¨®n contin¨²a con Borgo Ventoso, una min¨²scula aldea de nombre ficticio en medio de un lago.
¡°Normalmente los lugares nacen de una idea, de un sitio que tenga que suscitar un cierto sentimiento. Y entonces partimos y buscamos hasta que lo encontramos¡±, relata Tornatore. Esta vez fue la isla de San Julio, en el Lago de Orta, en el Piamonte. La leyenda sostiene que fue el propio santo quien liber¨® ese islote de los dragones y serpientes que lo poblaban. Tras la fuga de los monstruos, quedan hoy pocas casas, alg¨²n edificio de inter¨¦s, as¨ª como hoteles y restaurantes. Y much¨ªsima paz. A juzgar por lo visto en pantalla, todo un para¨ªso.
Babelia
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